Globalizacion Economica
biscocha26 de Agosto de 2013
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INTRODUCCION
Hace poco más de un siglo que Carlos Marx predijo el derrumbamiento del capitalismo y su sustitución por el Socialismo por razones económicas y hace aproximadamente medio siglo, Shumpeter anunció también el derrumbamiento del Capitalismo por causas fundamentalmente sicológicas en la medida que la evolución del sistema mina las instituciones que lo apoyan, perdiendo el Capitalismo ese caparazón protector y terminando por sucumbir.
El capitalismo o economía de mercado ha estado a lo largo de este siglo, por lo menos dos veces al borde del abismo, en los años 30 con el desempleo masivo generado por la gran depresión y en los años 70 golpeado por los vendavales de la crisis energética, la crisis monetaria y la crisis de la deuda externa.
En estas dos ocasiones el modelo vigente, en el análisis económico parecía no ofrecer formula alguna salvadora de los problemas básicos que cada crisis hacía aflorar. La gran depresión puso de manifiesto que los mercados no alcanzaban su equilibrio automáticamente y que el mercado no era un mecanismo autorregulador que asegurase, en todo momento, los niveles necesarios de crecimiento y empleo.
En los 70 la rápida y continua subida de los precios del petroleo reveló que las excesivas adherencias del capitalismo mixto, caracterizado por una presencia muy activa de los gobiernos en la vida económica, frenaban, innecesariamente, las transformaciones requeridas por la nueva situación.
En estas dos ocasiones, por tanto, se produjo un viraje en la forma de interpretar los fenómenos económicos, un viraje que en el primero de los casos, daría paso al Keynessianismo y que, en la segunda crisis, pondría en tela de juicio la vigencia de este tipo de políticas, y subrayaría la conveniencia de evitar los excesos del recetario Keynessiano.
Pero el sistema Capitalista no sucumbió, simplemente se transformó. Precisamente porque es un sistema flexibe, que permite multiples adaptaciones a los choques más diversos en la medida en que la descentralización de decisiones, acelera los cambios y da paso a una nueva configuración. Más aún su correspondiente superestructura política (la Democracia Burguesa) es un sistema crítico, compensador que pese a todos sus inconvenientes termina por revelar las debilidades de la estructura económica y presiona los cambios. El Capitalismo no ha sucumbido a pesar de que múltiples veces se ha anunciado su hecatombe y a pesar de que muchas voces repetidamente han proclamado desde diferentes puntos la proximidad de su funeral.
Mientras tanto es el Socialismo el que parece sumido en un profundo coma y el que aceleradamente ha ido descubriendo desde 1989, que su estructura económica y política se requebraja irremediablemente. El derrumbe del muro de Berlín en 1989 marca el inicio de su más profunda crisis y la caída del estado centralizado en la URSS y Europa Oriental su final. Y qué nos deparará la China y Cuba en sus retozos con la economía de mercado?.
CAPITULO I. NUEVO ORDEN INTERNACIONAL
El sistema global actual de la Organización Económica Internacional se basa escencialmente en el conjunto de organismos que fueron creados a finales de la 2da guerra mundial y que se fueron configurando durante la etapa de la guerra fria (oeste-este) y el proceso de Independencia de las Antiguas Colonias.
En este mundo las posiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BIRD) y Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) respondian a la cobertura de campos de relación muy específicos a necesidades de la época.
La propia concepción liberal y neoclásica inspiradora de la organización internacional ha pasado por una serie de viscisitudes que han dejado su mella en la transformación de las organizaciones tradicionales y en la creación de otras nuevas. Además muchos de los problemas económicos mundiales actuales tienen un alcance que los organismos internacionales actuales no pueden afrontar por si mismo y la respuesta funcionalista tradicional queda muy limitada.
El tema de la deuda externa de los países Latinoamericanos es uno de ellos, ni el FMI, ni el BIRD, ni los bancos regionales creados en los años sesenta tienen capacidad financiera suficiente para hacer frente a ella en un mundo en el que la complejidad y desarrollo de las transaccciones financieras internacionales privadas desborda cualquier control público.
Con la transformación hacia la economía de mercado de la mayoría de los países socialistas, ya no tenia sentido la existencia del organismo creado en respuesta a la vertebración de la división socialista del trabajo: Consejo de Asistencia Económica Mutua(COMECON).
