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Resumen por capítulos del Héroe Discreto- Mario Vargas Llosa.


Enviado por   •  6 de Julio de 2016  •  Resúmenes  •  3.863 Palabras (16 Páginas)  •  31.737 Visitas

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RESUMEN

  • CAPÍTULO I:

El señor Felícito Yanaqué es el dueño de la Empresa de Transportes Narihualá, vivía en el centro de Piura. Un día por la mañana alguien le había pegado un sobre azul en la puerta de su casa, en la carta decía “Don Felícito Yanaqué”: Que a su Empresa de Transporte Narihualá le vaya tan bien es un orgullo para Piura, pero también es un riesgo, pero no se preocupe nuestra organización se encargará de proteger a su empresa, a usted y a su familia, por el pago de quinientos dólares al mes. Don Felícito recordó la frase de su padre: “nunca te dejes pisotear por nadie”; Yanaqué fue a su empresa y por ahí mismo salió para atrás porque recordó que tenía que ir a la estación de policía a poner una denuncia. Don Felícito fue  a la  estación y tuvo que esperar un buen rato hasta que lo atendieron. Le entrega la carta al sargento y este le dice que no le tome mucha importancia. Molesto e indignado salió de la estación, se dirigió a la tiendita de su gran amiga Adelaida a la cual le tenía mucha fe; ella le dijo que haga caso a lo que le decían los extorsionadores pero Felícito esta vez se negó acceder a sus peticiones.

  • CAPÍTULO II: 

Don Ismael pasó por su oficina proponiéndole almorzar juntos, Rigoberto pensó que una vez más le iba a pedir que no se jubile, ya que era su jefe en la empresa que laboraba.

Dentro del restaurant Ismael le pide que sea su testigo ya que se iba a casar con Armida, su empleada, este al escuchar la noticia queda muy sorprendido y le advierte de todos los problemas que vendrán después de dicho matrimonio, pero Ismael sigue con su decisión. Dicha decisión fue tomada el día que cayó en el hospital por un ataque al corazón, y estando muy débil escuchó a sus hijos deseándole la muerte.

  • CAPÍTULO III:

Felícito Yanaqué decide ir a visitar a Mabel (su amante), un viernes por la tarde, esta lo recibió en bata, cariñosa y dicharachera como de costumbre, pero Felícito tenía la cabeza ocupada para poder pensar en “eso”, Mabel se dio cuenta y Felícito le contó lo que le había pasado, Mabel se preocupa mucho por aquella noticia y le sugiere  que valla a la comisaría a denunciar.

Después de una corta conversación Felícito decide marcharse, y al abrir la puerta encuentra un sobre pegado junto al timbre de la casa; decide entrar y leer la carta junto con Mabel, la cual se puso muy pálida. La carta decía: “Señor Yanaqué usted ha hecho mal en haber ido a la policía y pronto tendrá pruebas de que somos capaces de responder a sus provocaciones y  sobre todo no vuelva a dar quejas a la policía”.

 Felícito se dirigió a la comisaría, el guardia lo dirigió hacia una  oficina, ahí estaba el sargento con un oficial, después de una larga conversación Felícito salió de la comisaría profundamente deprimido, ya que sentía que su caso no lo tomaban muy enserio; se dirigió a su casa, ya dentro su esposa Gertrudis le cuenta que recibió una carta de su hermana Armida con la noticia de que se casaría, después ésta se fue a su cuarto.

Felícito se levantó a las seis de la mañana y como de costumbre hizo su rutina de Qi Gong, las cuales fueron interrumpidas por unos golpes en la puerta y al salir el cieguito de la esquina le dice que corra ya que se estaba quemando su oficina.

  • CAPÍTULO IV:

El matrimonio de Ismael y Armida fue el más breve y despoblado que Rigoberto y Lucrecia recordaran, aunque les deparó más de una sorpresa. La ceremonia fue muy rápida; el alcalde leyó a trompicones las obligaciones y deberes de los contrayentes y apenas terminada la lectura, los testigos firmaron el registro. Después los invitados se dirigieron a la iglesia Nuestra Señora del Carmen de la Legua, donde tuvo lugar el matrimonio católico, después de casarse, Ismael revela que se irá con Armida de luna de miel. Rigoberto se preocupa ya que después de esto, los hijos de Ismael buscarían explicaciones y de seguro se las pedirían a él.

Ya en casa y dispuestos a dormir y olvidar todos los problemas que vendrán por este matrimonio, Rigoberto y Lucrecia se poden a adivinar cómo es que sucedieron las cosas para que Armida y don Ismael terminen queriéndose; despertando de una manera rara el deseo sexual de estos dos.

  • CAPÍTULO V: 

Felícito Yanaqué publica un mensaje hacia los extorsionadores en el periódico “El tiempo” y tras este acontecimiento, Felícito se hace famoso en toda Piura, la gente lo paraba en la calle y le mostraba su solidaridad, incluso los policías se comprometieron seriamente en su caso, ya que recibieron una resondrada de su jefe.

Tras una charla con su amigo Vignolo, este le cuenta que casi todos los transportistas ceden a los chantajes de los extorsionadores. Sus hijos también estaban muy preocupados así que le recomiendan que contrate un guarda espaldas o que porte un arma para poder defenderse, y como era de esperarse Felícito Yanaqué dijo que no les iba a dar el gusto a los extorsionadores de gastar su platita por miedo a estos.

Tras el incendio ocurrido en su oficina, el número de pasajeros disminuye notablemente, ya que estos tenían miedo de que atacaran los buses o los asaltaran en pleno viaje; tres semanas después le llega la tercera carta en donde le decían que olvidarían el episodio del periódico y que iban a empezar de cero, dándole un plazo de dos semanas para que recapacite y ceda a dichas peticiones. Decide ir a la comisaría, pero los sargentos no se encontraban, así que opta por ir a visitar a Mabel, cuando llega ésta se pone algo tensa, pero después lo recibe como antes, le cuenta sobre la carta, tienen una larga charla y después Felícito se dijere otra vez a la comisaria en donde lo recibe el capitán Silva, Felícito al salir de allí sentía otra vez que no lo ayudaban con su caso.  

  • CAPÍTULO VI:

Don Rigoberto y Lucrecia hablan sobre el problema de Fonchito, tratan de buscar soluciones, Lucrecia piensa que sería mejor llamar al padre O’Donovan.

Transcurrieron bastantes días sin que el chiquillo volviera a hablarles del desconocido, hasta que un día Lucrecia con una expresión muy asustada le dice a Riogoberto que hablara con Fonchito ya que había llegado del colegio pálido y no quería decir qué es lo que le pasaba, Rigoberto va al cuarto de su hijo y le pide que le cuente lo sucedido, Fonchito le cuenta que cuando se encontraba en las gradas dentro del colegio repasando su curso de matemáticas mientras que sus amigos jugaban futbol,  se percata de la presencia del señor Edilberto y mientras charlaban el Chato Pezzuolo se acerca un poco para llamar a Fonchito, este se despide del señor y se dirige al encuentro de su amigo, el Chato lo recibe con una expresión como diciendo “a este le hace falta un tornillo”, es que lo había visto hablando solo, es por eso que Fonchito llega muy asustado a su casa.

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