Alcoholismo Contagio Familiar
mgh02015 de Septiembre de 2012
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Alcoholismo: Un Carrusel Llamado Negación
Capítulo Uno
por Reverendo Joseph L. Kellermannn
El alcoholismo es un drama en tres actos en el que toman parte por lo menos cuatro personajes: el bebedor y su familiar los amigos, los compañeros de trabajo y hasta los consejeros, quienes pueden contribuir a mantener girando el Carrusel. El alcoholismo rara vez aparece en una persona sin que afecte a otras; es extraño que continúe aislado de los demás.
Un individuo bebe mucho y se emborracha, y los demás reaccionan contra la borrachera y sus consecuencias. El bebedor responde a esta reacción y vuelve a beber. Esto establece un Carrusel de culpa y negación, semejante a un espiral hacia abajo, lo cual caracteriza al alcoholismo. Por consiguiente, para entender el alcoholismo, debemos mirar no sólo al alcohólico, sino observar la enfermedad como si estuviéramos sentados entre los espectadores de una obra teatral, y contempláramos cuidadosamente las actuaciones de todos los actores del drama.
Tan pronto se levanta el telón, vemos al alcohólico como la estrella del primer acto. El hace toda la actuación, los demás reaccionan ante lo que él hace. Es un hombre entre los 30 y 55 años de edad, usualmente inteligente, capacitado, y a menudo triunfador en su trabajo o profesión, pero que su meta en la vida no está al alcance de su capacidad. Vemos que es sensitivo, solitario y tenso. Es también inmaduro, y en tal forma que crea una verdadera dependencia, no obstante poder actuar en forma independiente a fin de negar este hecho. También niega ser responsable de los resultados de su comportamiento. De esta dependencia y negación es que este drama se llama <<Un Carrusel Llamado Negación>>. Para que él actúe en esta forma, los demás deben hacer posible esta actuación. Es por eso que debemos observar cuidadosamente lo que cada actor representa en la obra.
El alcohólico ha aprendido que el uso del alcohol le hace sentirse mejor. Para él, esto es una bendición, no una maldición; es su medicina, no su veneno. Por unas cuantas horas lo aleja de sus tormentos, desaparecen sus temores, disminuye su tensión, remueve su soledad y resuelve todos sus problemas.
PRIMER ACTO
La obra comienza con el alcohólico exclamando que nadie puede decirle a él lo que debe hacer, él es quien le dice a todos qué deben hacer. Esto hace muy dificil que la familia pueda hablar sobre la bebida y sus resultados. Aún cuando es indiscutible que la bebida está causando serios problemas; él simplemente no los discutirá. La conversación es como una calle de una sola vía. Nadie parece oír lo que los otros están diciendo. Ambas partes dicen una cosa, y sin embargo hacen otra. Es por eso que es necesario ver la obra para entender el alcoholismo. Observar al alcohólico solamente, leer una descripción cientifica de la enfermedad, o escuchar las historias de sufrimientos de la familia es sólo una pequeña parte del drama. La palabra clave del alcoholismo es <<Negación>>, una y otra vez las personas no hacen lo que dicen, o niegan lo que han hecho. Si pudiéramos ver la obra por television y apagar el sonido, entenderiamos mucho mejor lo que realmente está sucediendo.
Al comienzo del primer acto el alcohólico necesita de un trago y lo toma. Bebe un sorbo con rapidez, no despacio y con calma. Puede beber sin recato, pero posiblemente ocultar la cantidad que toma, haciéndolo fuera de la escena y no en presencia de los otros actores de la obra. Esta es la primera parte de la negación: ocultar la cantidad que bebe. Pero esto nos demuestra que él sabe que esta bebiendo demasiado. Bebe mis que los otros, más a menudo, y sobre todo, esto significa más para él que para los otros.
Beber en exceso y muy frecuentemente no es asunto de elección. Es el primer signo de alcoholismo. Negaciones repetidas como el esconder la botella y el beber solo, revela cuán importante se ha vuelto el alcohol para ayudarle a sentirse mejor. Después de uno o dos tragos, ya no puede parar de beber.
Después de unos tragos mis, vemos un profundo cambio en el alcohólico. Revela una sensación de triunfo, bienestar y de autosuficiencia. Está en la cúspide del mundo y puede actuar como si fuera un pequeño Dios. Ahora él está en lo cierto y los demás equivocados. Esto sucede con facilidad cada vez que alguien objeta su forma de beber.
En los alcohólicos no hay una manera uniforme de actuar cuando están intoxicados, pero cualquiera que ésta sea, no es racional ni sensible, sino irresponsable. Ignoran todas las reglas de conducta social, a veces inclusive hasta un grado criminal, de lo cual un claro ejemplo es el manejar un automóvil cuando estan bajo la influencia del alcohol. Si una persona sobria actuase en esta forma, sin duda le consideraríamos loco.
