Mundo De Cartón
apenac27 de Junio de 2013
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MUNDO DE CARTÓN
Gloria aleGría ramírez
Colección ODISEA Extensión: 142 páginas Formato: 13 cm x 20,5 cm Destinatarios: niños de 4º-6º básico
I. ¿QUIÉN ES LA AUTORA?
Gloria Alegría nació en Santiago en 1955 y es fonoaudióloga, profesión que le ha permitido, por años, conocer con sensibilidad el mundo infantil Integrante del taller de Ana María Güiraldes, ha recibido numerosos premios en concursos literarios de obras para niños y jóvenes, entre los que destaca especialmente el ganado en el certamen convocado por EDEBÉ Chile en 1996, con la novela Mundo de cartón; igualmente, es autora de El niño que le pedía dinero a la Luna, El espantapájaros con corazón, El hombre que vendía tiempo, El plato fanfarrón y Réquiem para una primavera, todos publicados en edebé-Editorial Don Bosco. Actualmente prepara otros relatos en el mismo género.
II. ARGUMENTO
Rafael Fuentealba, un niño sensible e introvertido, miembro de una familia de padre ausente, entabla amistad con “el Tato”, un viejo cartonero que se ha convertido en su confidente y maestro en la población donde viven. Éste le ayuda en sus tareas escolares e incentiva su interés por la lectura, regalándole frecuentemente textos “usados” que el niño lee con avidez. Rafael confía permanentemente a Tato todas sus preocupaciones: vive hacinado en una pequeña casa sin privacidad ni espacio para leer, estudiar o escribir. Cenilda, su hermana mayor, discute frecuentemente con su mamá, ha abandonado el colegio y se refugia en un grupo de amigos en las esquinas de su barrio. Además, “el Nelson”, padrastro de Rafael, quien ha abandonado a la familia apremia constantemente a su madre. Ella vive atemorizada con sus sorpresivas reapariciones que la retrotraen a amargos recuerdos de maltrato, y teme especialmente por Huguito y Yenita, los dos más pequeños, auténticos hijos del Nelson, quien amenaza con quitárselos si no le permite regresar al hogar. Pese a este difícil contexto familiar, Rafael va logrando poco a poco su desarrollo personal y se integra adecuadamente a su escuela. Allí conoce
al “Rolo”, un compañero de curso con quien entable una simpática amistad. Pero la desgracia se agudiza en su hogar, a tal punto que la madre decide tomar algunas decisiones radicales: Cenilda es enviada a trabajar de empleada doméstica, y sus hermanitos deben ser protegidos de la amenazante presencia del Nelson, para lo cual deben internarse en un asilo por un tiempo. Rafael, que los ama entrañablemente, queda destrozado cuando llega el momento de separarse ellos. Sólo apoyado por el Tato logra aminorar su dolor. Pero el Tato está enfermo. Aun así, el cartonero da lo mejor de sí y suple en alguna medida el rol del padre ausente: apoya la participación de Rafael en un concurso literario, corrigiendo el proyecto de cuento que éste va a enviar. Cuando su salud empeora y debe ser hospitalizado, Rafael se las ingenia para ir a verlo y entrar a la sala donde reposa su amigo... Al mismo tiempo, la amistad con el Rolo provoca que accidentalmente su madre conozca a un tío de éste, Ramiro, con quien inicia una relación sentimental. Rafael no aprueba esta situación y, aunque añora un padre para él y sus hermanos, teme la reiteración de dolorosas experiencias familiares. Un día, su padrastro, el Nelson, es encarcelado: acusado de robo, su madre puede ahora respirar tranquila. Sin embargo, para Rafael continúa la desgracia, pues el Tato enferma nuevamente y de gravedad. El niño se angustia y pide ayuda a su madre, quien, en compañía de Ramiro, lo interna en el hospital. A los pocos días, el Tato fallece. Rafael, desolado, apenas puede aceptar su partida. No obstante, el dolor es compensado en parte con la noticia de que ha ganado el concurso literario de su colegio. Al recibir el premio, el muchacho, emocionado, recuerda a su viejo amigo y le agradece entre lágrimas este éxito. En una mezcla confusa de dolor y alegría, comprende que la vida continúa, que ha heredado del Tato su gran confianza y amor, y que es posible tener esperanzas en un futuro más prometedor que el pasado.
