Sobre Lingüística y poética de Roman Jakobson

Sobre Lingüística y poética de Roman Jakobson

Roman Jakobson, en su artículo Lingüística y poética, plantea como primer problema a abordar en lo concerniente a la relación entre la poética y la lingüística, qué es lo que hace que un mensaje verbal sea una obra de arte. La poética es una parte integral de la lingüística ya que se interesa por los problemas de la estructura verbal.

Dentro de una concepción funcionalista del lenguaje, en la cual se distinguen seis funciones (emotiva, referencial, conativa, poética, fática y metalingüística) de acuerdo a seis factores respectivos (destinador, contexto, destinatario, mensaje, contacto y código) en las que se expresa cualquier mensaje verbal, el interés especial por la forma es lo que Jakobson denomina función poética, función que logra captar la atención del receptor del mensaje sobre su forma, leyendo entre líneas una suerte de voluntad estilística por parte del escritor. En efecto, hay determinadas producciones lingüísticas cuya función primordial es proporcionar placer literario, un deleite de naturaleza estético. La literatura, entendida como mensaje literario, tiene particularidades que la hacen diferente a otros tipos de discursos. Esa differentia specifica es la que hace a la literaturidad, permitiendo distinguir el mensaje poético de los otros mensajes funcionales que existen en el lenguaje a través de signos.

Los estudios literarios trabajan en dos bloques: el sincrónico o simultáneo, a partir del cual se estudia la relación entre los objetos literarios contemporáneos, y el diacrónico, que remite a los hechos históricos y permite estudiar los objetos literarios en el pasado y su variabilidad, así como comparar los objetos actuales con los tradicionales.

Desde esta perspectiva, el lenguaje literario sería un lenguaje estilizado y con una trascendencia particular, destinado a la perdurabilidad; muy diferente a las expresiones de la lengua de uso común; destinada a su consumo inmediato. La literatura, por otra parte, exige por tradición un respaldo sustentable: ciertos vuelcos lingüísticos o quiebres con cánones establecidos no podrían escribirse si no hubiera existido antes aquello ante lo que se rebelan o quiebran. Un texto literario no puede estimarse de forma inmanente y autónoma, sino como consecuencia de otros textos.

Cualquier texto poético es regido por dos polos: el paradigmático o metafórico, es decir, lo que Jakobson denomina eje de selección, que implica la transformación de los efectos sémicos de las palabras; y el polo sintagmático o eje de combinación en el que los semas se combinan en la cadena discursiva y en el cual reina la metonimia como tropo. El lenguaje poético combina redundancias y desvíos de la norma para alejarse del lenguaje común, causar extrañeza, renovarse, impresionar la imaginación del receptor y la memoria, llamando así

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