La Globalizacion Económica Y Financiera
Tatiano26 de Noviembre de 2012
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La globalización económica y la internacionalización de los mercados, está permitiendo a las empresas (sobre todo a las grandes y a las multinacionales) moverse por todo el planeta sin restricciones en busca de las legislaciones laborales y medioambientales más favorables a sus intereses (y donde no hay legislaciones favorables se está intentando a través de los centros de opinión de poder y de conformación de valores que se modifiquen para que establezcan nuevas legislaciones), lo que está provocando graves efectos sobre el empleo, o sobre los derechos laborales y sobre el respeto a los recursos naturales.
El incremento de las desigualdades sociales y territoriales, la sobreexplotación del medio ambiente, la represión de la actividad sindical en pequeñas o medianas empresas y sobre todo en nuevos sectores de la economía, la marginación laboral y social -sufrida sobre todo por las mujeres y los jóvenes- la explotación laboral de niños y niñas... son algunos de los efectos perversos de la globalización.
Los sindicatos españoles, afirman que en el seno de la CIOSL, en un reciente estudio, se señalaba el peligro de que, si no se regulan e imponen los derechos laborales a escala mundial, el mercado de trabajo se convierta en una especie de sección de "saldos y rebajas" sin otra ley que la reducción de costes.
En una economía de dimensiones mundiales, la ausencia de regulaciones laborales, según los parámetros y derechos de la OIT, (o la solicitud creciente de las patronales y las organizaciones mundiales como la OMC o la OCDE de desregulación o desreglamentación, también laborales y no sólo financieras) sólo beneficiará a los que más tienen, y a los empleadores, perpetuándose la pobreza, o la explotación de los trabajadores y trabajadoras en el Tercer Mundo o en los "submundos" del Norte. Los trabajadores se encuentran cada vez más desprotegidos ante el "dumping social", verdadero "chantaje" de las multinacionales para rebajar (o incumplir) cualquier derecho laboral o cualquier garantía.
Trataremos en este documento sólo algún aspecto significativo de las relaciones laborales que se están dando en nuestro país crecientemente y lo que ello puede estar significando para los nuevos colectivos de parados y de jóvenes que buscan su primer empleo o que ya lo han conseguido. Pretendemos suscitar un debate en los colectivos minoritarios que aún subsisten en el empeño de elaborar un pensamiento crítico, alternativo al "pensamiento único", y que ojalá, aunque lo dudo, llegara al seno de las grandes organizaciones sindicales o políticas del mundo de la izquierda, para que tomaran partido ante los nuevos hechos concretos laborales que están creándose por la acción del neoliberalismo.
Además de la globalización financiera, ¿qué se globaliza en materia de relaciones laborales o de sus consecuencias?:
- Las legislaciones laborales (lo que se demanda por la CEOE aquí no es distinto de lo que pide el FMI o la OCDE o la UE)
- La falta de respeto a los derechos laborales y sindicales que se han legislado para todos las personas asalariadas (no hay más que darse una vuelta por el "mercado laboral" para ver las ofertas que existen, y los contratos que se pretenden establecer, que bajo apariencia de legalidad esconden jornadas superiores a las 40 horas y sueldos de menos de 100 mil pesetas al mes, con absoluta precariedad)
- Los nuevos valores: culturales, económicos, empresariales, laborales, que abundan sobre la legitimación social de las nuevas reglas del juego del capitalismo empresarial.
- Los comportamientos empresariales: con similares herramientas de gestión: externalizaciones, desreglamentaciones, sistemas o métodos de trabajo, etc.
- Son las grandes empresas (intentándose lo mismo con las administraciones públicas) las que cada vez más aplican el "outsourcing" (contratar cediendo la gestión de ciertos servicios a otras empresas externas, filiales o no) lo que les evita contratar a trabajadores, pues ellas contratan sólo los servicios en su conjunto de otras empresas que a su vez contratan (o malcontratan) a los trabajadores directamente o a través a su vez de otras empresas especializadas en contratar a personas paradas que buscan empleo (por ejemplo las ETT`s)
- La oferta de trabajo de los sectores financieros o de la llamada "nueva economía" se está generalizando casi en exclusividad a jóvenes licenciados (casi todos) desocupados en busca de su primer empleo, lo cual es evidente en algunas grandes empresas ligadas al sector financiero (banca y seguros) cuando contratando servicios con otras empresas especializadas se dotan de teleoperadores que impersonalmente son los que "dan la cara" por el Banco o la Compañía de Seguros, evitándose con ello incluso el contacto con el cliente; de modo que el conflicto se evade (se expulsa) de la gran empresa: se deriva hacia una pequeña empresa (o mediana) que siendo una, y otra, y otra, contratan (subcontratan) a trabajadores sin ligazón entre sí, que muchas veces no saben si quien les contrata es una u otra empresa, pues hasta el contrato laboral se les hurta.
