Bola Curva

ace un par de años, coescribí junto con Rob

Lachenauer un artículo llamado “Juego duro:

cinco estrategias letales para arrasar con la

competencia” (HBR Abril 2004). Esta pieza, al igual

que un libro posterior, fueron malinterpretados por

muchos. Los críticos dijeron que jugar duro significaba

jugar sucio o maliciosamente, lo que no es cierto. Lo

que sí es cierto es que el juego duro –aceptémoslo, la

competencia bajo cualquier forma– consiste en ganar

a expensas de los rivales. En la actualidad muchas personas

se sienten algo incómodas con esta noción tan

primitiva, pero quienes practican el juego duro lo hacen

sin remordimiento alguno.

Desde luego, jugar duro –ser rudo y fuerte con la

competencia– no es la única manera de derrotar a los

rivales. También es posible despistarlos con una “bola

curva” estratégica, una jugada que los impulse ya sea a

hacer algo estúpido que de otra forma no habrían hecho

–esto es, tratar de responder a un lanzamiento que parece

ir en una dirección cuando en realidad va en otra–,

Bola curva:

estrategias para despistar a la competencia

por George Stalk, Jr.

H o bien a no hacer algo inteligente que de otra forma sí

habrían hecho, esto es, no responder a un lanzamiento

que parece ir desviado pero en realidad da justo en el

blanco.

El objetivo de las estrategias de bola curva y de juego

duro es el mismo: obtener una ventaja que permita

“anular” al oponente. De hecho, una de las estrategias

de juego duro que describimos en el artículo anterior –

engañar a la competencia– combina la rudeza del juego

duro con la astucia de la bola curva.

Este artículo examina algunas de las curvas que usted

puede lanzar a sus competidores.

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