RESEÑA DEL TUNEL

Reseña “El Túnel” de Ernesto Sabato.

Primeramente se presenta un pintor de nombre Juan Pablo Castel y se declara culpable de la muerte de la única persona que fue capaz de entender realmente sus pinturas y de la cual también estuvo enamorado, del asesinato de María Iribarne.

También hace mención de su desagrado hacia la humanidad por dejarse llevar por ciertas emociones que al fin y al cabo llegaran a un punto en concreto y que es la vanidad. Tomando en cuenta esto, aclara que él solo decidió escribir como llevó a cabo su crimen con la púnica intención de que alguien lo lea y pueda entenderlo.

En una exposición de pinturas, Castel llevó su última pintura, la cual mostraba a una mujer jugando con un niño, pero tenía un detalle en la esquina superior izquierda en la cual a través de una ventana se observaba a una mujer enfrente de un mar. Solo una chica, precisamente María se percató de este detalle y lo observó de una manera diferente a los demás individuos que lo observaron cómo los críticos que él los considera charlatanes y hace una comparación (muy creativa a mi punto de vista) entre el pintor y los críticos y un cirujano y cualquier persona que critica su trabajo. Empero, ella desaparece y el no la vuelve a ver hasta muchos meses después y múltiples escenas imaginadas por el mismo en las que se llevaba a cabo su encuentro con el único fin del saber que significo para ella esa escena de la ventanita.

Juan Pablo siguió insistiendo en conversar con ella y verla, así después de hablar por teléfono con ella y de ir por una carta de María a su casa que se la entregó su esposo. Ellos siguieron viéndose ya que él le había comentado que necesitaba de ella de alguna manera, María accedió a los encuentros. Sin embargo, Castel la amaba y María sentía un amor de hermano, algo que a él no le conformaba y hacía constantemente interrogatorios con preguntas algunas veces obsesivas y/o crueles para poder obtener lo que él consideraba la verdad, pero en muchos casos solo lograba lastimarla, lo que provocaba en él un estado de tristeza y la necesidad de humillarse para obtener el perdón de María.

En una ocasión y después de un pleito con María. Ella se fue a una estancia y después de unos días Castel se a ese lugar a su encuentro. En la estancia se encontró con dos individuos que a su punto de vista eran superficiales y detestables, Hunter y Mimí, pues María se encontraba en ese instante indispuestas para ir a su encuentro. Ya pasada la hora del té ella apareció y tras una breve conversación para zafarse de los otros dos personajes, María y Castel fueron a la orilla de la playa donde tuvieron una larga conversación.

De la cual Castel se aferró a la idea de que María era falsa y engañaba a él y a Allende su esposo y no se a cuantos más. Con esta idea, decidió regresar a Buenos Aires. Sin embargo tuvo la esperanza de que María lo alcanzase en la estación del tren, algo que no ocurrió y que incrementó los sentimientos de ira y odio que tenía ya hacía ella.

Dejándose llevar por estos sentimientos, le escribió una carta ya estando en su taller, reclamándole de sus acciones y sus sentimientos. Carta que envió y poco después se arrepintió de su acto, pero no le fue devuelta la carta. Así que en respuesta telefoneo a la estancia, donde le amenazó con suicidarse si no la veía al día siguiente, así que María accedió al encuentro. Esto hizo sentir mal a Castel y se emborrachó y se relacionó con una prostituta. Pero se percató de que la prostituta y María hacían gestos parecidos, por tanto llegó a la conclusión de que María también era una prostituta. Al otro día, María no llegó al encuentro pues después de una llamada realizada por Hunter, decidió regresar a la estancia.

El pintor todo enloquecido por el coraje y la conclusión a la que había llegado pidió prestado un

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