A Propósito De LLewyn Davis

A propósito de LLewyn Davis

Dicen que el ser humano es el único mamífero capaz de tropezar dos veces con la misma piedra y la última película producida, dirigida y montada (enmascarados como Roderick Jaynes) por los hermanos Coen lo prueba. No puedo hablar por sus otras películas dado que no las he visto, pero en A propósito de Llewyn Davis nos presentan a un cantante de folk que intenta sobrevivir en Greenwich Village, la Nova York de 1961, gracias a sus interpretaciones en clubs y la ayuda de un reducido grupo de amigos. ¿Su mayor preocupación y meta? Encontrar un sofá donde poder pasar la noche y triunfar como solista en la escena folk, en ese orden. Este Lazarillo de Tormes del siglo XX, a veces impresentable y otras altruista, se ve enfrascado en un viaje homérico, donde en vez de ser castigado por Poseidón, Apolo le hace perder el rumbo una y otra vez. Olvídense de la redención y de finales al estilo La Vie en Rose, esta película no es para personas que busquen acción trepidante o un clímax soberbio. Nuestro particular héroe está condenado a revivir la misma terrorífica semana una y otra vez, como el uróboros que se muerde la cola. Nosotros deseamos que se rompa la maldición, pues este looser nos tiene embrujados, pero la decepción es asfixiante.

El relato de un pozo muy profundo llamado alma, perfectamente narrada a ritmo de folk, plasmada por una excelente fotografía a manos de Bruno Delbonnel (Director de Fotografía) y recreada por Deborah Jensen (Directora Artística) donde música, pasillos estrechos, paletas de color pastel, claroscuros, días sin sol e invierno con abrigos prestados nos sumergen de lleno en el viaje. La gran interpretación del papel protagonista de Oscar Isaac (El legado de Bourne, Ágora, Red de mentiras) y como secundario el regalo de John Goodman (El vuelo, Argo) nos permiten empatizar con estos entrañables personajes que batallan con la vida sin prisas pero sin pausa, mientras nosotros nos preguntamos si Llewys entiende realmente el mensaje del lavabo de una de sus muchos descansos en la carretera: What are you doing? (¿Qué estás haciendo?)

Road movie inesperada, drama servido y humor negro son los adjetivos con mayúsculas para esta película donde el espectador deberá reflexionar sobre lo que ha visto o de lo contrario no habrá visto nada y su dinero caerá en saco roto. Pero tranquilos, aún hay un rayo de esperanza en este yermo gris, Ulises llega a casa y con escroto.

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