Playing monopoly with the devil

El dinero comenzó su larga carrera en la historia como medio de intercambio: cuando todos la aceptaron como medio de pago. Con el tiempo, sin embargo, se convirtió en algo mucho más amplio que esto en tres pasos (que se detallan a continuación).

• En primer lugar, condujo a la creación del sistema bancario, que multiplicó el dinero efectivamente impreso por el soberano de modo que, además de los billetes de moneda, las personas pudieran usar cheques y otros instrumentos de giro contra sus depósitos en los bancos. En los tiempos modernos, el dinero ejerce su función de pago de muchas otras formas, incluidas las tarjetas de crédito y débito, así como los impulsos electrónicos necesarios para efectuar pagos en Internet.
• En segundo lugar, las personas comenzaron a usar el dinero no solo como un medio de intercambio, sino también como un activo con un precio de alquiler. Este precio de alquiler es el resultado neto de la tasa de interés y la tasa de inflación, esta última medida en términos del cambio en el precio al que las personas pueden intercambiar activos monetarios por otras cosas, que producen ganancias de capital o pérdidas de capital, dependiendo sobre si los precios de las otras cosas están bajando o subiendo, respectivamente. Las personas eligen mantener el dinero como facturas de divisas, cuentas corrientes y cuentas que devengan intereses el sistema bancario o gastarlo dependiendo de la tasa de interés, las ganancias o pérdidas de capital otorgadas por el dinero y el costo de convertir una de estas formas en la otra. 
• En tercer lugar, el dinero se convirtió en el estándar de valor para la población y, a través de este, el indicador abstracto que da sentido a las obligaciones económicas establecidas en el mecanismo principal que la sociedad tiene para controlar la actividad económica: los contratos. Al desarrollar esta dimensión de sus funciones, el dinero se convirtió en el principal instrumento económico que vincula el pasado, el presente y el futuro.

Con el desarrollo de nuevos mecanismos de pago, se redujeron los costos de transacción. Cuando se convirtió en un activo, impulsó el desarrollo de la intermediación financiera, lo que condujo a la creación de crédito y, a través de esto, a la separación de la identidad del ahorrador de la del inversor. Esto multiplicó exponencialmente las posibilidades de financiar la inversión. Debido a la existencia de crédito, un inversionista con una idea no necesitaba tener dinero para convertirlo en realidad.

Si bien es crucial para el funcionamiento de la economía, el dinero está vinculado al sistema financiero en las dos primeras funciones. Al convertirse en el estándar de valor, sin embargo, se convirtió en el centro de la operación de toda la actividad económica, independientemente de si el sistema financiero está involucrado o no. Por supuesto, esta dimensión del dinero también es esencial para el funcionamiento del sector financiero, que es un sistema de contratos. Sin embargo, su impacto en la economía sobrepasa el ámbito de las operaciones financieras y supera con creces lo que podemos medir a través de las estadísticas monetarias y financieras, que se centran en el tamaño de los contratos que mantiene el sistema financiero. El rendimiento futuro de la economía no depende únicamente de estos contratos financieros. De hecho, son subsidiarios de otros contratos más importantes que establecen qué harán las personas con el dinero intermediado por el sistema financiero, regulando el flujo de bienes y servicios reales en toda la economía. Todos ellos están denominados en unidades monetarias. Cuando el dinero se convierte en el estándar de valor, se arraiga en los cerebros de las personas, proporcionándoles la principal fuente de información de mercado y los medios para planificar el futuro. Al jugar este papel, el dinero flota en el ambiente sin haber sido creado. Es una medida abstracta de valor, pero existe con plena realidad en las mentes de las personas, en los contratos que realizan y en los cálculos diarios que hacen sobre el tamaño y la composición de su consumo y ahorro. A pesar de su carácter abstracto, las personas confían en él para denominar sus pensiones, transferir legados a sus hijos, planificar su futuro. Es la sangre de la economía. Por lo tanto, para las personas, el dinero no es solo una moneda sino también un criterio que usan para medir el valor, realizar transacciones, mantener sus cuentas y proporcionar la denominación de todos sus contratos, incluidos los relacionados con sus ahorros e inversiones. Para jugar esos roles, el dinero debe mantener su valor a través del tiempo.

El hecho de que el dinero sea tan importante para el funcionamiento de toda la economía hace posible que el emisor de los medios de pago manipule prácticamente todos los aspectos del comportamiento económico al cambiar la tasa a la que genera dinero. Si, por ejemplo, el banco central crea más dinero del que exige el público, las personas lo gastan, y esto aumenta la demanda de bienes y servicios. El aumento de la demanda puede tener dos efectos diferentes en la economía, dependiendo de la capacidad de la economía para reaccionar. Si no puede aumentar su producción, la demanda en expansión se filtra a la balanza de pagos con otros países, aumentando las importaciones y reduciendo las exportaciones (ya que las empresas venden en el mercado interno bienes que de otro modo habrían exportado). Si la economía no tiene divisas suficientes para pagar el déficit comercial, el valor de la moneda cae en relación con otras monedas y la demanda excesiva se convierte en inflación a través de la devaluación. Sin embargo, nada de esto sucedería si la utilización de la capacidad en la economía fuera inferior al 100 por ciento. Es decir, si las empresas no usan su maquinaria al máximo, existe desempleo, y si esto no es el resultado de un cambio en la composición de la demanda, la demanda adicional estimula más producción sin crear demasiados problemas de inflación o balanza de pagos. He enfatizado la condición en cursiva. Simplemente significa que si la baja utilización de la capacidad se debió a un cambio en la composición de la demanda, una mayor creación monetaria también conduciría a problemas de inflación y balanza de pagos. 

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