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Todos Los Fuegos El Fuego. Analisis Literario


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2013  •  2.050 Palabras (9 Páginas)  •  2.644 Visitas

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INFORME DE LECTURA

“TODOS LOS FUEGOS EL FUEGO” DE JULIO CORTÁZAR

Las obras de Julio Cortázar parten de los cuestionamientos cotidianos de la vida, de los planteamientos y circunstancias de la existencia humana, con relatos de un fuerte y arriesgado carácter experimental, convirtiéndolo en uno de los escritores mas innovadores de la literatura y la narrativa en la lengua hispana. Muchos autores y críticos lo comparan con Borges, ya que sus historias evocan lo fantástico, aunque sin dejar de lado la realidad cotidiana, por lo que sus obras tienen siempre una estrecha relación con el surrealismo. En la literatura de Cortázar la realidad cotidiana y común representa una vía de acceso a otras dimensiones de lo real, en las cuales la vida misma se desarrolla en un sin numero de formulaciones, razón por la cual su narrativa es un permanente cuestionamiento de las estructuras convencionales del pensamiento y la razón.

Todos los fuegos el fuego es un cuento basado en las relaciones afectivas de las personas, en el amor, la envida y los celos. Sin duda alguna la peculiaridad que más sobresale en este relato es la técnica narrativa empleada por el autor; el cuento se compone de dos experiencias o historias narradas simultáneamente pero que se desarrollan en un tiempo y lugar completamente diferentes.

Por un lado, la primera historia tiene lugar en la antigua Roma, donde se lleva a cabo una pelea de gladiadores en una arena en medio de un circo: “Casi me siento culpable de haberlo traído a esta arena de provincia; algo de él se ha quedado en Roma, bien se ve.” (Cortázar, 1966: 585); mientras que la segunda, esta situada en un contexto moderno, en un ciudad y en espacios cerrados o interiores.

Ambos relatos se muestran en un comienzo de forma independiente, es decir, como si no hubiera ninguna relación entre ellos, pero con el transcurrir de la trama las dos historias se van entrelazando, mostrando sus similitudes en cuanto a hechos, momentos, situaciones y personajes; hasta encontrarse completamente conectadas hasta el punto de tener un mismo final. Este cuento es contado por un narrador omnisciente, que no se involucra directamente en el desarrollo de los hechos y que no se relaciona en ningún momento con los personajes, narrado en tercera persona y en tiempo presente, a pesar de que parte del cuento nos remita a épocas pasadas.

Este dualismo de historias al interior de la obra, hace necesario una mayor habilidad y concentración por parte del lector, ya que la forma en que comienza a relatarse la segunda de ellas no es muy clara, creando la necesidad de releer ciertas partes del texto para llegar a comprender mejor que se trata de una historia diferente y de diferentes personaje:

“Urania y Licas aplauden esperando la respuesta de Irene, pero ella devuelve en silencio la copa al esclavo, ajena al clamoreo que saluda la llegada del segundo gladiador. Inmóvil, Marco parece también indiferente a la ovación que recibe su adversario; con la punta de la espada toca ligeramente sus grebas doradas. “Hola”, dice Roland Renoir, eligiendo un cigarrillo como una continuación ineludible del gesto de descolgar el receptor. En la línea hay una crepitación de comunicaciones mezcladas, alguien que dicta cifras, de golpe un silencio todavía más oscuro en esa oscuridad que el teléfono vuelca en el ojo del oído.” (Cortázar, 1966: 580)

Como personajes encontramos, en el primer relato, Al vengativo, frio, egoísta y algo humillante y cruel Procónsul, a su esposa Irene, que aunque infiel, demuestra ser una mujer noble, pero triste, solitaria e inconforme y un tanto arrogante, finalmente como último personaje principal Marco; un valeroso, honorable y respetado guerrero que termina sufriendo las consecuencias de poner sus ojos en la mujer equivocada. También son parte importante de la historia los personajes secundarios, que son el Nubio, el gladiador contrincante de Marco; Licas el viñatero y su mujer Urania.

En la segunda historia los personajes principales, serían Ronald Renoir, quien se presenta, similar al Procónsul, como una persona fría y egoísta y con cierta indiferencia, ante su traición causada a Jeanne, esta se muestra como una mujer indefensa en principio pero que poco a poco va expresando mas tenacidad y determinación en sus argumentos, sin embargo es bastante notoria sus tristeza y sentimiento de soledad. Sonia por otro lado, la amante de Ronald, es una mujer decidida, sin rodeos y que no titubea para decir cosas que pueden causarles daño a otros, es atrevida y un tanto cínica y odiosa:

“Te llamó, ¿verdad?” Roland busca un cigarrillo. “Hiciste mal”, dice. “Se supone que esa tarea les toca a los hombres, al fin y al cabo he estado más de dos años con Jeanne y es una buena muchacha”. “Ah, pero el placer”, dice Sonia sirviéndose coñac. “Nunca le he podido perdonar que fuera tan inocente, no hay nada que me exaspere más. Si te digo que empezó por reírse, convencida de que le estaba haciendo una broma”. Roland mira el teléfono, piensa en la hormiga. Ahora Jeanne llamará otra vez, y será incómodo porque Sonia se ha sentado junto a él y le acaricia el pelo mientras hojea una revista literaria como si buscara ilustraciones. “Hiciste mal”, repite Roland atrayendo a Sonia. “¿En venir a esta hora?”, ríe Sonia cediendo a las manos que buscan torpemente el primer cierre. (Cortázar, 1966: 587)

En este segundo relato también pueden considerarse como personajes los terceros que se escuchan en medio de la conversación telefónica, el que dicta los números, la mujer que pregunta por la estación del norte; y que juegan entre los diálogos de los personaje dándole, de alguna forma, cierto ritmo y suspenso al desarrollo del relato, convirtiéndose en otra característica más que diferencia el lenguaje narrativo de Cortázar: “No seas tonta”, aconseja Roland, “mañana lo comprenderás mejor, es preferible para los dos”. Jeanne calla, la hormiga dicta cifras redondas: cien, cuatrocientos, mil. “Bueno, hasta mañana”, dice Roland” (Cortázar: 1966: 586)

Ambas historias giran en torno a un triangulo amoroso

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