Las nuevas líneas de vertebración de las economías de los países del este hacen que estos pasen a ser integrables a los organismos de occidente, al tiempo que la desaparición de las tensiones Este –Oeste, pone de manifiesto que se debe evolucionar a hacer frente a los problemas globales asociados a la supervivencia del planeta, su preservación para las futuras generaciones y la solución de los problemas de la pobreza y el atraso económico que son las desventuras del tercer mundo.
En los tiempos recientes, sobre todo despues de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente, celebrada en Rio de Janeiro en 1992, la Organización Económica Internacional está llamada a dar respuesta y realizar las transformaciones que permitan ir perfilando una salida frente a los problemas de la ecología y el desarrollo. Igualmente la constitución de la Organización Mundial del Comercio (OMC) es otro paso en el sentido de dar una solución global a los problemas.
La Organización Económica Internacional afronta este final del Siglo XX un papel de actor de primer orden en la esfera de las relaciones internacionales. La Interdependencia, fuerza hoy más que nunca, a ejercicios de coordinación Norte-Norte y de solidaridad Norte-Sur y Norte-Este, para hacer frente a los retos y transformaciones del mundo actual. Para ello la Organización Económica Internacional requiere de su transformación para irse adaptando a las nuevas situaciones y dar una respuesta institucional apropiada.
La aceleración histórica es imparable y es evidente que los cambios que se producen cada día van a seguir exigiendo de imaginación renovada para que la Organización Económica Internacional no se vea desbordada por la realidad cambiante. En los últimos años el mundo ha entrado en un proceso de rápida transformación. Los cambios en los alineamientos políticos, en los sistemas económicos y en los valores sociales, nos llevan a punto en que las nociones convencionales y el ordenamiento establecido a finales de la Segunda Guerra Mundial, son cada vez menos aplicables a los asuntos internacionales.
La disolución de los bloques políticos-militares, la extensión y afianzamiento de la Democracia Burguesa, junto a los cambios tecnológicos y al papel que asumen nuevos actores en la escena internacional, están produciendo cambios sustanciales que de no darse una involución, harán entrar el mundo en un período con características diferentes.
Paralelamente a este proceso, se entiende e impone la opinión de que el denominado sistema de mercado, el orden social liberal instalado en Occidente, es la mejor forma de promover y guiar el desarrollo social (neoliberalismo).
Sin embargo este sistema de mercado no puede solucionar los problemas graves de dotación de infraestructura y satisfacción de necesidades básicas que acusan los países del sur, esta situación se agrava con la disolución de Europa Oriental. La solución de estos problemas requiere de políticas que permitan a los países del sur decidir sobre la valoración de su producción y facilitar su acceso a los mercados, basadas más en la solidaridad que en los criterios de competencia propios del Sistema de Mercado.
LA ORGANIZACIÓN ECONOMICA INTERNACIONAL Y LOS RETOS ACTUALES
PROBLEMAS ESTRUCTURALES
Los cambios que están ocurriendo en el mundo abren nuevas perspectivas para la salida de la larga depresión en que ha estado inmersa la economía mundial. Desde los años 70 una serie de crisis la agobian: crisis del petróleo, crisis monetaria y crisis de la deuda externa, que han repercutido sobre la producción, los precios, el comercio y el empleo produciendo desequilibrios y rupturas en el funcionamiento de los mercados y en las instituciones, lo cual ha hecho cuestionar la vigencia del Orden Económico Internacional establecido después de la segunda guerra mundial.
Pero el hecho de que en el conjunto de los países industrializados se den las condiciones para su recuperación económica, que las innovaciones tecnológicas posibiliten índices de mayor productividad, que la disolución de los bloques político-militar y el avance de la democracia permitan afrontar el futuro con renovadas esperanzas, no quiere decir que todo esté resuelto.
Sin embargo aún subsisten problemas, en gran medida originados por los fenómenos acaecidos en los setenta, que no superarse podrían dar al traste con esas esperanzas.
Esos problemas se resumen en:
Aumento de la competencia y dispersión del poderío económico entre los países desarrollados de economía de mercado.
Necesidad de contribuir a la transición hacia la economía de mercado de la URSS y las Naciones de Europa Oriental.
Urgencia por resolver los problemas de pobreza, salud,
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