ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Resumen Capítulo El "Opio De Los Pueblos". La Civilización Del Espectáculo. Mario Vargas Llosa


Enviado por   •  29 de Octubre de 2012  •  2.364 Palabras (10 Páginas)  •  9.371 Visitas

Página 1 de 10

Resumen

Contrario a lo que los librepensadores, agnósticos y ateos de los siglos XIX y XX imaginaban, en la era posmoderna la religión no está muerta ni enterrada, ni mucho menos está en el desván de las cosas inservibles. La religión es el centro de la actualidad. No se sabe si el fervor, la fe de los creyentes de las diversas religiones del mundo ha crecido o aumentado, pero si se puede afirmar que la religión tiene una presencia en la vida social, política y cultural contemporánea.

Vargas Llosa indica que el gran protagonista de la política actual, el terrorista suicida y visceralmente ligado a la religión es un subproducto de la versión más integrista y fanática del islamismo. El combate de Al –Qaeda contra los musulmanes, renegados del Islam, los infieles, nazarenos o cristianos y los degenerados del Occidente (encabezados por Estados Unidos) es una de las confrontaciones más violentas que con un carácter religioso y terrorismo islamita ha logrado más victimas entre los propios musulmanes que entre los creyentes de otras religiones. Aún y con estas amenazas, las sociedades musulmanas no han atenuado la influencia de la religión en la vida de sus pueblos, sino que la ha exacerbado. En países como Líbano y Palestina, el laicismo no ha ganado terreno, sino que más bien estos focos han disminuido y han crecido las fuerzas políticas con origen fundamentalmente religioso. La religión asoma como la razón profunda del conflicto y de la división social que se vive en casi todos los conflictos de los últimos tiempos: Israel /Palestina, la guerra de los Balcanes, las violencias de Chechenia, Xinjiang en China, los musulmanes en la India y Pakistán y etcétera.

El catolicismo, menciona Vargas Llosa, vive en su seno grandes conflictos; hace unos años fue el choque entre su doctrina y la de los progresistas promotores de la “Teología de la Liberación” en donde los últimos dos pontífices católicos parecen haber resuelto, con el acorralamiento, más no la derrota, de esta última tendencia. Actualmente la Iglesia católica, tiene un problema más agudo relacionado con el silencio de la jerarquía eclesiástica ante las violaciones y pedofilia en colegios, seminarios, albergues y parroquias, extendidas en el espacio y en el tiempo. Aún así, en un sentido no numérico, las dificultades han aguzado la energía y militancia de los católicos, que nunca han estado tan activos en sus campañas sociales como ahora, manifestándose contra los matrimonios gays, la legalización del aborto, las prácticas anticonceptivas, la eutanasia y el laicismo. Expone el caso de España, en donde la movilización católica, tanto de la jerarquía como de las organizaciones seculares, es de impresionante amplitud alcanzando por momentos una virulencia que de ningún modo se consideraría una Iglesia en retirada o contra las cuerdas.

Se pone en comparación las iniciativas de la Iglesia protestantes y la católica en América Latina, en donde ésta primera ha obtenido resultados notables en zonas marginales y de extrema pobreza en donde por falta de sacerdotes o fervor misionero han cedido terreno a estas impetuosas iglesias protestantes las que prohíben el alcohol y su exigencia de entrega constante a las prácticas religiosas de los conversos hace que haya mayor estabilidad en las familias, manteniendo a los maridos alejados de las cantinas y burdeles.

En el caso de la URSS y los países satélites al desplomarse el comunismo luego de setenta años de persecución a las iglesias y prédica atea, la religión no sólo no ha desaparecido sino que renació y volvió a ocupar un lugar prominente en la vida social. Al desplomarse el comunismo, las religiones ortodoxas y católicas florecen de nuevo, lo que nos indica que nunca desapareció, solo estuvo adormecida y oculta para resistir el asedio, teniendo eso si, siempre del apoyo discreto de vastos sectores de la sociedad. Los gobiernos de Putin y de Medvénev han devuelto las iglesias y propiedades religiosas confiscadas por los bolcheviques, así como catedrales del Kremlin, conventos, escuelas, obras de arte y cementerios que pertenecieron a la Iglesia. Se calcula que desde la caída del comunismo, el número de fieles ortodoxos se ha triplicado en toda Rusia.

Se genera la pregunta si existe la posibilidad de que la religión dé señales de eclipsarse, y la respuesta es que NO, la religión tiene vida para rato. No existe en ésta polémica que se pueda ganar o perder con razones, porque siempre a éstas antecede un acto de fe. No existe manera de demostrar racionalmente que Dios exista o no. Todo razonamiento a favor de una tesis tiene su equivalente en la contraria, de modo que en torno a este asunto, todo análisis o discusión que quiera confinarse en el campo de las ideas y razones debe comenzar por excluir la premisa metafísica y teológica de la existencia o inexistencia de Dios y concentrarse en las secuelas y consecuencias que de ella se derivan: la función de las iglesias y religiones en el desenvolvimiento histórico y la vida cultural de los pueblos, asunto verificable por la razón humana.

Un dato fundamental es que todas las culturas y civilizaciones creen en un ser supremo, creador de lo existente, y en otra vida que antecede y sigue a la terrenal. Todas confían en que existe otra vida después de la muerte, aunque las características de esa trascendencia varíen hasta el infinito según el tiempo y el lugar. Pero ¿por qué todos los seres humanos de todas las épocas y geografías hayan hecho suya esta creencia? La respuesta de los ateos es: la ignorancia y al miedo de la muerte. Pero, añade Vargas Llosa, tanto hombres como mujeres, sin importar el grado de información o cultura, de lo más primitivo a lo más refinado, no se resignan a la idea de la extinción definitiva, a que su existencia sea un hecho pasajero y accidental, y por ello, es que necesitan que haya otra vida y un ser supremo que la presida. La fuerza de la religión es tanto mayor grande sea la ignorancia de una comunidad. Cuando el conocimiento científico va limpiando todas supersticiones de la mente humana y las reemplaza por verdades objetivas, toda la construcción artificial de los cultos y creencias con el que el primitivo trata de explicarse el mundo, la naturaleza y el trasmundo empieza a resquebrajarse. Éste es el principio del fin para esa interpretación mágica e irracional de la vida y la muerte, lo que al fin y al cabo marchitará y evitará a la religión, PERO esa es la teoría…. En la práctica no ha ocurrido ni tiene vastos de ocurrir. Aunque la ciencia y la tecnología ha permitido que el ser humano se conozca plenamente el mismo y la naturaleza que lo rodea, salvo para una minoría, no se ha logrado arrancar a Dios del corazón de los hombres ni que tampoco las religiones se extingan. Los ateos dicen que se

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.9 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com