Matrices De Oprtunidades Y Riesgo
491028 de Abril de 2013
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Matrices de oportunidad y riesgo
Riesgo: La probabilidad de que suceda algo que pueda afectar los objetivos.
Gestión de riesgo: Cultura, proceso y estructuras dirigidas a obtener oportunidades potenciales mientras se administran los efectos adversos.
La gestión de riesgo requiere:
Conciencia y cultura.
Pensamiento.
Responsabilidad en la toma de decisiones.
Comunicación.
Relacion de costo – beneficio.
Los factores generales a considerar son:
Recursos humanos: equipo de trabajo voluntario, junta directiva y población meta.
Recursos físicos: ubicación, edificio u oficinas y equipos.
Finanzas: Patrocinadores u otras fuentes de ingreso.
Actividades y procesos: programas en desarrollo y sistema que utiliza.
Experiencias anteriores: construcción de bases para el aprendizaje y éxito; su reputación en la comunidad.
Formas de reducir riesgos:
1. Prepara un buen plan de negocios
Una planeación cuidadosa es la primera clave para gestionar el riesgo en tu negocio. Gestionar el riesgo es contar con una estrategia para manejarlo y mitigarlo.
Cuando elaboras un plan de negocios, te obligas a repasar, una y otra vez, cada uno de los aspectos más importante de tu futuro negocio. Para cada una de esas áreas, vas a valorar el riesgo que entraña. Te hablo de los riesgos inherentes al mercado, al financiamiento, las operaciones, la contratación del recurso humano, los requerimientos tecnológicos, etc.
2. Controla tus impulsos y mira bien antes de saltar
Las oportunidades de negocios hacen que el empresario se emocione y hasta se obsesione. El empresario es amante de la acción, es optimista, seguro de sí mismo. Pero también puede ser demasiado impulsivo e imprudente.
Como emprendedor, te apasionas con las ideas y las oportunidades que se te presentan. Si has tenido éxito, puedes pensar que eso te garantizará el éxito en nuevos proyectos. Esto no siempre es cierto.
Este exceso de confianza te puede hacer cometer errores graves o no mirar los riesgos de una nueva aventura.
Debes aprender a controlar tus impulsos, a actuar con prudencia, sin apuros. Debes fijarte bien antes de saltar.
Cuando estés frente a un nuevo negocio o una propuesta de negocios, tómalo con calma. Descompón el negocio en partes, analiza cada parte detenidamente, examínalo desde diferentes ángulos, somételo a la consideración de otras personas de tu confianza: tus socios, un consultor, un mentor, tu equipo de trabajo.
3. Estable tu propio sistema de análisis
Primero debes contar con un grupo de tu confianza que participará en el análisis de nuevas propuestas de negocio. Estas personas pueden apoyarte cada de manera individual o en un grupo, como los comités gerenciales que recomendamos en los negocios.
Establece una rutina o tu propio sistema para evaluar las propuestas de negocio, una nueva empresa o una nueva inversión. Respeta el procedimiento, refínalo y conviértelo en un hábito.
Nunca tomes una decisión hasta después de haber seguido paso a paso, el método que has establecido para tomar decisiones.
Algunas veces tendrás que pagar asesores, consultores o abogados. En otras ocasiones, podrás utilizar información disponible en Internet, funcionarios de confianza dentro de tu empresa o una persona de confianza a quien puedas pedir consejo.
El sistema puede consistir en cuatro o cinco pasos que siempre darás. La siguiente es solo una propuesta.
4. Entender con precisión en qué consiste el nuevo negocio; cuanto más conocimiento tengas, mejor. Debes invertir todo el tiempo que sea necesario en este primer paso.
2. Resolver si el nuevo negocio está dentro de tu gama de fortalezas, si te permitirá mantenerte enfocado el segmento que has elegido.
3. Obtener toda la información que esté disponible sobre ese negocio, sea interna, sea aportada por otras personas, información que obtengas en internet o investigando de primera mano.
4. Organizar la información por áreas y analizarla cuidadosamente: analizar las oportunidades que te representa esa propuesta. Si encaja dentro de tus metas y objetivos; y si calza dentro de la estrategia que vienes desarrollando.
