L as habitaciones de la residencia eran dobles o individuales

L

as habitaciones de la residencia eran dobles o individuales, y tenían un severo inmobiliario, en el que la cama servía de sofá si se le  ponían unos cojines  la libre inspiración hacia el resto Buñuel, Lorca y Dani eran muy austeros en sus decoraciones. Deli tenia colgado algunos de sus cuadros o dibujos, y Lorca algunas fotos, pero, por lo demás sus paredes están peladas, tal cual.

La jornada en la residencia de estudiantes tenía un cierto ritmo europeo, con un moderado madrugar, sin pausa para la siesta y poco trasnochar. Entre ocho y nueve todo el mundo había desayunado en el comedor y se dirigía a su quehaceres en la faculta o centro  en el que el estudiante. Solo excepcionalmente alguno se levantaba  tarde y se hacía servir el desayuno

L

os residentes salían coger el tranvía número 8, con el que hubo algún problema, como ha recordado Julio Jordana de Pozo. El tranvía que pasaba frente a la residencia se detenía a petición de los viajeros, hasta que al alcalde  se le ocurrió determinar paradas  fijas. Buñuel nos enseñó como tirarnos por las ventanillas, con los pies por delante y volteretas, hasta que finalmente optaron por ponernos a un afila donde nos conviniera

E

l almuerzo y la cena se hacían en dos tandas, excepto los domingos, en que los 150 residentes comían de vez. Los habituales tres platos, servidos en vajilla de cerámica pro  camareras uniformadas, eran abundantes y sabrosos. Los residentes podían invitar a sus amigos a comer sin pagar nada, cosa que solía ser cada quince días, aproximadamente.

...