Legalizacion De Mariguana

La legalización de la marihuana: ¿Una solución al problema de las drogas?

La marihuana o cannabis es la droga ilegal de mayor consumo a nivel mundial. En Chile, 4,6% de la población general ha consumido marihuana durante el último año, cifra que aumenta casi tres veces en la población adolescente (12,3%)

. Nuestro país es el segundo consumidor de marihuana en Sudamérica, y aunque la tendencia de su uso ha ido disminuyendo en la última década, sin duda que es la droga ilegal de mayor importancia en relación al consumo.

- A nivel mundial, las características de consumo de la marihuana han hecho que durante los últimos 40 años se debatido vigorosamente acerca del status legal de la marihuana. En Chile el planteamiento de la legalización no es nuevo, sin embargo el debate se ha instalado principalmente en los últimos años.

Uno de los problemas que genera el debate en torno a la legalización de la marihuana, es la utilización de la misma palabra para referirse a diversos términos. Actualmente existen, al menos, tres status legales para la marihuana: prohibición, legalización y descriminalización.

La prohibición busca minimizar o prevenir el uso de la marihuana mediante el uso de sanciones legales y de intervenciones en las rutas comerciales de la sustancia. Es el sistema predominante a nivel mundial y el que está actualmente vigente en Chile.

La descriminalización y despenalización se refieren a la eliminación, reducción o ausencia de penalización para la venta, compra o posesión de marihuana, aunque dichas actividades mantienen la característica de ilegalidad.

La legalización va un paso más allá de la descriminalización, produciendo un cambio en el status de la marihuana en la sociedad. Es lo contrario a la prohibición, y significa tratar a la sustancia como un bien de consumo, siendo legal su uso.

Hoy en día existen múltiples puntos de discusión acerca de la legalización de la marihuana. Para el debate es necesario analizar ciertos elementos que por lo general se expresan en preguntas. A continuación se ofrecen algunas de ellas con sus posibles respuestas.

Dentro de quienes están a favor de la legalización, están los que han consumido marihuana y que consideran que su uso no ha producido en ellos mismos efectos adversos, como se ha escuchado decir en la últimas semanas a un senador de la República. En relación al daño asociado al consumo de marihuana, más que absolutizar la experiencia subjetiva, es necesario analizar la información científica disponible.

Se ha demostrado mediante estudios epidemiológicos, clínicos y de laboratorio, que el uso de marihuana genera daño en la salud. Este daño incluye desde síntomas de dependencia, hasta enfermedades respiratorias, cardiovasculares y mentales.

La dependencia es un fenómeno demostrado para la marihuana, y se ha descrito en un 9% de la población general y un 15% de la población adolescente que consume marihuana. El grado de dependencia puede ser menor que para otras sustancias, sin embargo existen usuarios con grandes dificultades para suspender el consumo a pesar de los problemas que genera, y con altas probabilidades de consumo crónico.

Sólo considerando las enfermedades mentales, el uso de marihuana aumenta el riesgo de esquizofrenia 2 a 4 veces si su comienzo es anterior a los 18 años. Autores escandinavos que han realizado estudios longitudinales amplios, han llegado a concluir que hasta 13% de los casos de esquizofrenia se podrían haber prevenido si se hubiera evitado el consumo temprano de marihuana. En el caso de la psicosis, el consumo aumenta la aparición de esta enfermedad hasta en 1,4 veces (OR; IC 95% 1,2-1,65) en personas que han utilizado alguna vez marihuana y hasta 2 veces en usuarios frecuentes (OR, 95% CI 1•54–2•84). Los síntomas psicóticos podrían traducirse en conductas violentas, e incluso homicidios, como el ocurrido hace pocas semanas en nuestro país, que se asoció preliminarmente al consumo de marihuana.

En estudios meta-analíticos también se ha encontrado una asociación entre el uso de marihuana y trastornos depresivos, (OR 1,49, IC 95% 1,15-1,94) así como el suicidio adolescente (OR 2), incluso controlando factores contundentes.

El uso de marihuana también aumenta la probabilidad de cáncer pulmonar en 8 veces, asociación que persiste incluso si se ajusta con el consumo de nicotina; de infarto al miocardio en 4 veces y de mortalidad general hasta 4 veces. Estos resultados concuerdan con los estudios de laboratorio que muestran los daños celulares y neurotóxicos que provoca el consumo de marihuana.

El daño relacionado con el consumo de la marihuana no es exclusivamente médico e incluye también consecuencias psicosociales. El uso de cannabis se asocia con una menor capacidad de logros educacionales y deserción escolar, situación que empeora el futuro del adolescente consumidor.

La libertad de tomar decisiones sobre nuestra vida, incluso decisiones que parecen poco sabias para el resto, es tremendamente valiosa, y nos permite aprender de nuestros errores y los de otros. Las drogas ilícitas no son la única causa de daño: las personas pueden dañarse o morir subiendo montañas, saltando en paracaídas, buceando o andando en moto. Para algunos, el uso de marihuana podría considerarse menos riesgoso que estas formas de recreación. Sin embargo, la marihuana posee una forma de uso que es poco usual en actividades recreativas, y que es la capacidad de generar una conducta abusiva y daño en la salud tanto a corto como a largo plazo, limitando la capacidad de control sobre su consumo y sobre los efectos dañinos que genera a nivel individual y social.

En forma ideal, las leyes contra las drogas debieran proteger a las personas de las consecuencias dañinas asociadas a su consumo, tanto a nivel individual como familiar y social. Sin embargo, no siempre ocurre así. La regulación de sustancias ilícitas puede crear mercados negros, contrabando y daño que en algunos países son de considerable extensión. Las drogas, como otros productos de consumo, eventualmente podrían utilizarse sin que provoquen daño mantenido al usuario o a otras personas. Pero también pueden utilizarse de una forma que puede aumentar el riesgo o provocar un daño actual, tanto individual como social.

La prohibición disminuye el acceso a la sustancia, aumenta su precio, y la hace más difícil de conseguir, impidiendo además la promoción del consumo por parte de la industria. Como consecuencia, disminuye el consumo de la marihuana, incluyendo el abuso y la dependencia.

Desde el punto de vista económico, se ha descrito que la mayoría de las prohibiciones generan un mercado gris o negro con una consecuente evasión de las leyes, siendo

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