Asociacion Internacional Del Fomento

Asociación Internacional de Fomento (AIF)

La Asociación Internacional de Fomento (AIF) juega un papel clave en el apoyo de la misión del Banco Mundial de luchar contra la pobreza, puesto que ayuda a los países más pobres del planeta a través de préstamos sin intereses y donaciones destinados a programas cuyo objetivo es fomentar el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida. Además, sirve de complemento al otro brazo encargado de operaciones financieras del Banco Mundial, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), institución que facilita inversiones de capital y servicios de asesoría a los países de ingreso mediano.

El objetivo de la AIF es disminuir las desigualdades al interior de los países y entre ellos al permitir la integración de más personas a la corriente principal de la economía, reducir la pobreza y promover el acceso más equitativo a las oportunidades que genera el crecimiento económico. En el propósito de llevar adelante este objetivo, los fondos de la AIF costean programas que crean políticas, instituciones, infraestructura y capital humano necesarios para el desarrollo equitativo y sostenible en términos ambientales.

La AIF también pone énfasis en el mayor acceso a los servicios sociales básicos, tales como educación primaria, vivienda y atención de salud, los cuales son necesarios para asegurar a las personas un nivel de vida digno y propiciar la participación activa de los pobres de los países en desarrollo en la economía mundial.

El trabajo de la AIF desempeña un papel fundamental en cuanto a forjar asociaciones entre los países desarrollados y en desarrollo, las cuales son necesarias para alcanzar las metas comunes fijadas en los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). Los países desarrollados deben propiciar una economía internacional que favorezca el crecimiento y el desarrollo y proporcione los recursos adecuados de asistencia; por su parte, los países en desarrollo deben centrarse en el buen gobierno, políticas bien concebidas e instituciones estables con el fin de aumentar la eficacia de la asistencia. El apoyo que presta la Asociación Internacional de Fomento resulta crucial a la hora de ayudar a los países más pobres en su tarea de afrontar los complejos desafíos que implica esta labor, en especial ya que la mayoría de los 81 países que reúnen los requisitos exigidos para obtener los fondos de la AIF registran ingresos anuales promedio de menos de US$500 per capita y en muchos de ellos, el monto es substancialmente inferior.

En apoyo de las propias iniciativas de los países, la AIF presta dinero (a modo de créditos) en condiciones ‘concesionarias’, lo que significa que no hay cobros de intereses y el plazo de reembolso se extiende durante 35 ó 40 años, incluido un período de gracia de 10 años. En 2002, la AIF comenzó a entregar una parte significativa de sus recursos en forma de donaciones, las cuales se piensa pueden representar aproximadamente el 30% de los compromisos de la AIF en los próximos años. Desde su formación en 1960, los créditos y donaciones de la AIF han totalizado US$152.000 millones, con un promedio de entre US$7.000 y US$9.000 millones al año en el último tiempo y cuya mayor proporción, cerca del 50%, se destina a África.

La mayor parte de los recursos financieros de la AIF dependen de las contribuciones que hacen los países miembros más ricos. Otra fuente importante es el reembolso de créditos pendientes, incluidos aquellos de los países que recibieron la asistencia de la AIF en el pasado y que ya se han “graduado” del sistema. Los donantes se reúnen cada tres años para reponer los fondos de la AIF y este calendario de reposiciones asegura amplia supervisión y responsabilidad y garantiza la participación activa de los países miembros en cuanto al ejercicio de sus responsabilidades financieras compartidas.

Fuentes de Recursos

• De las suscripciones y aportaciones de Estados miembros del BIRF, capital uscrito en divisas.

• De las transferencias con cargo a los ingresos netos del Banco.

• De las contribuciones y aportaciones por los países más ricos de la AIF.

• De empréstitos.

Para poder recibir un crédito de la AIF se deben reunir cuatro circunstancias en los países solicitantes: 1. Estar por debajo del límite de pobreza; 2. Tener estabilidad económica, financiera, y política para poder justificar los préstamos a largo plazo; 3. Estar atravesando por un grave problema en la balanza de pagos, y 4. Debe estar identificado con las causas del desarrollo reflejado en sus políticas.

Los préstamos no son a fondo perdido, sino para atender planes y proyectos productivos que generen, a largo plazo, la riqueza suficiente para la devolución, aunque sin interés, del principal.

El período de amortización suele ser 50 años y están exentos de interés, a la excepción de los meros gastos administrativos. Hay un período de carencia de 10 años antes de iniciarse los plazos de amortización de los créditos de la AIF.

La administración de la AIF y su junta de gobernadores dependen del Banco Mundial.

La AIF ayuda a aumentar la eficacia de la asistencia

• Las cargas de la deuda en muchos países en desarrollo no son sostenibles e inhiben las perspectivas de desarrollo. En respuesta a ello,

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