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El origen de la contabilidad


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  Tesis  •  1.350 Palabras (6 Páginas)  •  730 Visitas

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El origen de la contabilidad no se conoce con exactitud. Podría afirmarse, sin embargo, que ella es tan antigua como el arte de contar y que surgió como producto de la necesidad, a la sombra de las primeras actividades comerciales. Sin duda, la aparición de los primeros sistemas contables tuvo como condición necesaria la existencia de tres elementos esenciales: 1). Un desarrollo importante del comercio; 2). El uso de la escritura; y 3). El manejo de un sistema numérico adecuado que respondiera a las necesidades de registro. Estas condiciones se pueden encontrar ya en los primeros grandes imperios de la antigüedad. Estas primeras culturas, en efecto, ya habían hecho el tránsito de una economía autosuficiente y de consumo a una economía de cambio basada en la moneda; el producir más de lo que se podía consumir dio origen a la oferta y por consiguiente a un mayor desarrollo del comercio.

EDAD ANTIGUA

Antiguos documentos nos revelan la existencia de una práctica contable rudimentaria de estas primeras culturas. Sin embargo, el primer indicio sobre la existencia de un sistema contable formal se remonta al año 4.000 A.C. El descubrimiento de una tabla con caracteres cuneiformes, perteneciente a la antigua cultura de los Sumerios y conservada hoy en el museo Británico, reveló por vez primera la existencia de un incipiente sistema de registro por partida simple, semejante a la que hoy utilizan las amas de casa para llevar sus cuentas familiares.

Con sus conquistas, los antiguos imperios de Grecia y Roma impulsan de manera notable el comercio y con ello la contabilidad. En esta época ya se tienen noticias fidedignas sobre el uso formal de la contabilidad. Era obligación legal de los comerciantes llevar determinados libros con el fin de registrar minuciosamente los tributos y sus movimientos comerciales; También se conoce de la existencia de tribunales destinados a juzgar sobre actos administrativos y de rendición de cuentas.

En esta época ya se habla de la figura del Nomenclator, una especie de antiguo contador quien era el encargado de llevar los registros de las transacciones comerciales en aquellas sociedades esclavistas. Por testimonio escrito se sabe de la existencia de dos libros contables, el Codex y el Adversa, asimilables en cierto modo al libro Diario y Mayor que hoy conocemos. Estos libros eran llevados a doble columna: a la izquierda se consignaban los ingresos bajo la denominación del Acceptum, similar al Débito actual, y en la derecha se anotaban los egresos, bajo el Expensum, similar al actual Crédito.

El derecho romano es pródigo en legislación de carácter comercial donde se promulgaron distintas leyes que daban fuerza probatoria a los asientos en los libros contables, como la ley de los Decenuira y la ley Paetelia, todas ellas recopiladas y ordenadas por el emperador Justiniano en el año 529 D. C., en su Codex Justiniani.

EDAD MEDIA

Durante la Edad Media, tras la disolución del imperio Romano, el comercio declinó ostensiblemente y en consecuencia la práctica contable tendió a desaparecer. La contabilidad pasó entonces a ser una actividad exclusiva de la iglesia y los señores feudales. Tras las cruzadas y con las invasiones del Islam, renace el intercambio cultural entre Oriente y Occidente y con ello el auge del comercio. Este auge comercial tuvo como epicentro las ciudades de Génova y Venecia, las cuales pusieron en marcha, además de un comercio permanente en gran escala, un gran movimiento crediticio y bancario que revolucionó las finanzas de aquella época. Con la aparición del Fiorum como moneda universal de cambio – una especie de antiguo dólar – se facilitó enormemente la práctica de la contabilidad en aquella época, ya que la diversidad de monedas en cada feudo y región complicaba los registros y hacía más dispendiosa la labor contable.

Es en esta época, cuando la antigua práctica contable de partida simple a la vieja usanza romana, empieza a ser sustituida progresivamente por un sistema más perfeccionado. Por primera vez se tienen testimonios directos de la teneduría de libros auxiliares con asientos cruzados y sus respectivas contrapartidas y el uso por primera vez de las cuentas patrimoniales, como aparece en una importante colección de libros y documentos contables llevados por la poderosa familia de los Médicis de Florencia, hoy conservados

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