ABUSO SEXUAL

ABUSO SEXUAL

En nuestro país la cultura de la demanda por abuso sexual es nula, gracias a la ignorancia y la vergüenza que sienten las víctimas a relatar estos sucesos, así mismo el temor de ser marginados por las autoridades o que no sea tomada en cuenta su declaración son factores importantes para abstenerse de este hecho.

Las víctimas de abuso sexual que se atreven a demandar estos hechos, generalmente son incitados a retractarse por parte de sus padres o las mismas autoridades, pues no tienen medio para comprobar que fueron agredidos, ya que carecen de pruebas físicas. El abuso sexual más común es el que carece de contacto físico, esto es un factor que demerita la palabra del menor, pues no existe medio para comprobar su abuso; por esto es más fácil que tanto autoridades como familiares, apoyen más a una víctima que fue ultrajada violentamente.

Frecuentemente se dice a los niños que no se acerquen a personas y lugares extraños, todos en algún momento somos desconocidos, así es como socializamos, conociendo personas y lugares diferentes. Los padres hacen estas recomendaciones para proteger a sus hijos, pero no toman en cuenta que en la mayoría de los casos de abuso sexual los agresores son personas conocidas, miembros o amigos de la familia, así mismo, muchos de los casos la agresión sexual se lleva a cabo en la casa de la víctima.

El menor no denuncia por miedo a que no crean su versión, como puede comprobar que su agresor se desnudó frente a él, o que lo obligo a observar películas pornográficas; él menor no cuenta con una persona por la que se sienta apoyado y comprendido, pues quien gano su confianza, se aprovecho de la misma. Algunos casos son sabidos por otros adultos, que tratan de ignorar el hecho o se prestan a ser cómplices del agresor, ésto devalúa aun más al menor que esta solo ante esta circunstancia.

Los niños pequeños que pasan por un abuso sexual, muchas veces no le dan este significado, éllos saben que algo no está bien y que estos comportamientos no son “buenos”, pero el agresor a base de cariño y carisias le dice que no es nada malo, y el niño creyéndole no comenta nada; cuando un adulto se da cuenta de este hecho, lo vuelve público creando en el niño, un suceso más traumante que la misma agresión sexual.

Los niños mayores sienten culpa por participar en estas actividades, por no poner un límite a sus agresores, éllos ya son conscientes de que las actividades que su agresor realiza con éllos no son validas y temen ser reprendidos o que piensen que ellos incitaron estas actividades, también existen niños que se sienten culpables por disfrutar lo que su agresor les hace; los adolescentes por su parte se reservan estas declaraciones, para no ser señalados por la sociedad.

Las víctimas temen a que si delatan el agresor, regrese y cobre venganza con éllos o algún familiar, los delincuentes

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