Globalización

UNA GLOBALIZACIÓN MAS JUSTA

Uno de los debates más vivos en la actualidad consiste en discutir sobre qué es la globalización, cuáles son los beneficios que aporta a los diferentes países y cómo puede perjudicarles. Esta controversia ha llevado a mantener posiciones muy definidas entre los que defienden los aspectos positivos y los que consideran a la globalización como una forma de perjudicar a los países pobres que beneficia a las economías desarrolladas y potencia el poder de las empresas multinacionales.

Es así como el debate público sobre la globalización se encuentra en un punto muerto. Las opiniones se reducen a las ideologías de posiciones conocidas, y se fragmentan en distintos intereses específicos. La voluntad de lograr un consenso no se ve cerca y ni siquiera firme. A nivel mundial se han estancado las negociaciones clave, y es muy frecuente que no se respeten los compromisos acordados a nivel internacional.

Pero a base de verdadera voluntad política se puede cambiar el curso actual de la globalización. En primer lugar los beneficios de la globalización deben llegar a más personas y repartirse mejor entre los países y dentro de ellos, permitiendo que muchas más personas puedan influir sobre su curso. Los recursos y medios necesarios ya existen y es posible lograr un mundo mejor. El proceso de globalización debe estar dotado de una fuerte dimensión social, basada en valores universales compartidos y en el respeto de los derechos humanos y la dignidad de la persona; una globalización justa, integradora, gobernada democráticamente y que ofrezca oportunidades y beneficios tangibles a todos los países y a todas las personas. De este modo se pueden enlistar los siguientes puntos que dan una idea más clara y concisa de hacia donde debe estar enfocado el proceso globalizador

Un enfoque centrado en las personas. El principal punto de una globalización más justa es la satisfacción de las demandas de todas las personas en lo que se refiere al respeto de sus derechos, su identidad cultural y autonomía, al trabajo decente y a la plena implicación de las comunidades locales en las que viven; así como la igualdad de género es indispensable.

Un estado democrático y eficaz. El estado debe ser capaz de gestionar su integración en la economía global, así como de proporcionar y garantizar oportunidades sociales, económicas y de seguridad para su población.

Un desarrollo sostenible. La búsqueda de una globalización justa debe sustentarse en los pilares del desarrollo económico y social y de la protección medioambiental en todos los niveles: local, nacional, regional y mundial.

Mercados productivos y equitativos. Para ello es preciso disponer de instituciones sólidas y comprometidas, además de coherentes, que promuevan oportunidades y promocionen empresas en una economía

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