Reseña Rashomon

Libre conciencia de la mentira caleidoscópica.

Bajo los cimientos destrozados del templo Rashomon en el antiguo Japón una tormenta azota el vestigio de la condición humana que desarrolla el pensamiento individualista y la justificación de los actos, desplazando la culpa al otro buscando la esperanza de remediar lo cometido, haciendo uso del cinismo para no reconocer la verdad y utilizar la mentira como herramienta de solución. Y es así como la alteración de la conciencia de tres personajes que se protegen de la fornida tormenta, murmuran entre sí, los acontecimientos que se manifiestan tras la “violación” de la esposa de un samurái y la muerte del mismo causadas aparentemente por un vulgar ladrón en un lugar boscoso. Este tipo de conversaciones desenvuelve La historia en giros constantes, que convierte las declaraciones brindadas por los dolientes, en un torbellino de incertidumbre que se presta en un juego contradictorio donde el egoísmo y la naturaleza humana dan explicación a la existencia de las narraciones mentirosas como parte del deterioro social en los sistemas de valores. En este preámbulo se da inicio a la adaptación cinematográfica basada en dos cuentos del japonés Rynosuke Akutagawa Rashomon (1915) y En el bosque (entre el 1915 y 1919), utilizando un contenido narrativo muy fuerte donde los conflictos, las situaciones desesperanzadoras recrean un paisaje oscuro que embarra al observador en la duda, que fácilmente puede llegar a destruir esos principios básicos de la verdad y la justicia. Manejando el tiempo de manera muy precisa puesto que el drama Y el misterio del hilo conductor de la obra, es realizado con el fin de brindarle mayor atención a los detalles estéticos, asentándose en la suma del flashback que dan referencia a distintos lugares y momentos, utilizando la lluvia como diferenciador del presente tomando una visión caleidoscópica que se argumenta bajo voz omnisciente del narrador, puesto que sabe lo que pasa en el interior y la presentación espacial de los personajes y sus gestos. Estas características nos permiten a nosotros como espectadores tener una línea conductora que solidifica el guion y la intención del director puesto que nos guía en el tiempo y espacio generando cierto disfrute, lo que impide distracciones o pérdida de la lógica secuencial de la película. Agregándole el valor que tiene el juego teatral de los personajes que construyen un relato sumamente interesante, que fácilmente son acompañadas por los movimientos de cámaras en los espacios.

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