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Desarrollo Economia


Enviado por   •  10 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  1.656 Palabras (7 Páginas)  •  95 Visitas

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En su “manifiesto” de 1948, Raúl Prebisch atribuía las diferencias entre el desarrollo de un grupo de países denominados “centrales” y el de los países llamados “periféricos”. Según esta nomenclatura, el centro, posee una estructura de producción diversificada, es decir, compuesta por un amplio espectro de actividades económicas, y homogénea, debido a que la productividad del trabajo posee niveles similares en dichas actividades.

La periferia, en cambio, se especializa en la producción primario-exportadora. En varias de esas actividades, la productividad del trabajo es elevada, a raíz de la penetración del progreso técnico. Sin embargo, una alta proporción de la mano de obra permanece rezagada a niveles de productividad muy reducidos, formándose así un cuadro de estructural heterogeneidad estructural.

Asimismo, establecía que la razón fundamental de las diferencias productivas entre ambos polos radica en el progreso técnico, que resulta más intenso en la industria que en la producción primaria.

La industrialización espontánea trae consigo un aumento del empleo, tanto en la manufactura como en otras actividades modernas que se van desarrollando simultáneamente. No obstante,  la creciente demanda de trabajo no se coteja con el nivel de la oferta. Lo que produce a largo plazo un reorganizamiento poblacional alrededor de las ciudades, y una reestructuración de la productividad del trabajo, debido al desplazamiento proveniente de actividades de baja productividad.

De acuerdo con Prebisch, la estructura socioeconómica de América Latina presentaba tres características fundamentales:

  • Una especialización en bienes del sector primario con baja complementación intersectorial.
  • Niveles de producción muy dispares entre sectores con oferta limitada de mano de obra.
  • Un marco institucional, en cuanto al Estado la estructura agraria y la composición empresarial, poco inclinado al progreso técnico y a la inversión productiva.

La realidad que experimentaba América Latina en los años 50 era una escasa diversidad productiva que implicaba la necesidad de hacer inversiones masivas y simultáneas en diversos sectores, un proceso sumamente intensivo en el uso de divisas y de ahorro, para impulsar el desarrollo industrial. Además, dado que la productividad era alta solo en determinados sectores de la economía, no existían excedentes significativos como proporción del ingreso. Y debido a una mala estructuración institucional existía una baja capacidad fiscal que no permitía estimular y complementar la inversión.

Asimismo, existía una asimetría entre el escaso dinamismo de la demanda mundial de productos primarios originarios de la periferia y las grandes fluctuaciones de la demanda de la periferia por productos industriales producidos por el centro. Esta asimetría provoca desequilibrios estructurales en la balanza de pagos, con efectos adversos en la estabilidad del crecimiento económico.

La vulnerabilidad externa y la insuficiencia de divisas, así como la brecha de ahorro e inversión, fueron de los principales argumentos contra las teorías industrializadoras de la época.

En los años sesenta surgen nuevas teorías sobre los temas de las reformas institucionales en materia agraria, fiscal y financiera y su relación con la profundización del desarrollo industrial. Conscientes de que el éxito relativo de la industrialización era seguido con la expansión considerable de la pobreza y la distribución desigual de los beneficios de la expansión, surge con fuerza la temática de la equidad en el seno de CEPAL.

En 1961, Celso Furtado formula para la región la tesis de la continuidad del subempleo con la industrialización. Así, a los temas estructurales como la restricción de balanza de pagos se adiciona la gran preocupación con la pobreza y con el desequilibrio social que acompañan a la industrialización. Sus análisis vinculan a la pobreza y la distribución del ingreso como resultados de las disparidades en la productividad y la remuneración del trabajo, así como de las debilidades fiscales. Estipulaba que la abundancia de mano de obra combinada con un crecimiento lento de empleos, junto con una perceptible debilidad tributaria provocaba una dinámica de distribución regresiva del ingreso, que resultaba poco propicio para el desarrollo.

Por su parte, el aumento del ingreso de capital extranjero que sucedía en la época generó un debate sobre la naturaleza dependiente del proceso de industrialización latinoamericano. Cardoso y Faletto (1969) en el campo de la política y Sunkel (1971) en el de la interpretación económica hicieron aportes esenciales. Entre otros autores que aportaron al desarrollo de este modelo teórico se encuentran: Andre Gunder Frank, Raul Prebisch, Theotonio Dos Santos, Edelberto Torres-Rivas, y Samir Amin.

La teoría de la dependencia combina elementos neo-marxistas con la teoría económica keynesiana. Las características fundamentales son: una relación desigual de poder entre naciones que determina las relaciones comerciales, donde dicha subordinación puede presentarse no solo en plano económico, sino también en el político y cultural; las naciones subordinadas suplen a las naciones dominantes de sus recursos naturales y de mano de obra barata, sin las cuales estas últimas no podrían mantener su estabilidad económica; y la premisa de que las naciones dominantes buscan eliminar la emancipación de las naciones dependientes de su espectro de influencia.

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