María, Umbría De Tradiciones Olvidadas

María, umbría de tradiciones olvidadas

A diferencia de lo que muchas corrientes izquierdistas pretenden dar a conocer, el hispanismo no significaba, en su principio, la separación de las razas y las culturas, sino, al contrario, la unificación de éstas. Pero dicha unificación tampoco se refería a la moderna concepción de multiculturalismo, sino a la unión de las razas y culturas vinculadas mediante el lenguaje y la fe. El colonialismo español se diferenciaba copiosamente de otras culturas coloniales, como la inglesa o la francesa. Durante el siglo XIX, los colonialismos inglés y francés se regían por el surgimiento del racionalismo, liberalismo y capitalismo; es decir, una visión más mercantilista del desarrollo humano. España, por su lado, fiel a la Iglesia Católica, habíase mantenido a la civilización teocéntrica; es decir, tradición en suma.

Estas diferencias marcan la personalidad del romanticismo hispanista frente al resto de las culturas coloniales de América. Y por contener la suma tradición más que ninguna otra, María, del colombiano Jorge Isaacs, representa mejor que ninguna otra el ideal americano, el paraíso terrenal, siendo la fe y contemplación sus pilares.

Jorge Isaacs fue hijo de un judío inglés procedente de Jamaica, pero su novela presenta lo más exquisito del lenguaje popular y culto de las tierras a las que pertenecía en su amada provincia de Antioquía. En su novela, Jorge Isaacs plasma claramente su posición abolicionista de la esclavitud (como cuando menciona altivo la realidad de la esclavitud en Norteamérica para 1821, o en sus poéticas y ricas descripciones de la belleza africana, tanto en las colonias americanas como en las tierras nativas). Y este aspecto contribuye a la utopía de diversidad de culturas y dialectos dentro de Colombia, unidos por la fe y el sentido del deber de cada miembro de la familia en las diferentes castas.

El romanticismo tiene la característica de narrar en primera persona para apelar a los sentimientos del autor. Efraín, personaje central del autor en María, en incontables ocasiones, parte desde los sentimientos sublimes y trascendentes de la fe católica para describir, con gran maravilla, los paisajes de ensueño. Pero más notable aún, muchos momentos emocionantes son suspendidos para manifestar con mucha elocuencia y minuciosidad la belleza virginal de María y el amor casto hacia ella. Sin embargo, tales expresiones no escapan de otra característica del romanticismo, que es el atisbo pecaminoso y a veces hasta erótico de las historias de amor en esta escuela literaria. Es de notar que la historia de amor de María gira alrededor de dos primos, por lo tanto existían momentos liosos y hasta inconcebibles.

En la novela, el autor vuelve a manifestar la influencia del catolicismo en el memorable capítulo donde María leía

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