Métodos De Participación Agroalimentaria

Descripción del proyecto

El modelo de producción agrícola instalado en Venezuela y otros países de América Latina es de expansión global, de extracción y transformación de recursos naturales y rentista, donde tanto los humanos como los bienes naturales son simplemente engranajes de un proceso de acumulación que los desatiende, desintegra y hasta elimina.

En este modelo no se toma en cuenta al campesinado, a los indígenas y sus comunidades, aquellos que aún están afianzados a su tierra, con una cultura propia y para el que el desarrollo incluye no sólo una mejora de su necesaria estabilidad económica, sino el respeto y consolidación de pautas culturales, familiares, sociales, ecológicas y de arraigo a un entorno que el modelo industrial desatiende o directamente amenaza.

Tanto ayer como hoy en día, la agricultura familiar es la base de sustentación mediante la cual es posible asegurar las instancias productivas que ayuden a alcanzar sustentabilidad en los campos ecológico, social y económico.

A diferencia de la agricultura industrial altamente dependiente tanto de los insumos externos como de los vaivenes y controles del mercado agroexportador, la agricultura familiar presenta sistemas diversificados de producción más próxima y aportes a la estabilidad de los ecosistemas donde está inserta. La mayor diversidad de producciones de la agricultura familiar tiene su fundamento en la búsqueda de diferentes rentabilidades a lo largo del año, asegurar el autoconsumo familiar, la selección de semillas locales, la reducción de riesgos y especialmente a una menor dependencia de los insumos externos. Esta diversidad productiva se debe y sostiene porque el agricultor es, al mismo tiempo, emprendedor y trabajador, de manera tal que el trabajo y la gestión están yuxtapuestos en la unidad familiar.

Venezuela inmersa en un proceso de transformación revolucionaria hacia la seguridad y soberanía alimentaria, el cambio de las relaciones sociales de producción, la dignificación de la población venezolana en general y la de los excluidos de siempre en particular, debe realizar un enorme esfuerzo en fortalecer los caminos que conlleven a la sostenibilidad de la familia dedicada a la agricultura familiar tanto en los territorios rurales, como indígenas, urbanos y periurbanos a través de procesos que aseguren sus formas de producción y estabilización en sus propios espacios de vida.

El Plan Nacional de Agricultura Familiar, Indígena, Campesina, Urbana y Periurbana (AFICUP) pretende ser la palanca que contribuya a que la agricultura familiar como forma productiva realice una gestión sostenible del agroecosistema, enmarcada en la acción y diálogo participativo que permita el fortalecimiento y la reconstrucción de las redes vinculares como elemento de consolidación de relaciones solidarias dentro de cada comunidad, contribuyendo a diagnosticar, planificar, investigar y apoyar proyectos integrados de desarrollo humano. La agricultura familiar es entendida por AFICUP como aquella forma de producción que tiene al agricultor y su familia, a la comuidad como su fin y no como su medio, que vincula el estilo de vida con el medio físico productivo en un igual espacio, donde la agricultura se convierta en la principal ocupación y fuente del ingreso familiar, la familia aporta una fracción predominante de la fuerza de trabajo utilizada en la producción, se garantiza su autoreproducción para el arraigo de los jóvenes como nuevos agricultores, produce tanto para el autoconsumo y el mercado de manera diversificada y transmite de padres a hijos pautas culturales, de formación y educativas como pilares de un proceso de desarrollo

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