III. TEMAS Y ESTRUCTURA
En este esta novela, el narrador es el pequeño protagonista, Rafael Fuentealba, quien nos entrega los hechos bajo la forma de un diario de vida. La compleja situación familiar y el mundo social carenciado que nos muestra el relato, pasa por la visión del niño, que en todo momento se constituye como una voz optimista, esperanzada, aunque sin renunciar al realismo en los momentos dolorosos. La historia se organiza linealmente siguiendo el orden cronológico de los acontecimientos, de acuerdo a las tres secuencias ordenadoras del relato: I. Introducción o presentación del tema: Desde que Rafael narra el episodio en que el Tato le regala un cuaderno verde para que guarde ordenadamente sus escritos, hasta que su hermana Cenilda comienza a trabajar. II. Desarrollo: Desde que Cenilda se va a trabajar hasta que el Tato enferma y es hospitalizado por primera vez.. III. Desenlace o conclusión: Desde que el Tato regresa del hospital hasta que fallece. Tema principal: La amistad entrañable entre un niño y un viejo cartonero, a través de la cual ambos recrean la relación padre-hijo, de la que carecen en su condición de pobreza y marginalidad. Temas secundarios: El abandono del padre, la pobreza, el maltrato familiar, la delincuencia, el hacinamiento, la solidaridad, el amor maternal y fraternal, la aceptación de sí mismo, el reconocimiento y la gratitud.
IV. OBJETIVOS TRANSVERSALES
Educación para la paz:
Mundo de cartón exhorta fundamentalmente a la reflexión en torno a la violencia que significa la marginación social provocada por la pobreza material y la indefensión originada en la carencia de vínculos fundamentales como el paterno. Asimismo, muestra la profunda humanidad y sensibilidad de seres que, muchas veces, son reducidos a precarios roles y anquilosados en ellos. Pero sobre todo, nos señala como camino para consolidar la paz, la apertura de oportunidades de desarrollo para todas las personas sin distinción, permitiendo el acceso a la educación y el bienestar social.
Crecimiento y autoafirmación personal:
Rafael, el protagonista de esta novela, experimenta un proceso de crecimiento que va desde la soledad y la indefensión, hasta el encuentro con los demás y consigo mismo por medio del estímulo y la amistad desinteresada de un viejo que lo acoge y guía como un padre. En el relato se aprecia como, pese a su situación de carencia, los personajes (especialmente Rafael y el Tato) exhiben solidaridad, son fraternos y se ayudan más de lo que el resto de la sociedad, en mejores condiciones económicas, se interesa por ellos. Así, el crecimiento personal se muestra a partir de la importancia de la figura del protector y guía: la presencia del Tato, sin la cual el niño protagonista no habría cumplido el anhelo de su vocación literaria. En suma, Mundo de cartón nos revela una senda de esperanza y fe en la bondad y autosuperación humanas.
V. ORIENTACIONES PARA ENRIQUECER LA LECTURA DE MUNDO DE CARTÓN
1. DIARIO DE VIDA Y DISCURSO AUTOBIOGRÁFICO
Todo escrito autobiográfico —siempre escrito en primera persona— comprende como horizonte del sujeto narrador un preciso espacio social, frente al cual ese discurso se propone como una interrogación a cada acontecimiento o situación que registra o alude; es decir, el sujeto del discurso autobiográfico se inserta de modo esencial en esa historia a la que intenta describir y, posiblemente, descifrar. Con tal fin construye una identidad o una imagen de sí mismo para los otros, a veces arbitraria, pero que a la postre constituye siempre una indagación en el yo a partir de preguntas básicas y universales tales como: ¿Quién soy? ¿Qué ha sido de mi vida pasada? ¿Qué aspiro para mi futuro? De ahí que en el análisis de Mundo de cartón con los alumnos/as, convenga trascender el plano de la anécdota y descifrar el contexto que se puede reconstruir a partir del relato de Rafael: acotar el mundo, el tipo de personajes, el “modus vivendi” y los valores que conforman el horizonte histórico-social de la ficción en cuanto denuncia de un sistema social que segrega y discrimina, margina a los pobres en reductos urbanos asimilables a ghettos sin contacto con el resto del mundo (esto se hará claro cuando la novela revele el origen social del Tato). Este es el marco que condiciona los hechos registrados por Rafael en su diario. Ahora bien: ¿Qué justifica esta escritura? ¿Qué motiva al niño a escribir día a día sus vivencias? Lo que la novela no dice pero muestra: no hay razones para escribir una autobiografía si no ha acontecido una modificación, una “transformación radical” del yo y el surgimiento de una nueva vida, que ahonda más en la diferencia entre el yo evocado y el yo actual. Esta suerte de “conversión” es la que permite explicar el paso que da Rafael: superar los obstáculos que condicionan su desarrollo personal y su vocación como escritor, en un medio en el que pareciera estar ausente la reflexión y contemplación debido a la dureza de la vida, la urgencia por la subsistencia, la precariedad material y la falta de privacidad. Su “testimonio” deviene entonces un ejemplo relevante de superación personal, de madurez y de crecimiento interior. Desde este punto de vista, es recomendable conectar Mundo de cartón con el Diario de Ana Frank. (Para el docente interesado en el tema del discurso autobiográfico en sus distintas expresiones, recomendamos: La invención de la memoria, Jorge Narváez, Pehuén Editores, 1988.)
vaso de leche, de Manuel Rojas; Trapito sucio, de
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