5. Analiza cuidadosamente las amenazas y los riesgos implícitos, tanto internos como externos. También determina las consecuencias de un eventual fracaso de la idea y cómo lo enfrentarías.
6. Toma la decisión, consúltala. Date unos dos o tres días para comunicarla finalmente.
4. Establece tu plan ante el fracaso
Define los dos o tres peores escenarios que podrías enfrentar si las cosas no salen como estás pensando. Descríbelos tan crueles cómo podrían ser si lo peor llegara a suceder.
Describe exactamente lo que harías si se llegaras a enfrentar cada una de esas situaciones:
• ¿Cómo protegerías tu inversión y tu marca comercial?
• ¿Cómo enfrentarías la pérdida del capital invertido?
• ¿Cómo afectaría al resto de tus negocios un fracaso en este?
• ¿Qué señales te comenzarían a indicar que las cosas no están saliendo bien?
Los escenarios son simulaciones necesarias, porque es imposible predecir el futuro.
Establece un plan de acción detallado si se diera cada uno de esos tres escenarios dramáticos y nefastos.
5. Elige bien a tus socios
Uno de los pecados del emprendedor es la elección equivocada de los socios. Debes saber elegir los socios con inteligencia.
Puedes reducir o compartir el riesgo asociándote con otras personas; pero elegir socios en sí mismo conlleva uno de los mayores riesgos y retos que enfrentan los emprendedores.
Un socio que goce de experiencia, credibilidad y sabiduría, puede ser la mejor alianza que puedas realizar en tu carrera de negocios. Pero uno demasiado poderoso económicamente, podría hacerte sentir como empleado, sometido a los criterios de ese socio que tiene más capital o más poder para decidir el futuro de tu empresa.
Una sociedad debe ser rentable para ambas partes.
También debes tener tus propios criterios sobre la elección de socios o sobre la participación en sociedades. No siempre necesitarás tener socios, puedes establecer alianzas estratégicas con proveedores o con clientes que forman juntos una cadena de valor, en donde ambas partes ganan y mantienen la independencia de sus negocios e inversiones.
6. Aprende a invertir en abogados, asesores financieros y expertos
Como consultor de negocios, he visto los enormes beneficios que para un empresario tiene el contar con una opinión calificada externa.
El empresario mejora su toma de decisiones cuando expertos y especialistas en sus áreas le aportan sus conocimientos y experiencia para juzgar las oportunidades de negocios que te presentan.
Lo ideal es tener capacidad para contratar los mejores asesores legales, los mejores asesores tributarios y los mejores consultores financieros. Al principio no tienes el capital; pero puedes buscar referencias de profesionales que sí estén al nivel de tu capacidad de pago.
El costo de contratar estos profesionales competentes, puede llegar a ser una de las mejores inversiones: mitiga el riesgo porque ven los negocios sin subjetivismos, lo miran desde afuera, fríamente.
Como empresario, entusiasta y motivado, puedes perder la objetividad. Te dejas llevar por la emoción y el impulso. Un consultor nunca tomará la decisión por ti; pero sí puede orientarte con su experiencia, conocimientos y capacidad.
Durante muchos años me dediqué a la consultoría en reingeniería financiera. Muchos empresarios se beneficiaron con mis consejos, algunos de ellos estuvieron en algún momento a punto de abandonar sus negocios y declararse en quiebra. Muchas veces, cuando los problemas son demasiado grandes, no se ven las soluciones.
Luego, me especialicé aún más y mi consultoría está orientado a multiplicar las utilidades de mis clientes. De la misma manera, dentro de la empresa hay oportunidades que el empresario no ve. El consultor desde afuera y conociendo muchas otras empresas, determina oportunidades y eso es lo que he hecho con muchos clientes ahora: buscar oportunidades para multiplicar sus utilidades, incluso en situaciones en que las ventas no puedan aumentar.
7. Mantente enfocado en tus fortalezas
Nos sucede a todos cuando comenzamos como empresarios. Nos emocionamos con cada “oportunidad” de negocio que nos presentan. Puede ser una panadería o una plantación de cardamomo, un restaurante o una fábrica de cancelas. Todo nuevo negocio nos parece genial.
Estamos urgidos por convertirnos en empresarios.
Después de algunos golpes aprendemos que es un error. Aprendemos que el mejor camino es mantenernos enfocados, primero
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