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marcheloloco30 de Septiembre de 2012

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¿UNA GUERRA POPULAR?

Hay algunas evidencias de que la II Guerra Mundial fue la guerra más

popular en la historia de Norteamérica. Nunca antes había participado en

una guerra una porción tan grande del país: 18 millones de hombres entraron

en las fuerzas armadas (de los que 10 millones irían al extranjero);

25 millones de trabajadores compraban regularmente bonos de guerra con

su sueldo. Pero, ¿no podía considerarse que éste era u n apoyo prefabricado,

ya que todas las fuerzas de la nación —no sólo las del gobierno, sino

también la prensa, la Iglesia y hasta las principales organizaciones radical

e s - estaban tras los llamamientos a una guerra suprema? ¿Hubo un fondo

de aversión o indicios silenciados de resistencia?

Se trataba de una guerra contra un enemigo de una maldad indescriptible.

La Alemania hitleriana estaba extendiendo el totalitarismo, el racismo

y el militarismo en una guerra de agresión abierta como no se había

visto nunca. X s l n embargo, los gobiernos que dirigían esta guerra -Inglaterra,

Estados Unidos y la Unión Soviética- ¿representaban un orden de

cosas esencialmente diterente, tanto que su victoria significara un golpe al

imperialismo, al racismo, al totalitarismo y al militarismo en el mundo?

El comportamiento de Estados Unidos durante la guerra - t a n t o en las

operaciones militares en el extranjero como en el trato a las minorías del

país— ¿correspondía a lo que sería una "guerra popular"? La política delpaís durante la guerra ¿respetaba el derecho de la gente -fueran de donde

fuesen- a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad? Y la América

de la posguerra, con su política tanto nacional como exterior ¿ejemplificaba

los valores por los que se suponía que se había luchado en una guerra?

Estas preguntas merecen consideración, durante la II Guerra Mundial,

el ambiente estaba demasiado cargado de ardor guerrero como para permitir

exponerlas.

Que Estados Unidos saliera como defensor de países indefensos, concordaba

con la imagen que daban del país los libros de historia de los institutos

americanos , pero no con su expediente en asuntos internacionales.

Estados Unidos había instigado una guerra con México y se había apoderado

de medio país. Había simulado ayudar a Cuba a conseguir su independencia

de España para plantarse después en Cuba con una base militar,

inversiones y un derecho de intervención. Se había apoderado de

Hawai, Puerto Rico, Guam y había llevado a cabo una guerra brutal para

subyugar a los filipinos Había "abierto" Japón al comercio americano con

barcos de guerra y amenazas. Había declarado en China una Política de

Puertas Abiertas como medio de asegurarse que Estados Unidos tendría

las mismas oportunidades que otras potencias imperialistas para explotarla.

Junto con otras naciones, había enviado tropas a Pequín para imponer

la supremacía occidental en China, manteniendo las tropas allí durante

más de treinta años

Mientras exigía una puerta abierta en China, Estados Unidos había insistido

(con la doctrina Monroe y muchas intervenciones militares) en una

puerta cerrada en Latinoamérica, es decir, cerrada a todo el mundo excepto

a Estados Unidos. Había maquinado una revolución contra Colombia y

había creado el estado "independiente" de Panamá para construir y controlar

el Canal. En 1926 mandó cinco mil marines a Nicaragua para parar

una revolución y mantener tropas allí durante siete años En 1916, íntervi-no en la República Dominicana, por cuarta vez, y estacionó tropas allí durante

ocho años. En 1915, intervino por segunda vez en Haití, donde mantuvo

a sus tropas durante diecinueve años

Entre 1900 y 1933, Estados Unidos intervino cuatro veces en Cuba, dos

en Nicaragua, seis en Panamá, una en Guatemala y siete en Honduras. En

1924, Estados Unidos estaba dirigiendo de alguna forma las finanzas de la

mitad de los veinte estados latinoamericanos Hacia 1935, más de la mitad

de las exportaciones americanas de acero y algodón se estaban vendiendo

en Latinoamérica.

Justo antes del final de la I Guerra Mundial, un ejército americano de

7 000 hombres arribó a Vladivostok, como parte de una intervención aliada

en Rusia, y permaneció allí hasta comienzos de 1920. Cinco mil soldados

más llegaron a Arcángel, otro puerto ruso, también como parte de una

fuerza expedicionaria aliada, y estuvieron allí durante casi un año. El Departamento

de Estado dijo al Congreso' "Todas esas operaciones se llevaron

a cabo para compensar los efectos de la revolución bolchevique en Rusia".

