Analisis del chavo del 8

“El Chavo del 8”, programa protagonizado por Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”,  cuenta la historia de una populosa vecindad de la ciudad de México. En ella el “Chavo” un niño abandonado junto a sus amigos (Kiko, la Chilindrina, Don Ramón, Señor Barriga y Doña Florinda) viven una serie de aventuras en las que pondrán a prueba la paciencia y la buena voluntad de todos aquellos que conforman la vecindad. A partir de ello para el presente análisis tomaremos en cuenta aspectos como: la vestimenta, lenguaje y evolución del personaje; los mismos que nos permitirán entender un poco más a esta serie que hasta el día de hoy se encuentra en vigencia.

La vestimenta utilizada en el show refleja las condiciones en las que se desenvolvía la sociedad mexicana. Observar a un niño usando ropa remendada o a su vez a una niña que lleva vestidos extravagantes de segunda mano contrasta con la impecable vestimenta de marinerito que porta el niño mimado de la colonia y muestra la realidad de la división de clases sociales existentes en la época.

El vestuario utilizado en la comedia cambio conforme la evolución que experimentaron los personajes de la misma, una muestra de ello son los colores utilizados que en un principio eran claros (en su mayoría amarillos), estos fueron sustituidos por colores más fuertes como el rojo y azul con el fin de lograr una mayor atención en el espectador.

El lenguaje verbal es el dominante dentro del programa, sin embargo el lenguaje no verbal es utilizado como un nexo que permite una mejor recepción del mensaje que pretende trasmitir “El Chavo del 8”. Irreverente y simplista, características de la jerga popular utilizada en el show, hacen que los mensajes emitidos sean de fácil comprensión y a su vez permite que sea disfrutado por personas de cualquier edad o clase social. Como mencionábamos al principio del párrafo la jerga popular no tendría el efecto conseguido sino estuviera apoyado de la gestualidad y movimiento del cuerpo, los mismos que se efectúan de una manera excepcional por parte de los actores, brindando personalidad y frescura a la interacción que cumplen cada uno de los protagonistas que conforman la serie.

“El Chavo del 8” ha servido como una plataforma para la protesta social, tocando temas considerados como “tabú” en la sociedad. El desempleo, la violencia y trabajo infantil, la violencia de género, las distintas brechas sociales entre otros han sido los aspectos que de una forma divertida y pintoresca trata el chavo en cada uno de sus episodios, con el fin de generar conciencia en cada uno de los espectadores. Sin embargo no todo es malo, dentro de su concepción el programa intenta rescatar la enseñanza de valores y principios como la lealtad, solidaridad la verdad entre otros con el fin de generar una sociedad altruista que se preocupe con el bienestar colectivo y no individual.

Por último, cabe destacar que al igual que con el vestuario, la evolución de los personajes en su aspecto moral va de la mano con la mejora en la construcción de contextos; este es un punto que recae en manos del actor, quien en su proceso de descubrimiento acentúa las bases con las que genera conexión con el ambiente en el cual se desenvuelve su caracterización, generando así un personaje conceptualmente más desarrollado y con una mejor perspectiva del mundo.

En conclusión, “El Chavo del 8” nos muestra una gama de oportunidades de comprender las distintas realidades en las que se desenvuelve el mundo y la sociedad mexicana, y no solo ella si no la sociedad latinoamericana en general. Su toque de humor y sensibilidad abre los caminos para que devele una serie de problemas, que de no ser por el uso correcto del lenguaje y los gestos sería rechazada por la comunidad de telespectadores, sin embargo el paso de los años y su vigencia demuestra que el trabajo ha sido realizado de manera excepcional en cada uno de sus detalles.

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