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DOCTRINAS MACROECONOMIA


Enviado por   •  30 de Enero de 2014  •  2.831 Palabras (12 Páginas)  •  394 Visitas

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Doctrinas de la macroeconomía.

Visión clásica.

La escuela clásica está formada por tres generaciones de economistas, los más importantes son Smith, Malthus, Ricardo y Mill. La preocupación dominante fue la de enunciar leyes naturales de un orden económico que se autor regulaba por sí mismo.

El precio natural es el precio central alrededor del cual los precios de todas las mercancías están gravitando continuamente. Es inseparable del concepto competencia y estaba compuesto por los salarios, las rentas y los beneficios.

Smith distinguía el precio del mercado del precio natural. El precio del mercado venía determinado por la oferta y la demanda, que podía desviarse del precio natural a corto plazo. A largo plazo, en condiciones de competencia, tiende a coincidir con el precio natural. Aunque el precio natural es estable durante un determinado periodo de tiempo, al pasar de un estadio de desarrollo a otro, el precio natural varía no sólo como consecuencia de los cambios técnicos, sino también por variaciones en los salarios, beneficios y rentas. Por lo tanto, la mejor política es dejar que las cosas sigan su curso natural. Presupuestos liberales heredados de los fisiócratas.

Para Smith el capitalismo competitivo es el mejor sistema de los posibles, este es su mensaje y su preocupación fundamental será el crecimiento económico y se preocupó por la división del trabajo, diciendo que el incremento de la productividad tiene lugar por tres vías:

* La mayor destreza,

* el ahorro de tiempo en el paso de una tarea a otra y

* el posibilitar la invención de maquinaria.

La división del trabajo estaba limitada por “la extensión del mercado”. La ampliación de la división del mercado crea nuevas posibilidades para la división del trabajo y por tanto también para los cambios técnicos. Para Smith y los demás economistas clásicos, el análisis del proceso de producción era más prioritario que el de intercambio y todos construyeron sobre los cimientos de Smith.

Ricardo se puede decir que fue el fundador de la “teoría económica pura”, descubrió las leyes que gobiernan la distribución del producto en un modelo simple y abstracto. Malthus por su parte, fue significante en la siguiente etapa del debate clásico. La situación económica iba a cambiar a partir de 1790, las transformaciones más relevantes fueron la gran expansión demográfica, el estallido de la Revolución Francesa y de las Guerras Napoleónicas y la aceleración del proceso industrial en Gran Bretaña.

Lo más importante fue “el principio de la población” que afirma que el crecimiento natural de la población tiene lugar de acuerdo con una progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia sólo pueden hacerse crecer según una progresión aritmética. De aquí que fuera inevitable frenar el crecimiento de la población.

Malthus fue un adversario decidido de la beneficencia pública, sostenía que el Estado no debía reconocer a los pobres el derecho a recibir ayudas.

Además de este principio de la población, Malthus formuló la ley de los rendimientos decrecientes de la tierra. Se desvía de la doctrina clásica mayoritaria, para Smith y Ricardo la burguesía era el principal motor de la acumulación, él concedía una gran importancia a la clase de los terratenientes como consumidores, y con ello introducía la importancia de la demanda efectiva en el proceso económico.

La controversia entre Ricardo y Malthus se inclinó a favor del primero.

Ricardo retoma en su análisis el planteamiento de Smith sobre los precios naturales de la renta, el beneficio y el salario. Las divergencias entre los precios de mercado y sus niveles son desviaciones temporales y sin importancia. La renta es una detracción del producto total, es determinada por factores técnicos. Los salarios se encuentran vinculados con las necesidades fisiológicas de los trabajadores y sus familias para subsistir y reproducirse. El precio natural varía con el tiempo en un mismo país y difiere considerablemente entre diferentes países. Ricardo al igual que Malthus cree que esta situación es sólo temporal.

El crecimiento económico es esencialmente obra de los capitalistas y, por tanto, del tamaño de los beneficios. Los capitalistas sólo consumen una pequeña parte de lo que obtienen y destinan sus beneficios a la acumulación del capital, son los verdaderos motores del sistema y del tamaño de los beneficios dependerá la acumulación del capital.

Ricardo tuvo insuficiencias teóricas, pero a pesar de ello y de sus predicciones pesimistas, su contribución es la más importante del pensamiento económico, fue el economista más claro defensor del nuevo orden burgués porque presentó, con más capacidad analítica que todos los que le precedieron, el “orden económico natural” como una unidad conceptual y de progreso, basada en la industrialización capitalista.

Visión keynesiana.

Los aspectos del pensamiento económico actual que llevan la impresión de las ideas de John M. Keynes son numerosos, pero su contribución principal, por la cual ha ejercido una influencia poderosa y duradera, consistió en la formulación del principio de la demanda efectiva. Con base en ese principio, Keynes concluye que el nivel de empleo y producción es determinado por la magnitud de la demanda agregada y que el Estado puede actuar sobre ésta por medio de instrumentos monetarios y fiscales a fin de alcanzar determinados objetivos de empleo y producción.

La noción de la potencialidad o no neutralidad de la política monetaria y fiscal fue rápida y ampliamente aceptada en los ambientes políticos y académicos de los países capitalistas, donde el mantenimiento de aceptables niveles de empleo pasó a ser una responsabilidad de los gobiernos. Así, muchos de estos países adoptaron en los años 40 y 50 políticas económicas con el explícito objetivo de alcanzar el pleno empleo. Estas políticas, junto con las favorables condiciones objetivas de la posguerra, permitieron que los países capitalistas más industrializados eliminaran la desocupación masiva que caracterizó a los años 30 y se acercaran a las metas que se habían propuesto en materia de empleo.

La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos.[1] El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión

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