Descripción expresiva de la película “Lost in translation”. Un último silencio

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UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS

Facultad: Comunicaciones

Carrera: Comunicación y Marketing

Curso: Taller de técnicas de expresión escrita

Sección: ZX34

Evaluación y numero de la evaluación: Tarea Académica 1

Tema evaluado: Descripción expresiva de la película “Lost in translation”

Nombre de alumna: Susan Carbajal

Código de alumna: u201523028

Numero de palabras empleadas: 527

Fecha de entrega: 06/09/18

Título: Un último silencio

La hora para volver de nuevo a la realidad cada vez más próxima. Mientras subo al taxi que me llevará al aeropuerto con un sólo destino: Londres, pienso en todos los momentos que pasamos y unos escalofríos que nunca había sentido recorren todo mi cuerpo; no sé si realmente la llamaría destino, pero aquella chica con ojos azules como un cristal y unos labios rojos como una manzana había logrado mucho en tampoco tiempo, no dejaba de sorprenderme: Charlotte. Mi expresión es firme, pero siento un gran vacío difícil de comprender, trato de quitarla de mis pensamientos, pero eso siempre es un intento fallido. Al llegar a la ciudad que vive en el futuro conocida como: Tokio intentaba escapar de millones de sensaciones que aumentaron, en mi cabeza, seguía la pregunta de si realmente estaba haciendo lo correcto y no dejaba de retumbar como si de un balón de básquet se tratara. Los recuerdos vienen a mi mente como una película de blanco y negro, llegué queriendo estar en mi soledad y convertir al bar del hotel en mi mejor amigo. Lo nuestro fue un amor especial y un poco particular; cuando regresé a la realidad y veía por última vez las calles que fueron testigos de todo. Estaba en semáforo rojo y al girar mi cabeza logré divisarla ante miles de personas. Por un momento pensé que era un sueño y parpadeé tan rápido como si de un rayo se tratara; bajé la ventanilla y, en un par de segundos, mi mente quiso explotar como: una bomba atómica. No sabía si quedarme y seguir mi camino, o bajar y hablar con ella. Como instinto bajé y por poco me olvido decirle al chofer que me espere; al estar a pocos metros de ella me quedé mudo y lo único que atine a decir fue un “hey”. Ella volteo y me sonrió como nunca antes. Me acerqué para estar a centímetros y la comencé a observar; como si fuera un diamante en un museo. La seguí observando y la agarré para darle un abrazo como si nunca quisiera despegarme y que por un momento se detuviera el tiempo. Tomé su cabello y lo comencé a acariciar tratando de no dejarle una salida. Ella sollozaba. Fue en ese momento cuando le susurre al oído por última vez y no lo pensé dos veces y la besé como si no hubiera un mañana, fue tan especial. Charlotte me miró tratando de reflejar cómo se sentía y yo solo le otorgué un beso en la mejilla para despedirme, sabiendo que no la alejaría de mi vida porque se convirtió como el aire que necesito para vivir. Cuando comencé a caminar no dejaba de mirarla; era tan perfecta que parecía irreal. Ella también y se ruborizó un poco, puso un mechón de su cabello detrás de su oreja sonriéndome y no pude evitar hacer lo mismo, expresando una alegría tan inmensa por haberla visto antes de irme. Seguí mi camino hacia el taxi que me esperaba, subí y le dije al chofer que continúe. Ahora me encontraba reflexionando por lo que acababa de pasar y solo logré escapar un suspiro interminable.

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