Si las borracheras continúan por largo tiempo, el alcohólico crea una crisis, se mete en problemas y termina en un completo caos. Esto puede suceder de muchas formas, pero el patrón es siempre el mismo: el alcohólico es una persona dependiente, que se comporta como si en realidad fuera independiente y su forma de beber hace que fácilmente se convenza de que esto es cierto, aunque el resultado de sus borracheras lo hace cada vez mis dependiente de los demás. Cuando su auto creada crisis estalla, espera que algo suceda; la ignora y le da de lado o llora para que alguien lo saque de ese apuro. El alcohol, que al principio le dio una sensación de triunfo e independencia, ahora se ha quitado la mascara y revela al niño indefenso y dependiente que es.
SEGUNDO ACTO
En el segundo acto el alcohólico no hace nada, ya que espera que los demas hagan algo por él. Los otros tres personajes entran en escena y el alcohólico se beneficia con lo que ellos hacen. En este acto él hace poco o nada, pues todo se lo hacen.
EL PROPICIADOR
La primera persona en aparecer es el que podemos llamar el Propiciador, el servicial <<Señor Puro>>, que impulsado por su propia ansiedad y sentido de culpabilidad puede querer rescatar a su amigo alcohólico de su trance apurado, salvarte de la crisis inmediata y asi aliviarle la intolerable tensión creada por la situación. Realmente esta persona puede estar satisfaciendo su auto necesidad más bien que la del alcohólico, aunque no se da cuenta de ello. El Propiciador puede ser un hombre ajeno a la familiar quizas un pariente, aunque a veces este papel es personificado por una mujer.
También puede ser representado por las tan conocidas <<profesiones auxiliares>>, como los clérigos, médicos, abogados y trabajadores sociales. Muchos de ellos han tenido poca o ninguna de las instrucciones científicas sobre alcohol y alcoholismo, lo cual es esencial para esa clase de consejo especializado. Careciendo de este conocimiento, manejan la situación de la misma forma que el Propiciador no profesional. Esto le impide al alcohólico el proceso de aprendizaje por medio de enmendar sus propios errores, y le acondicionan para hacerle creer que siempre habrá un protector que vendrá en su ayuda, aunque los Propiciadores insistan en que el no le volverán a ayudar, siempre lo harían en una u otra forma ... y el alcohólico asi lo espera. Estas operaciones de rescate pueden ser tan compulsivas como la bebida.
LA VICTIMA
El siguiente personaje que aparece en escena puede ser llamado la Victima. Este puede ser el jefe, el patrono, el capataz o supervisor, el oficial de mando en la vida militar, un socio de negocios, o a veces, un compañero de trabajo. La Victima es la persona que se hace responsable de hacer el trabajo del alcohólico, si éste se ausenta debido a sus borracheras, o le ayuda a realizarlo cuando sufre el malestar posterior a las borracheras. Las estadísticas en la industria muestran que cuando el tiempo del trago interfiere con el empleo del trabajador, esto se debe a que el alcohólico puede ser un empleado antiguo de la compañia, y por esa razón su jefe ha llegado a tomarle una gran amistad. La protección humana es una reacción perfectamente normal; siempre hay la esperanza que ésa sea la última vez. El alcohólico se ha vuelto completamente dependiente de esta repetida protección y encubrimiento por parte de la Victima; de otra forma no podria continuar bebiendo de esa manera. Se veria forzado a dejar la bebida o a dejar el trabajo. En este caso es la Victima quien <<Propicia>> que el alcohólico continue bebiendo irresponsablemente sin perder su trabajo.
EL PROVOCADOR
El tercer personaje en este acto es la persona clave en la obra: el cónyuge, el padre, la madre, o la persona con quien el alcohólico vive. Por lo general es la esposa o la madre. Es veterana en su papel y lo ha representado mucho más tiempo que los otros en este acto. Ella es la Provocadora. Es la que se siente lastimada y dolida por los repetidos episodios de borracheras, pero mantiene la unidad familiar a pesar de todos los problemas causados por la bebida. En cambio, alimenta con su amargura, resentimiento, temor y dolor la vida conyugal; por consiguiente se convierte en la verdadera fuente de provocación. Controla, trata de forzar los cambios que desea, se sacrifica, se acomoda, nunca desiste de su empeño, nunca cede; pero sobre todo, nunca olvida. La actitud del alcohólico es que sus fallos deben de ser aceptables, pero ella no debe de fallarle nunca. El actúa con completa independencia e insiste en que hará lo que le parezca, pero espera que ella haga exactamente lo que él dice que haga, o que no haga. Y claro está, ella debe de estar siempre en la casa para cuando él llegue, si es que llega.
Este personaje pudiera también ser llamado <<el
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