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El efecto globalizador


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2011  •  Monografías  •  1.761 Palabras (8 Páginas)  •  493 Visitas

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Al igual que en el resto del mundo, en Venezuela la dinámica impuesta por la globalización de las relaciones mundiales ha definido, desde hace unos cuantos años, una situación de continuo y acelerado cambio. Al igual que en otras economías de la región, para el detallista y el industrial venezolano el contexto donde se desarrollan es un enjambre de relaciones que se multiplican incesantemente, donde tecnología, comunicaciones y competencia actúan como el combustible de ese proceso.

El efecto globalizador ha sometido a las economías de los países a situaciones comunes que presentan especificidades según las particularidades de cada economía o región. En lo referente a Venezuela, petróleo y política diferencian sustancialmente la realidad del país en relación con el resto de la América Latina.

Existe una obvia relación entre los resultados macroeconómicos y las tendencias del mercado. Para conocer la dinámica entre economía, supermercado y consumidor en Venezuela, y su diferencia con el resto de la región, Punto de Venta entrevistó a Ulises Bermúdez, vicepresidente de Servicios al Trade de Datos Information Resources, empresa especializada en la investigación de mercados.

Con la botija llena

En Latinoamérica se registró, para el período 2004 - 2005, y con proyecciones similares para 2006, un crecimiento general de las economías. Las causas de ese crecimiento son, a nivel externo, el crecimiento del Producto Interno Bruto Internacional, el crecimiento del comercio internacional, el aumento de precios de las materias primas y las bajas tasas de interés.

A nivel interno, y variando con cada región, se produce un crecimiento de la demanda interna, resultado de la elevación del consumo privado, mejora de las condiciones laborales y recuperación de la inversión privada. Otros factores del crecimiento son la exportación de productos agropecuarios, los flujos de remesas, la expansión del turismo y la elevación de los precios de los hidrocarburos.

Estas mejoras de las economías se reflejan en políticas fiscales equilibradas, con ingresos y gastos constantes con respecto al Producto Interno Bruto y Superávit Fiscal. En política monetaria la región registra una apreciación real del tipo de cambio, con mercados libres y baja inflación. En Venezuela algunos de estos elementos están presentes, en particular los concernientes a los factores externos, pero con algunos rasgos que hacen que el comportamiento macroeconómico del país sea básica y sustancialmente diferente del resto de las economías de la región.

Para Ulises Bermúdez esta diferencia se centra en “el empuje producido por los precios del petróleo en la economía venezolana como fuente de todas las mejoras. Este fenómeno se puede observar en los movimientos de variables fundamentales como el Producto Interno Bruto, con caídas en los años 2002 y 2003 a niveles de 8,9 y 7,6 por ciento y recuperándose en el 2004 y 2005 a niveles de 17 y 9 por ciento. Esto evidentemente va ligado a un flujo enorme de dinero producido por el petróleo” (ver Cuadro 1).

Las dimensiones extraordinarias del volumen de ingresos hacen la diferencia, el efecto de este volumen de recursos provenientes de la exportación petrolera impacta sobre toda la economía. El componente ingreso de las Cuentas Nacionales permite un incremento del gasto público que también es de dimensiones excepcionales. La consecuencia en política económica es un margen de acción sumamente amplio del Estado venezolano en materia macroeconómica.

En palabras de Ulises Bermúdez “pareciera que la dirección que está tomando Venezuela en sus políticas fiscal y monetaria no son para nada cónsonas con las que está aplicando el resto del área. Esto se puede justificar económicamente porque cualquier cosa diferente que se haga cabe perfectamente en el presupuesto, por la cantidad de dinero existente, con una relación ingreso real versus presupuesto de la Nación que arroja un superávit considerable para hacer muchas cosas”.

Todo esto permite una política fiscal no equilibrada, con un crecimiento sostenido del gasto público y un incremento del endeudamiento público interno y externo, manteniendo el superávit fiscal y haciendo crecer la demanda. Una política monetaria con excesivo circulante en la calle, con inflación elevada -la más alta de la región- (ver Cuadro 2), con control de la divisa y sin apreciación de la moneda.

Los ingresos convertidos en gasto público evidentemente impactan de forma directa al consumo, la cantidad de dinero en manos del público hace crecer la demanda. Se produce un aumento del consumo que acompaña la variación del Producto Interno Bruto, lo cual es una relación normal en toda economía. Lo que la hace particular en el caso venezolano, además del volumen del ingreso y el gasto ya mencionado, es la política distributiva del gobierno.

Para Ulises Bermúdez “existe un enfoque claro del Estado que indica que el beneficio producido por el gasto público se lleve a las masas más populares, específicamente a las clases D y E, lo que activa el consumo de una manera positiva”

Como en el primer mundo

El perfil del consumidor venezolano viene registrando significativas variaciones en los últimos años. La conciencia, las condiciones objetivas del ingreso, el lugar de compra y la razón de compra, están cambiando de manera relevante. Al igual que en otros países de la región, se puede afirmar con absoluta certeza

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