LOS HERMANOS AÑAÑOS
Franklin FloresBiografía18 de Agosto de 2015
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“HERMANOS AÑAÑOS”
Contenido
1_INTRODUCCION
2_LA HISTORIA DE LA FAMILIA AÑAÑOS
3_ESTRATEGIAS COMPETITIVAS
4_INTERNACIONALIZACIÓN
5_DESARROLLO TECNOLÓGICO
6_RECURSOS HUMANOS
7_COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA
8_ACTUALIDAD
Bibliografía
Gráficos
Grafico 1
Grafico 2
Ilustraciones
ilustración 1
ilustración 2
ilustración 3
ilustración 4
1_INTRODUCCION
De un tiempo a esta parte el apellido Añaños se ha hecho popular. En diarios, radio y televisión. Y es que atrás quedo la que fuera una familia de agricultores en Ayacucho, afectada por el terrorismo en la década de los ochenta, hoy esta empresa familiar factura más de 300 millones de dólares en sus plantas de gaseosas. Pero ellos prefieren el perfil bajo. Ya que en el año 2002 en Huachipa sufrieron un asalto y posible intento de secuestro lo que llevo a los Añaños a mostrarse lo menos posible ante la prensa, no conceden muchas entrevistas han añadido al éxito, el misterio.
La familia Añaños está íntimamente ligada a Kola Real. La historia del grupo Añaños Jeri, es conocida a pesar de no ser los más poderosos ni los de mayor historia. Muchos estudios aseguran que el éxito de esta familia se debe a sus estrategias de mercadeo, que los convirtieron de una pequeña empresa familiar a una de las más grandes trasnacionales del Perú. Este negocio familiar está compuesto por diferentes grupos: Grupo Aje, Grupo Kola Real, Grupo Añaños Jeri, Grupo Añaños.
La empresa cuenta con plantas ubicadas estratégicamente en lima, Huaura, Sullana, Trujillo y Arequipa (7 plantas en total) para abastecer el mercado peruano. Las marcas que maneja la empresa son Kola real, sabor de oro, plus cola para gaseosas y la marca cielo para de agua de meza.
2_LA HISTORIA DE LA FAMILIA AÑAÑOS
La historia de la familia Añaños tiene visos de leyenda, es muy anterior al primer destape de sus gaseosas, y los ayacuchanos la cuentan con orgullo. Empezó en la provincia de San Miguel (Ayacucho), donde Nivardo Añaños, abuelo de los futuros industriales, era propietario de la hacienda Patibamba. Con la llegada de la reforma agraria del general Juan Velasco, Patibamba fue dividida, el primogénito Eduardo Añaños, casado con la profesora Mirtha Jeri, se dedicaba a la agricultura en una de las parcelas mientras criaba a sus seis hijos. Su cuñada, Olga Jeri, era esposa de Amaniel Castro, quien puso a funcionar la primera embotelladora en este pueblo de clima templado. Cuentan que ahí, “Eduar” se interesó en embotellar y distribuir bebidas gaseosas. Presionado por la violencia terrorista, Añaños se mudó con su familia a Huamanga, donde en 1988, junto a su primogénito Jorge y el financiamiento de un banco, comenzó la fabricación, almacén y oficinas administrativas de Kola Real (KR) en su propia casa. Contaba con una “Atahualpa”, máquina con capacidad de llenado y embotellado de 50 cajas de gaseosas por día. En la ciudad de las 33 iglesias existían otras tres embotelladoras provincianas, empero los Añaños habían identificado una oportunidad: mientras que el consumo per cápita de gaseosas era muy limitado, casi una elite de consumidores, las embotelladoras líderes percibían grandes márgenes de ganancia, por eso sumaron a los otros hijos, Ángel, Arturo, Álvaro, Vicky y Carlos, a la empresa familiar.
En la ilustración 1, se observa a la familia Añaños Jeri
[pic 1][pic 2]
Los Añaños tenían la clave para crecer: darle mejor precio a los consumidores y de esta manera llegar a un público de sectores populares. Había nacido la estrategia del “precio justo”. Con sus continuos apagones y bombas, Ayacucho era muy inestable para el largo plazo de KR, que superó los controles sanitarios, laborales y legales, y en poco tiempo producía las 24 horas al día porque se había convertido en la líder de la región.
