La hija del general

Introducción:

LA HIJA DEL GENERAL

Paul Brenner es un investigador criminal que junto con la criminalista Cyntia Sunhill investigan el asesinato y violación de la capitana Ann Campbell, que de hecho es la hija del teniente general Joseph el Batallador Campbell; el crimen ocurrió una noche de agosto en Fort Hadley, Georgia. El cuerpo fue encontrado en los límites de la reserva militar por el sargento de guardia Harold St. John. Ann Campbell era instructora de guerra psicológica. Iba armada con una pistola.

Así que St. John llama al cuarto de guardia, pero la capitana Campbell no está ahí. Le pide al sargento de servicio que llame a los puestos de guardia y pregunte si ha pasado Campbell. El sargento llama al cabo de un rato e informa negativamente. Entonces St. John le pode al sargento del cuarto de guardia que envíe una persona responsable al cuartel general para atender el teléfono, y cuando aparece un centinela, St. John se monta en su vehículo y sale a buscarla. Recorre los puestos por orden el club de los suboficiales, el club de oficiales y así sucesivamente pero ninguna de los centinelas ha visto a Campbell. De manera que ha esto de las cuatro, se dirige al último puesto de guardia, que es un depósito de municiones y en el camino, en el campo de tiro número seis, ve el jeep de Campbell. Y de hecho, allí está.

Un poco má sadelante, en el arcén derecho de la angosta carretera, se hallaba el jeep en el que presuntamente había llegado Ann Campbell a su cita de la muerte, por así decirlo.

Desarrollo:

Cerca del jeep había un vehículo militar de uso privado, un Mustang rojo.

El centinela, Robbins, soldado de primera, no oyó nada pero vio los faros. Se encuentra en un catre del edificio de la PM.

Nos dirigimos hacia allá; al llegar vi que Cyntia Sunhill estaba ahí, es asesora en casos de violación y también los investiga, además me informa Kent que Cyntia se hallaba tomando una copa en el club de oficiales, por su parte Ann Campbell se hallaba ahí cenando.

Al ver el cadáver estaba cara arriba desnuda salvo por un reloj deportivo en la muñeca izquierda. A poco más de un metro se encontraba una prenda interior comercialmente adquirida: su sujetador; el uniforme no estaba en el lugar del crimen, había desaparecido igualmente las botas, los calcetines, el casco y la pistola junto con el cinto y la funda. Ann Campbell yacía sobre su espalda con los miembros extendidos; tenía los antebrazos y los tobillos atados con cuerda a estacas de tienda de campaña. Las estacas eran de vinilo verde y la cuerda de nailon verde ambos materiales del ejército. Ella tenía treinta años. Rodeaba su cuello un largo trozo de la misma cuerda de nailon, y bajo la cuerda estaban sus bragas que le habían metido por las muñecas de modo que unas de las perneras quedara alrededor del cuello para evitar el roce directo de la cuerda con la piel.

Me arrodillé y noté que la piel presentaba un aspecto ceroso y traslúcido, debido al cual el colorete de las mejillas resaltaba intensamente. En la cara no se preciaban magulladuras, rasguños, mordiscos ni laceración alguna ni tampoco en ninguna otra parte de su cuerpo. Aparte de la obscena postura en que se encontraba no había más señal aparente de violación, ni semen en la zona externa de los genitales los músculos o el vello púbico, ni rastro alguno de lucha en las inmediaciones, ni hierba o manchas de tierra en la piel, ni sangre, polvo o restos de piel bajo las uñas y ni siquiera parecía despeinada.

Me incliné y le toqué la cara. No había rigidez. Palpé sus axilas, que todavía estaban calientes. Se advertían ya señales de lividez, en los muslos y las nalgas, y ahí la carne adquiría un intenso color morado lo cual coincidía con la hipótesis de asfixia. Apreté con un dedo la piel justo por encima de donde las nalgas se apoyaban en el suelo y la zona palideció. Al retirar el dedo volvió a la lividez, y eso me reveló con relativa seguridad que la muerte se había producido en las últimas cuatro horas.

Horas después Cyntia y Paul fueron a catear la casa de AnnCampbell. Primero se aseguraron de que no hubiera nadie, y así fue, después empezaron a registrar todas la habitaciones, la casa se encontraba muy ordenada, todo estaba limpio. La última sala era un estudio, se dieron cuenta de que estaba un video y lo pusieron para verlo se veía a Ann Campbell hablando de como la guerra psicológica puede utilizarse en la infantería para reducir la moral.

Paul mandó soldados con perros a registrar el jeep de la víctima y a forenses a analizar el cuerpo.

Volvieron a la casa de la víctima y entraron al sótano donde se dieron cuenta de que había una pared falsa, después de buscar un rato encontraron la entrada a un cuarto secreto en el cual encontraron prendas con encaje transparentes y cosas por el estilo, así como en el botiquín había anticonceptivos. Al parecer la forma en que murió se asociaba con su forma de vida. Ahí encontraron la cuerda verde también se hallaba en la escena del crimen.

Entrevistaron al soldado en guardia St. John y este les informó que se había marchado del cuartel general a las 4.00 horas y que encontró el cadáver veinte o treinta minutos más tarde, había recorrido algunos puestos de guardia pero nadie la vio pasar. Al encontrar el cadáver se marcho lo más rápido que pudo, alrededor de las 4 horas.

La soldado Robbins también fue entrevistada por los detectives y les dijo que Ann Campbell se acercó al puesto de guardia a las 22.00 hrs y que vio los focos de su jeep a las 2.17, luego cuando se dio cuenta de que otro coche se acercó y luego se fue rápidamente supo que algo andaba mal, eso ocurrió a las 4.25.

Al comparar las entrevistas se dedujo que la muerte se había producido entre las 2.17 y las 4.25 horas. El asesino o asesinos se encontraban en el jeep con Ann Campbell o ya estaban en el escenario del crimen.

Paul volvió a la oficina de la PM y reflexiono acerca de la política que implicaba en el caso, antes de llamar a Hellmann debía estar seguro de los hechos.

Abrí el expediente personales y médicos de Ann Campbell que estaban sobre su escritorio. Reviso el final, donde se encontraba información psicológica, al parecer todo estaba correcto, solo que había unas páginas más, a Ann Campbell se le ordenó visitar un psiquiatra; éste había escrito: se ha recomendado que la cadete Campbell reciba terapia y/o evaluación; y se preguntó cómo una dieciocho añera bien adaptada se había convertido en una veinte añera deprimida.

Análisis:

Paul abandonó el puesto y se dirigió a la carretera para conducir a Whispering Pines. Al llegar entro su caravana y estaba solo, observo que parpadeaba la luz de la contestadora

...