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El corpus de creación griego en el romántico músico latinoamericano


Enviado por   •  23 de Mayo de 2019  •  Ensayos  •  1.669 Palabras (7 Páginas)  •  169 Visitas

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David Jaramillo Vesga

El corpus de creación griego en el romántico músico latinoamericano.

A lo largo del proceso de varios semestres de la clase de historia de la carrera de música de la Universidad Javeriana, se ha indagado en el conocimiento de pensamientos y concepciones que ha tenido la música para varios periodos de la música y diferentes culturas. Como intérprete de música popular, he aprendido que se puede cambiar la interpretación de cualquier obra, o enriquecer su sonoridad a partir de conocer los contextos de las épocas, los factores que afectan a los compositores e intérpretes desde su región o ideología para entender otro tipo de valores estéticos y sensoriales frente a las diferentes músicas, estableciendo mi experiencia personal como punto de partida, he tratado de asumirme como músico colombiano, latino americano del siglo XXI.

El contenido de la tercera historia, aborda temáticas desde el periodo clásico, hasta principios de la segundad mitad del siglo XX, me parece que busca resaltar el progreso, el granito de arena que aporta cada ente, u obra para que sea la música la que evolucione. Uno de las transiciones que me llamó la atención es del periodo clásico al romántico, siendo evidente la “novedosa” introspección del artista, donde ya lo mas importante para transmitir no es la razón, si no la emoción.

“No fue una filosofía si no una suerte de religión emocional, tan nebulosa como ardiente. Penetro sensiblemente en la psique, en los sueños y los anhelos, en el inconsciente y en lo misterioso, en aquellas regiones donde los hombres sienten intuitivamente más de lo que conocen por el razonamiento. El poeta se convierte en un vidente; es mas de lo que sabe. Su arte es inspirador divinamente. Los artistas son una casta superior, no por su cuna sino por introspección.” (Artz, From the renaissance to Romanticism. 1962)

En el periodo romántico el artista se inclina a ser más escandaloso, y a buscar enriquecer sus propias experiencias, yendo a contracorriente de la razón representada por el clasicismo, en ocasiones tan distante que se compara con los dioses griegos de Apolo y Dionisio, ambos diferentes, pero representaban las fuentes del arte para los griegos. La asimilación sería el clasicismo es apolíneo; y el romanticismo es Dionisiaco.

“Fue el filósofo alemán Friedrich Nietzsche quien eligió los términos apolíneo y dionisiaco para representar lo que veía como los dos impulsos centrales de la cultura griega. Apolo, presidiendo serenamente a las musas en el Parnaso, simboliza todo lo que en la vida y el arte griego es ordenado, moderado, proporcionado, racional, comprensible y claro en su estructura formal. Dionisio, dios del vino y señor de las orgias y el teatro, simboliza todo lo maniaco, extático, desorganizado, irracional, instintivo, emociones; es decir, todo lo que tiende a sumergir a la personalidad individual en un todo mayor.” (Rowell 1985)

Haciendo un breve comparativo entre lo que pasaba a finales del siglo XVIII y el siglo XIX, y la realidad del artista en américa, me parece una situación muy similar. Con la llegada de los españoles, borraron nuestra historia con el arte y la relación con el entorno. Con la excusa de evangelizar, los curas españoles usarían la música para que los indígenas tuvieran la oportunidad de conocer de dios, logrando un sincretismo religioso, y estableciendo formas de hacer música, con otros objetivos y direcciones, si antes se le cantaba a la siembra, ahora no sería bien visto, porque no era para el dios para el cual estaba hecho el canto. La situación del artista romántico y latino son parecidas, ambos mediante unos conocimientos aprendidos, crean obras de arte priorizando el sentir, la esencia por encima de la forma. Si el romántico estaba bajo la sombra del perfeccionismo clásico, el artista del nuevo estaba bajo condicionamiento de pensamiento y creatividad, por la alta necesidad de copiar todo lo que pasaba en Europa en américa, aprovechando el oro para ilustrar lo barroco desmesuradamente, donde entre más parecido sea a lo europeo mejor.

“En el nuevo reino de granada, durante los siglos XVI y XVII, las formas externas de expresión festiva incluían, según lo que la ocasión demandase. procesiones y mascaradas, lidias de toros y juegos de cañas, certámenes poéticos, arcos triunfales, decoración de fachadas, representaciones teatrales, músicas y bailes. Siguiendo el ejemplo de la península ibérica, los conquistadores y sus descendientes convirtieron en diversión el fuego y la pólvora; la imagen del demonio, del mismo modo que flagelan sus cuerpos en actos de penitencia cuaresmales y se privaban del sueño en vigilias nocturnas de homenaje a los santos patronos, servía para incentivar devociones cristianas.” (Orian Jimenez Meneses, Juan David Montoya Guzman; editores. Fiesta, memoria y nación. ritos, símbolos y discursos, 1573-1830, pág. 34)

El escritor cubano y crítico musical Alejandro Carpentier me puede ayudar a buscar otro punto de encuentro entre los dos tipos de artistas que estamos abordando. Para Carpentier el barroco es un periodo de demasiados detalles y ostentosidad, tanto brillo en las iglesias era como tratar de “meter el sol en una jaula”, el barroco odia el vacío, y el artista romántico no trataba de ser vacío, si no tocar los espíritus mediante su emoción, tratar de manipular su emoción con los conocimientos que ya tenía, provocaría otro tipo de música, más pasional. El músico latino no está lejos de sentirse como el romántico, (de pronto los dos son barroco) ya que en la conciencia de que es un ser diferente al español, su relación con el mundo debe ser distinta, y única, a tratar de querer vivir como español, o colonizado en su propia casa, y utiliza el termino de criollo como resultado natural de esas simbiosis:

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