El Espejo
otrorious20 de Mayo de 2012
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El Espejo 2
de Emilio Carballido
PERSONAJES
ELLA
ÊL
ALGUIEN
Sugerencia de recámara. Un saco en una silla colgado. Él está en una sillón, languideciendo, envuelto en un cobertor. Entra ELLA. Trae un abrigo puesto, carga una maleta.
ELLA : ( Al público.) Somos las víctimas eternas de los hombres, ésa es la verdad. Se nos engaña siempre, se nos miente. Se nos maltrata en las más diversas formas.
Una sale de viaje, y al volver a su hogar puede tener muy dolorosas sorpresas.
Por ejemplo, puede ocurrir esto. ( Sale un momento, vuelve a entrar, muy decidida ya, y muy furiosa. )
ÊL, la ve, con ojos de moribundo. ELLA lo fulmina con la mirada, suelta la maleta.
ÈL: ( Desfallecido.) Mi vida, ya volviste.
ELLA: Sí. ¿Te sorprende?
ÈL: Hace ya una semana te esperaba. He estado muy enfermo. ¿Por qué tardaste tanto?
ELLA: No trates de cambiar el tema. ¿Dime quién es esa mujer que tienes aquí en la casa?
ELLA: La acabo de ver cruzar, desbordando lujuria por los poros. De la sala corrió a la cocina cuando me vio.
ÈL: Ah, es la criada que nos consiguieron.
ELLA: Criada, ¿no? ¿Y pretendes que lo crea?
ÈL: Pero si tiene más de 70 años.
ELLA: A ti siempre te han gustado las mujeres maduras. ( Se queda oyendo. Va de puntitas al otro lado. ) Y estoy oyendo que acá también… ( Sale un momento, exclamación. ) Esto me faltaba. (Vuelve.) ¡Otra! ¡Otra! Una mujer de blanco, aficionada a las drogas. Estaba preparando una jeringa.
ÊL: ¡Pero si es la enfermera!
ELLA: ¡Todos los vicios en esta casa, todos! Mira que cara tienes. Se nota bien lo que has hecho mientras no estuve.
Suena un claxón afuera.
ÊL: Te estoy diciendo que tuve tifoidea. ¡Tengo todavía!
ELLA: ( Recoge la maleta.) Te doy una semana de plazo para deshacerte de tus tonterías y volver a la vida normal. Si yo vuelvo, y tù sigues en esta vida,
habrà sido el fin de todo. ( Cuena el claxòn, ELLA empieza a irse.)
ÊL: ¿Pero a donde vas?
ELLA: Me regreso a Acapulco. Por fortuna, no se habîa ido el coche de mis amigos.
( Sale.)
ÊL: ¡Te juro que soy inocente! ( Sale casi arrastrandose, tras ella.)
ELLA vuelve. Sin maletas, sin abrigo, elegantìsima y llena de joyas.
ELLA: Somos vìctimas. Esto puede pasarle a cualquiera. Aunque hay otras mil cosas
que sufrimos. La gente tiende a pensar mal de nosotras, no se por què. Nadie tan
mal pensado como los hombres. Una recibe a un señor para conversar, y nos
aterramos de ver llegar al marido y nos explicamos con torpeza, y algo
perfectamente lògico y cierto, suena a mentira. Ahora, por ejemplo, yo no tendrìa
nada que ocultar. Recibì una visita, un señor que se encuentra aquì con la mayor
correciòn. Saliò un momento, porque se mancho de anchoas el pantalón. ( Saca
una charolita con dos copas y bocadillos. La coloca en una mesita.) Pero mi
esposo es un ogro, tiene un genio infernal y violento, jamàs oye razones, y lo màs
inocente le parece culpable. Por fortuna, saliò de viaje. ( Va hacia el baño.)
Deja la mancha en paz y ven a tomar una copa. Me chocan los hombres tan
cuidadosos. ( Ruido afuera, portazo. Ella se aterra.) ¡No salgas, no te muevas!
¡Està llegando mi marido! ¡Escòndete donde puedas! ¡Envuèlvete en la cortina
de la regadera!
ELLA corre por la habitación, como loca. Toma al fin algo que parece un
libro, lo abre, lee. Entra ÊL, con la maleta en la mano.
ÊL: Amorcito, se descompuso el aviòn y tuvimos que regresar, fìjate
...