Los Padres de familia como educadores
marianacabiesesEnsayo10 de Enero de 2016
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Los Padres de familia como educadores
¿Qué educador, psicólogo, médico o terapista ha seguido al niño desde su nacimiento? ¿Quiénes son los que más quieren al niño? ¿Quién se desvela por las noches para cuidarlo, quién se sacrifica al máximo por darle todo lo que necesita al punto de olvidarse de sí? Los padres. Sólo los padres tienen el amor suficiente para dar a sus hijos los cuidados y atención que necesitan.
Podrá alguien decir que los padres algunas veces se equivocan en la educación que brindan a sus hijos. Sí, algunas veces meten la pata. Se equivocan por ignorancia, por no saber qué es lo mejor, por no saber cómo tratar a los hijos, por no saber cómo educar. Es un problema que deben tratar de resolver: de cómo aprender a educar a los hijos.
La educación en la familia debe ser personal: cada hijo es un mundo, cada hijo debe recibir una educación personalizada, cada hijo debe recibir lo que necesita. Los padres deben aprender a conocer a cada uno de sus hijos: con sus cualidades, con sus defectos, con sus reacciones habituales; para tratar de sacar lo mejor de cada uno de ellos. Eso es educar: hacer brotar lo que ya existe, es sacar lo mejor de cada hijo.
Educar es una ciencia y un arte; es un arte porque no hay reglas fijas, cada hijo es único, cada circunstancia única ya que no hay dos personas iguales; y como es además ciencia se le debe estudiar y dedicarle horas de trabajo para hacer un buen trabajo y cometer menos errores.
El trabajo fundamental de los padres es educar a su hijo, verle y respetarle como a una persona que es y quererle mucho. No se debe dejar al azar o a la improvisación algo de tanta importancia como es la educación de un hijo. La educación es un proceso intencional y los padres son los principales educadores. Es por esto que es sumamente necesario que los padres se decidan a: “hacerse cargo”, “a tomar las riendas” de la educación de sus hijos. No es un trabajo que corresponde a otras personas, fundamentalmente corresponde a los padres. Son ellos los responsables de la educación de sus hijos. Claro que los padres tienen personas cercanas que los ayudan en este trabajo, como los profesores, los abuelos, las nanas, etc. Pero debe quedar bien claro: la responsabilidad es de los padres. En el caso que los padres no vivan juntos, la responsabilidad de la educación debe seguir siendo de los dos padres aunque uno de ellos no siga viviendo con los hijos: los hijos siguen siendo de ambos. En el caso que uno de los padres fallezca, la responsabilidad recae exclusivamente en el padre que le sobreviva.
Los padres ya no pueden educar como fueron educados ellos mismos. ¿Porqué no? Porque la sociedad ha cambiado mucho. Antes, los padres podían controlar muchas de las influencias que recibían sus hijos. La vida de los hijos transcurría normalmente en torno a la familia, la escuela y los amigos. Hoy, las influencias externas son mucho más fuertes. Los padres, con frecuencia, están más tiempo fuera de casa y controlan menos esas influencias. Los padres están menos tiempo con los hijos y por lo tanto, el tiempo que se dedica a ellos debe ser un tiempo muy rentable y muy bueno en calidad. ¿Y es posible? Sí es posible pero cuesta más trabajo y esfuerzo cuando los dos padres trabajan, o cuando la madre es quien se encarga sola de la educación de los hijos. Pero sí es posible, no hay imposibles para el padre o la madre que se informa, que previene y se adelanta a los problemas y que trabaja con los hijos.
Lo primero que los padres deben hacer es hacer un alto en su ajetreada vida que viven para pensar qué quieren para sus hijos: ¿qué quiero para ellos en la vida? ¿cómo me gustaría que fuesen? ¿cuáles son mis objetivos para ellos? ¿qué medios voy a emplear para conseguirlo? ¿a qué voy a hacerle frente? ¿qué valores, destrezas, sentimientos, aficiones voy
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