En resumen, si la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial

fue para defender el principio de no-intervención en los asuntos de otros

países (como muchos americanos creían por aquel entonces, viendo las invasiones

nazis), el expediente de Estados Unidos ponía en duda su habilidad

para mantener dicho principio.

Lo que por aquel entonces parecía claro era que Estados Unidos era

una democracia con ciertas libertades, mientras que Alemania era una dictadura

que acosaba a la minoría judía, encarcelaba a los disidentes, cualquiera

que fuese su religión, al mismo tiempo que proclamaban la supremacía

de la "raza nórdica". Sin embargo, a los negros, viendo el antisemitismo

que había en Alemania, no les parecía muy distinta su propia situación

en Estados Unidos Y Estados Unidos había hecho poco respecto a la

política persecutoria de Hitler. De hecho, durante toda la década de losaños treinta se había unido a Inglaterra y Francia para apaciguar a Hitler,

pero Roosevelt y su secretario de Estado, Cordell Hull, vacilaban en criticar

públicamente la política antisemita de Hitler. Cuando, en enero de

1934, se introdujo en el Senado una resolución pidiendo que el Senado y

el presidente expresaran "sorpresa y dolor' por lo que los alemanes les estaban

haciendo a los judíos, y pidiendo asimismo que se restituyeran los derechos

de los judíos, el Departamento de Estado se aseguró de que se silenciara

la resolución

Cuando la Italia de Mussolmi invadió Etiopía en 1935, Estados Unidos

declaró un embargo sobre municiones pero permitió que las corporaciones

americanas enviasen a Italia enormes cantidades de petróleo, esencial para

que Italia llevase a cabo la guerra. Cuando en 1936 tuvo lugar una rebellón

fascista en España contra un gobierno socialista-liberal elegido democráticamente,

la administración Roosevelt apoyó una Ley de Neutralidad,

que tuvo el efecto de cortar toda ayuda al gobierno español, mientras

Hitler y Mussohm daban una ayuda crucial a Franco.

¿Se trataba de una mala consideración, de un desafortunado error?

¿No era más bien la política lógica de un gobierno cuyo principal interés

no era frenar el fascismo sino propiciar los intereses imperiales de Estados

Unidos? En los años treinta, la mejor política para defender tales intereses

parecía ser la antisoviética. Cuando, más tarde, Japón y Alemania amenazaron

los intereses internacionales de Estados Unidos, optaron por una

política prosoviética y antinazi Roosevelt tenía tanto interés en terminar

con la opresión de los judíos como Lincoln en erradicar la esclavitud durante

la Guerra Civil Cualquiera que fuera su compasión personal por las

víctimas de la persecución, la prioridad política de ambos no eran los derechos

de las minorías, sino el poder nacional.

Lo que hizo que Estados Unidos entrara en la II Guerra Mundial no

fueron los ataques de Hitler a los judíos, al igual que no fue la esclavitud

de 4 millones de negros lo que provocó la Guerra Civil en 1861. Ni el ataque

de Italia a Etiopía, ni la invasión hitleriana de Austria y Checoslovaquia,

ni su ataque a Polonia -ninguna de estas agresiones hizo que Estados

Unidos entrase en la guerra, aunque Roosevelt empezó a ayudar significativamente

a Inglaterra.

Lo que provocó que Estados Unidos entrase de pleno en la II Guerra

Mundial fue el ataque japonés a la base naval americana de Pearl Harbor,

en Hawai, el 7 de diciembre de 1941. Por supuesto, lo que provocó el llamamiento

indignado de Roosevelt a la guerra no fue la preocupación humana

por los civiles que Japón había bombardeado —ni el ataque japonés

a China en 1937, ni el bombardeo japonés a civiles en Nanking. Lo que

provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra fue el ataque japonés a

una base del imperio americano en el Pacífico. Estados Unidos no tuvo

nada que objetar mientras Japón fue un socio educado en ese club imperial

de grandes potencias que compartían la explotación de China, acorde

con la Política de Puertas Abiertas.

En 1917, Estados Unidos había intercambiado comunicaciones con

Japón, diciendo que "el Gobierno de los Estados Unidos reconoce que Japón

tiene intereses especiales en China" Según Akira

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