En la ilustración 2, se observa el producto bandera de los Añaños
[pic 3]
ilustración 2
Por ello, en 1991 los seis hermanos Añaños pusieron en marcha su know-how para conquistar uno de los mercados más importantes del Perú, Huancayo, que se acostumbró a ver a los propios Añaños visitando tiendas y bodegas en carros fletados para vender la KR. Dos años después llegaron a la pequeña y tropical ciudad de Bagua (San Martín), motivados por los beneficios tributarios para las zonas de frontera. Sus competidores trataron de acabarlos reduciendo el precio de las gaseosas, pero sólo en esa ciudad, por ello KR decidió entrar de una vez con sus precios bajos a todas ciudades del norte del país (Chiclayo, Piura, Trujillo y Tumbes). Dicen que la competencia se “picó” y, entre otras cosas, presionó a los distribuidores de cerveza para que no permitieran que KR se envasara en botellas del licor. La empresa de los Añaños les agradeció, porque gracias a ello lanzó su propio envase de vidrio, que posibilitó mejorar su imagen frente al público. Los miembros del propio clan lo han dicho: su consolidación se dio aprovechando un contexto. A mediados de 1990, las transnacionales norteamericanas de gaseosas se reestructuraban y buscaban reemplazar las pequeñas embotelladoras por megaplantas industriales. La Coca-Cola dejó de proporcionar insumos a las embotelladoras independientes de provincias, que pusieron en venta sus modernas máquinas, que los Añaños adquirieron a precio de remate. Conquistar Lima estaba a la vuelta de la esquina.
En la ilustración 3, se observa camiones repartidores de KR[pic 4]
[pic 5]
En 1997, en los conos de la capital se comenzaron a ver autos y camiones que cargaban botellas de una nueva marca de gaseosas, que ya se conocía en el interior por su eslogan “calidad al precio justo”. Para Los Añaños, conquistar Lima no resultaba suficiente y buscaron nuevos mercados. Ese año iniciaron la producción a gran escala de su producto estrella en Venezuela, y al final del primer año producían lo mismo que en el Perú. En 2001 crearon una planta en Machala para abastecer el mercado ecuatoriano. Se hicieron de un nombre en México, con 150 litros de consumo de gaseosas per cápita, 12 veces más grandes que el mercado peruano, y 45 por ciento y 30 por ciento de participación de Coca-Cola y Pepsi, respectivamente. En un año y medio, desde que la megaplanta en Puebla empezó a abastecer 20 ciudades, Big Cola –el producto de los Añaños para la sed de los “charros”– produjo el doble de lo que produce en el Perú y obtuvo el cinco por ciento de ese competitivo mercado. Ángel Añaños, presidente del directorio del grupo Kola Real, resume el pensamiento de la familia: “Los peruanos tenemos la misma capacidad que los norteamericanos o europeos para emprender retos, iniciar empresas y alcanzar el bienestar”.
3_ESTRATEGIAS COMPETITIVAS
La bebida del precio justo Para el lanzamiento de Kola Real al mercado Limeño, la empresa utilizó una ingeniosa estrategia de posicionamiento “La Bebida del Precio Justo” con lo que creció el mercado por la incorporación de consumidores de los sectores C, D y E.
La ingeniosa estrategia de colocar a Kola Real como la bebida del precio justo y no como la más barata, hizo alusión a que las demás bebidas colas eran caras y no puso en duda la calidad del producto, mostrando en sus comerciales las instalaciones de sus plantas proyectando una imagen de limpieza.
Concentración en un sector con amplio potencial de crecimiento industrias Añaños decidió no competir frontalmente con las grandes embotelladoras, induciendo al consumo a sectores que antes no lo hacían, al concentrarse en mercados con amplio potencial de crecimiento socioeconómico C, D Y E, publico objetivo de la empresa, que representa el 85% de la población urbana total.
Es por ello que la mejor estrategia es ofrecer calidad a bajos precios ya que la empresa no paga regalías por uso de marcas como muchas de las empresas más grandes con las que compite, lo cual les permite ofrecer a menor precio presentaciones de mayor litraje que la competencia. Adicionalmente el uso intensivo de envases de plástico posibilitó el transporte de gaseosas a grandes distancias, cubriendo mercados poco accesibles para las gaseosas con envase de vidrio
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