Periodos Criticos De La Adolescencia

Cambios Puberales

El inicio de la adolescencia es el primer periodo crítico en la etapa del desarrollo.

Problemas edípicos en la adolescencia

El complejo de Edipo se presenta en la niñez, entre los 3 y 5 años. La curiosidad de los niños por sus genitales y los de sus amiguitos, así como la sensación en las niñas de que les falta algo, puede desencadenar aspiraciones por poseer pene.

Los impulsos sexuales se dirigen hacia el padre del sexo opuesto y produce un aumento de curiosidad sexual, se intensifica el amor por uno de sus padres y se provoca un conflicto con el otro.

El declive de esta situación se da cerca de los 5 años, cuando el pequeño abandona esa lucha para procurar identificarse con el progenitor del mismo sexo. La masturbación será una salida que le permite dar cauce transitorio a sus impulsos. Esto puede producir que los progenitores revivan sus propios problemas edípicos no resueltos. Es lo que se ha llamado las actitudes contraedípicas.

Los duelos que implican el paso a la adolescencia

La pérdida del cuerpo infantil es un duelo para el púber, y a su vez un renacer, ya que adquiere nuevas características que lo enfrentan con el problema de canalización de la sexualidad. Los padres deben desprenderse de su hijo-niño y evolucionar a una relación con el hijo-adulto. Con frecuencia no solo pierden al niño, sino a adulto que fantasearon. El proceso de renuncias adquiere consecuencias patológicas cuando los padres han construido representaciones irreales de la relación con su hijo.

Cambios puberales y crisis

Las desigualdades del desarrollo de las distintas esferas en que se apoyaba la imagen de sí mismo, tienden a intensificar la sensación de inestabilidad en la adolescencia. Los cambios fisiológicos posibilitan la aparición de fluctuaciones del ánimo lo que provoca que la productividad del joven se vea afectada.

Como defensa pueden refugiarse en conductas regresivas y reinstaurar patrones abandonados de comportamiento, experimentando resistencia al cambio. Esta dinámica puede provocar una crisis, sobre todo cuando quienes les rodean interpretan sus cambios como un desequilibrio y les hacen críticas y burlas.

La crisis puberal puede traer graves consecuencias que pueden invalidar el desarrollo posterior de la persona púber hacia metas más maduras, provocando lesiones significativas a su autoestima.

Perturbaciones en la elaboración de la propia identidad

Si el adolescente ha logrado una confianza básica en el medio que lo rodea y ha resuelto sus conflictos emocionales, podrán anticipar lo que pueden o no llegar a ser con una identidad congruente y fortalecida.

Moujan(1974) afirma:”No hay desesperación mayor que el

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