Los Hijos Del Fuego. Resumen

Juan Luis Arsuaga. Los hijos del fuego

La manera de alimentarse de un animal domesticado (un hámster en el texto) corresponde aún a las de su especie en estado salvaje, debido a sus pautas de conducta determinadas a nivel genético. Son sus conocimientos innatos (conocimiento filogenético). Sin embargo la conducta animal se debe también a la información aprendida a lo largo de su existencia (conocimiento ontogenético), sobretodo en mamíferos, quienes tienen un sistema nervioso central más desarrollado. Pero el comportamiento animal no es sólo reactivo sino se debe a mecanismos internos llamados impulsiones, que crean en los animales tensiones que los llevan a buscar estímulos que desencadenen una respuesta.

Todo esto significa que el comportamiento animal se puede explicar sin la necesidad de atribuirles algún grado de consciencia, no son capaces de hacer planes a largo plazo, o de observarse a sí mismos, que es en lo que consiste en parte la consciencia humana.

Según Descartes hay dos tipos de mundo, el interno y el externo. El interno corresponde a la consciencia o pensamiento y el cuerpo no es más que una máquina en la que se instala el alma. Es en el alma donde se producen las ideas y el lenguaje no es más que el instrumento para que una idea viaje de una mente a otra. Bajo esta concepción de dualismo mente/cuerpo se cree que al momento de nacer contamos con un dispositivo específico para la adquisición del lenguaje. De hecho las capacidades de hablar y de entender el lenguaje se encuentran en áreas determinadas del cerebro. Por otra parte, la mente no tiene asiento en ningún lugar específico del cerebro.

Wittgenstein por otro lado plantea que la mente no es algo individual, sino compartido socialmente. A los niños se les enseña a comportarse como humanos por medio del lenguaje. El conocimiento humano, por lo tanto, se adquiere por interacción social, y lo innato no es más que la capacidad de adquirirlo. Bajo esta línea de pensamiento, debido a que no hay mente sin lenguaje, es lógico pensar que ambas cosas surgieron simultáneamente.

A la hora de proponer un modelo que explique cómo aparecieron en la evolución el lenguaje y la consciencia nos encontramos con dos líneas de pensamiento. Por su parte, Darwin plantea que la evolución de la mente fue de la mano con la evolución del cuerpo, por lo que fue un proceso lento y continuo, a lo largo de mucho tiempo. Wallace en cambio no creía en una evolución paulatina del hombre, sino en gran salto cualitativo, debido a una causa sobrenatural. Tattersall y Mithen concilian ambos puntos de vista. El primero distingue tres conceptos: aptación (cualquier característica ligada a una función), adaptación (característica que no ha variado su función) y exaptación (la que si lo ha hecho), correspondiendo el cerebro y el aparato fonador a este último término. El segundo plantea la existencia

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