Outsourcing

Delegar responsabilidades y compromisos que no son inherentes a la esencia del negocio ha sido una constante en las organizaciones.

Al comienzo de la era post - industrial se inicia la competencia en los mercados globales, y es entonces cuando las empresas deciden que otros asuman actividades y servicios, porque su capacidad no era la más idónea para acompañar las estrategias de crecimiento.

Las Compañías deben pensar en la mejor forma de producir, comercializar y distribuir un producto o un servicio, y al mismo tiempo si realmente necesitan tener todos los procesos dentro de sus estructuras.

El outsourcing ofrece a las empresas la oportunidad de hacer una completa reingeniería de sus procesos de negocio para que sean lo más eficientes posibles y evitar asumir internamente la totalidad del coste de los procesos, que es trasladado al cliente vía precio, incorporando las ineficiencias, los recursos ociosos y la poca especialización".

Un proyecto de outsourcing ayuda a mejorar, evolucionar, reducir costes, resolver problemas funcionales, transformar funciones de coste en valor añadido, focalizar las inversiones y optimizar los recursos propios. Todo ello a través de una perspectiva externa que combina infraestructura tecnológica y física, recursos humanos y estructura financiera, en un contrato definido a largo plazo.

En este punto podemos definir outsourcing como “la actividad mediante la cual una compañía identifica funciones, procesos, servicios, etc. de su negocio que pueden ser desempeñados por una empresa externa. Esta es contratada para desarrollarlos con el objeto de mejorar la eficiencia, los costes o flexibilizar el uso de sus recursos. La relación se establece contractualmente”.

La importancia del Outsourcing radica en que con su adopción se pueden concentrar los esfuerzos de la Compañía en las actividades de su Core Business.

De esta forma se ofrece mayor valor añadido para los productos y clientes mediante una mayor eficacia en la operación de los procesos transferidos, una reducción de los tiempos de proceso y, en la mayoría de los casos, una reducción de costes.

En función de la ubicación de las instalaciones donde se lleven a cabo las operaciones objeto del outsourcing podemos establecer la siguiente clasificación:

In-house

Es el outsourcing que se desarrolla en las instalaciones de la empresa contratante del servicio (contrato de cesión de instalaciones). Las zonas donde se desenvuelven las operaciones deben estar claramente delimitadas y diferenciadas

Off-site

Cuando el servicio de outsourcing se produce en las instalaciones de la empresa que ha sido contratada.

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