ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Amortizaciones


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2014  •  1.657 Palabras (7 Páginas)  •  176 Visitas

Página 1 de 7

2 ESTUDIOS PUBLICOS

iversidad” ha llegado a ser una de las palabras más usadas en

nuestro tiempo y, a la vez, un término que casi nunca se define. La diversidad

es invocada en discusiones sobre una amplia variedad de cosas, desde

los programas de empleo hasta las reformas de los currículos educacionales;

desde la entretención hasta la política. Tampoco es meramente una palabra

que describe el consabido hecho de que la población norteamericana está

integrada por personas que provienen de muchas naciones, razas e historias

culturales. Todo eso era suficientemente conocido antes que la palabra

“diversidad” se convirtiera en una parte insistentemente reiterada del vocabulario

norteamericano, en una invocación, un imperativo y, todavía más,

en un arma coercitiva a la hora de los conflictos ideológicos.

El propio lema nacional de los Estados Unidos —E Pluribus Unum—

da cuenta de la diversidad del pueblo estadounidense. Tal diversidad había

sido celebrada durante generaciones, ya fuese en comedias como Abie’s

Irish Rose (la famosa obra teatral protagonizada por un muchacho judío y

una jovencita irlandesa), ya en los discursos patrióticos del 4 de Julio. Sin

embargo, es algo muy distinto lo que se percibe en las actuales cruzadas en

favor de la “diversidad”: ciertamente no una celebración patriótica de los

Estados Unidos sino, a menudo, una honda crítica contra Norteamérica,

cuando no una condena general a la civilización occidental en su conjunto.

Al menos, en lo mínimo, es preciso separar la importancia general de

la diversidad cultural —no sólo en los Estados Unidos sino que en todo el

orbe— de las agendas más específicas, más estrechas y más ideológicas que

han llegado a asociarse con la palabra estos últimos años. Quisiera plantear

la importancia universal de la diversidad cultural a lo largo de siglos de

historia humana antes de regresar a los temas más puntuales de nuestro

tiempo.

La historia de la raza humana, el abandono de las cavernas por el

hombre, ha estado marcada por la transferencia de los avances culturales de

un grupo a otro y de una civilización a otra. El papel y la imprenta, por

ejemplo, constituyen en la actualidad partes vitales de la civilización occidental,

a pesar de haberse originado en China muchos siglos antes de que se

abrieran paso hacia Europa. Así ocurrió también con la brújula magnética,

que hizo posibles las grandes eras de exploraciones que pusieron en contacto

al hemisferio occidental con el resto de la humanidad. De igual modo, los

conceptos matemáticos migraron de una cultura a otra: la trigonometría del

antiguo Egipto y el sistema numérico empleado actualmente en todo el orbe

se originaron entre los habitantes de la India, a pesar de que los europeos

llamaron arábigo a este sistema, por haber sido los árabes quienes oficiaron

“DDIVERSIDAD CULTURAL 3

de intermediarios en el tránsito de esos números hacia la Europa medieval.

Más aún, buena parte de la filosofía de la antigua Grecia llegó a Europa

occidental en traducciones arábigas, que fueron luego retraducidas al latín o

a las lenguas vernáculas de los europeos del oeste.

Mucho de aquello que llegó a formar parte de la civilización occidental

se originó fuera de esa civilización, a menudo en el cercano Oriente o

el Asia. El ajedrez provino de India, la pólvora de China y diversos conceptos

matemáticos del mundo islámico, por ejemplo. La conquista de España

por los moros en el siglo VIII convirtió a ese país en centro de difusión

hacia Europa occidental de los conocimientos más avanzados del mundo

mediterráneo y oriental en materias como astronomía, medicina, óptica y

geometría. El posterior ascenso de Europa occidental hacia la cumbre de la

ciencia y la tecnología aconteció sobre esas bases; luego la ciencia y la

tecnología europea comenzaron a difundirse por el mundo, y no sólo hacia

aquellas sociedades que descendían de Europa, como Estados Unidos o

Australia, sino que también hacia culturas no-europeas, entre las cuales

Japón constituye tal vez el ejemplo más sorprendente.

El hecho histórico de compartir los avances culturales, hasta que

éstos llegaron a integrar el legado común de la especie humana, implica

bastante más que una diversidad cultural. Significa que algunos rasgos

culturales no sólo eran diferentes de otros sino que mejores. El hecho

mismo de que pueblos —todos los pueblos, fuesen europeos, africanos,

asiáticos u otros— hayan preferido en reiteradas ocasiones abandonar determinado

rasgo de su cultura a fin de reemplazarlo

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.5 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com