Alianza Terapeutica

ALIANZA TERAPÉUTICA

Introducción

La Psicoterapia no constituye un fin en sí mismo sino es un medio, para lograr un objetivo, es producir algún cambio en el paciente, o en otras palabras; la psicoterapia se conoce como un tratamiento de naturaleza psicológica que a partir de manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento humano promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física y psíquica, la integridad de la identidad psicológica y el bienestar bio-psico-social de las personas y grupos, tales como la pareja o la familia (Feixas y Miró, 1993). Esto implica sin duda alguna una relación entre paciente y terapeuta, que se diferencia de otro tipo de relaciones interpersonales, como una amistad, y un componente muy importante de la relación terapéutica es la “alianza terapéutica”, la cual ha sido de mucho interés para los teóricos e investigadores, no cuenta con una definición única, pero muchos coinciden en verla como una construcción conjunta entre paciente y terapeuta, que se refiere a la colaboración de ambos en el proceso terapéutico e implica conceptos y variables tanto del paciente como del terapeuta.

Vamos a ver algunas de las diferentes definiciones que nos proporcionan los teóricos e investigadores del área, que al mismo tiempo han intentado sistematizar este término, sin lograrlo hasta el momento; veremos parte de su desarrollo y origen, y también algunos de los factores o elementos que favorecen e interfieren en la construcción de la alianza terapéutica.

Desarrollo

Como se mencionó en un principio existen varias definiciones sobre la alianza terapéutica, una de las más influyentes es la propuesta por Bordin (1976), la define como el encaje y colaboración entre el paciente y el terapeuta e indica tres componentes, que son: acuerdo en las tareas, vínculo positivo y acuerdo de los objetivos. Aunque más tarde amplio su definición y enfatizo la “colaboración positiva” entre cliente y terapeuta contra un enemigo común: la “pena y autoderrota” continúo manteniendo los tres componentes. Estos componentes son de suma importancia que se establezcan en toda psicoterapia independientemente del enfoque, y desde un principio, ya que de esto depende por mucho el éxito del transcurso de la terapia y como bien lo dicen y coinciden varios investigadores, existe una relación entre alianza terapéutica y el resultado final de la psicoterapia.

El desarrollo de este concepto viene desde el psicoanálisis con Freud (1912), quien planteo lo importante que es para el paciente que el analista mantenga interés y actitud comprensiva hacia este, de tal forma que abra paso a que la parte más saludable del paciente pueda establecer una relación positiva con el analista, surgiendo asi una transferencia positiva y beneficiosa, ya que favorece la aceptación y la credibilidad de las explicaciones e interpretaciones del analista. Pero más adelante considero que una transferencia positiva podía distorsionar la relación real entre ambos y destaco la importancia de trabajar con las capacidades y aptitudes de la parte consciente del paciente para desarrollar un compromiso con el terapeuta “real”.

Con esto nos damos cuenta que cada uno, paciente y terapeuta, tiene un rol importante para la construcción de la alianza, por una parte el paciente se compromete e involucra en el trabajo de la terapia, mientras que el terapeuta desde un buen manejo de sus habilidades logra una buena interacción con el paciente, brindándole la confianza y seguridad que este requiere y que además le da la credibilidad al terapeuta, lo que le reafirma al paciente que es escuchado y comprendido correctamente y esto asegurara un buen tratamiento. Como lo mencionan varios investigadores, la calidad de la alianza terapéutica determinara el éxito y resultado del tratamiento.

La transferencia se diferenció de la alianza terapéutica,

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