Apreciación informal de la película "Amor y letras"

Con el pasar de los años, los gustos y costumbres adquieren un carácter más rebuscado y tan (perdón por lo redundante la expresión) específicos que ya puede caber en tu mente la sensación de gozo, aunque también tristeza por un libro, una canción o una  conmovedora película. Una película puede ser muy simple de ver y simple de interpretar, pero el camino no termina con los créditos; lo hace parcialmente cuando olvidas cuanto te fascino y cuál puede ser la casualidad de que tu vida tenga un pedazo de drama en el mismo film. Que expresión tan hermosa puede tener el arte cuando sin querer entra en el oscuro cuarto de tus sentimientos, pues donde esperabas solo pasar el tiempo juzgando tus expectativas para con dos horas de cinta terminas encontrando lecciones y tal vez corazonadas que te marcan quizá hasta el último de tus días, porque terminan siendo parte de ti todas esas emociones que creías que no tenías o que solo estaban apagadas en tu interior. Del mismo modo hay cierta tristeza al terminar de gozar algo tan simbólico: una parte de ti piensa que no volverás a sentir el mismo calor en un buen tiempo. Pero de todas maneras, recibo esa tristeza con todo el orgullo que siento de disfrutar algo que alguien se esforzó en construir y espero ansioso sentir esto de nuevo. Que la vida traiga esperanza y algarrobina. Atrevidamente entrare en cada lugar que prometa darme una parte de su esencia.  Quizá me vaya mal, quizá quiera rendirme otra vez, pero sea cual sea el tormento, sé que no será eterno. La suerte acompaña al valiente dijo Julio Cesar y pienso ser el valiente que espere tener la suerte de llegar a alguien del mismo modo en  que Josh Radnor (gran director y actor) llego a mí con esa maravillosa película “Amor y letras”.

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