- La precariedad laboral se generaliza
- La generalización de las ETT reproduce los valores de las grandes empresas, so pretexto de ayudar a las personas a insertarse en el mercado laboral
- Se generalizan las jornadas descontroladas; los sueldos mínimos; la ausencia de pagas extras; los contratos de formación que violan las normas existentes; los turnos a gusto de la empresa que, al no permitir una planificación de la jornada de trabajo del individuo, derivan en neurosis o patologías laborales que se reproducen en la vida personal del asalariado
- Se generaliza la mediación laboral o sindical sólo de las organizaciones instituidas, es decir de los sindicatos mayoritarios, que aunque (como máximo) denuncien la precariedad laboral, sin embargo pactan los convenios (o su mal menor, dicen, si son malos) en nombre de trabajadores a los que ni conocen (ni tienen representación en las empresas que los aplican o lo sufren)
- Como quiera que los sindicatos defienden a sus sindicados, que son en su mayor parte asalariados de grandes corporaciones, y nunca a los parados (si no tienen voz ¿cómo van a tener voto, en el sentido de influencia?) los jóvenes desconfían de los sindicatos y no se afilian y alimentan el círculo de aislarse y preocuparse solo de su problema al que, lógicamente, de forma individual no pueden dar solución.
- Se generaliza la conclusión de que a colectivos enteros asalariados de sectores emergentes de empleadores (empresas externalizadas de servicios de atención a clientes, nueva economía, venta por teléfono o internet, etc.) nadie los defiende; y sólo quien lo hace, cuando así se produce, suelen ser sindicatos "mal vistos" por la sociedad "biempensante", algunos de ellos libertarios o anarquistas (que no tienen cabida en los marcos de relaciones laborales instituidos por las grandes organizaciones sindicales)
- Todo ello ocasiona: desarme ideológico y sindical, miedo, temor al despido, competitividad interna entre trabajadores, ausencia de acción sindical, aumento del incumplimiento de los derechos de los asalariados y de las normas laborales.
- La generalización de los valores de la empresa, a la chita callando, van penetrando en los trabajadores jóvenes que tienen la "suerte" de encontrar un trabajo precario, que cada vez más se despreocuparán de otros y solo se preocuparán (mínimamente) de lo suyo, siendo lo "suyo" mantenerse en el puesto adquirido y aspirar, eso sí, a que algún día te hagan "fijo".
- Se está generalizando el individualismo, el corporativismo, y la ausencia de luchas laborales en muchas empresas, pequeñas y aisladas entre sí, donde sus trabajadores ni se conocen entre sí.
La globalización de la economía extiende una similar relación capitalista en el interior de las empresas, operando en el conjunto de las relaciones sociales, y no solo en la esfera productiva.
No hay un espacio de explotación, el espacio productivo, y un espacio democrático, el espacio social. En éste ya ni se discute sobre aquél. La lógica del beneficio privado, del productivismo, de la loca carrera hacia la acumulación y la llamada "buena vida", está colonizando la economía, la política, las relaciones sociales y la conciencia de toda la población. "No soy ni vivo ni pienso como los ricos porque no puedo, porque si pudiera lo haría y me olvidaría de quién soy", sería el lema subliminal a introducir en las conciencias, lo que significa, a sensu contrario, "Deseo preocuparme solo por lo mío, por tener más, por consumir más, por enriquecerme más, y me importa un pito los derechos de los demás siempre que a mí me dejen tranquilo y no me quiten lo que tengo hoy". Con ello, se convierte en objetivo prioritario y casi único de la persona que tiene empleo, el mantenerse lo mejor posible, "no vaya a ser que me echen y me quede sin nada", con lo cual "que reclamen otros que yo ni me muevo". El miedo se generaliza; el temor a la desocupación lo inunda todo; las condiciones de explotación laboral se ignoran, pues ello no es lo importante, sino que no le quiten a una persona su "puesto de trabajo" que tanto le cuesta mantener con su empleador (envuelto cada vez más en un clima de "despido libre" y "desreglamentación" pedida a gritos por las patronales del mundo).
La mayoría del sindicalismo opera sólo en el ámbito productivo obviando toda la envolvente político y social. No se debate
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