El Hombre Muerto

EL HOMBRE MUERTO

Horacio Quiroga

El hombre y su machete terminan de limpiar la quita calle del bananal, el hombre echa una mirada satisfecha a los arbustos rosados, baja el alambre de púa para pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbala sobre un trozo de corteza desprendida del poste, su machete se escapa de su mano mientras el cae.

El hombre se encuentra tendido en la gramilla acostado sobre el lado derecho la boca se le abre en toda su extensión y luego la cierra. Las rodillas están dobladas la mano izquierda sobre su pecho, por debajo del cinto se encuentra su puño y la mitad de la hoja del machete; el hombre intenta mover la cabeza luego da una mirada de reojo a la empuñadura del machete, el hombre abre y cierra los ojos rápidamente da una mirada a las hojas pero el viento no las mueve, el hombre ve desde su posición el techo rojo de su casa.

Recuerda las veces en la que regresaba a casa después de tomar un descanso de su trabajo y en las que solía admirar su lugar de trabajo.

El hombre escucha a alguien silbar a sus espaldas pero no le puede ver, escucha los pasos del caballo, da una mirada a su alrededor y ve el mismo potrero, ve el mango de su machete oprimido en su mano derecha.

Escucha a lo lejos a su mujer y a sus hijos buscándolo para almorzar su hijo menor comienza a gritar “Mi Piapla” recuerda las veces en las que había salido sin problema luego de trabajar con su machete en el bananal, se recuerda a él mismo descansando recostado en un poste con las piernas recogidas, vuelve a escuchar la voz de su hijo más proximal al final decide descansar eternamente.

...