Aporte de ensayo de película El Castor

A nivel macro, en la película se observa que Walter (Mel Gibson) sufre un trastorno depresivo mayor con síntomas como sueño profundo, hipobulia, aislamiento, ingesta de alcohol, dificultades en la concentración, problemas con sus hijos y su pareja.

Desde el principio de la película se observan rasgos de una personalidad esquizoide y al darse el evento estresante <su esposa le bota de casa> crea una relación simbólica con una marioneta de peluche llamada “Castor” a la cual le atribuye: lectura de mente, ideas delirantes así como hostilidad y dominancia.

Desde el momento en que la marioneta empieza a “comunicarse con él” empieza a gestarse una psicosis con características esquizoafectivas.

El trastorno esquizoafectivo, con la definición actual, es probablemente un trastorno heterogéneo, proponiendo algunos autores que se trata de un puente entre las grandes psicosis (Bipolar y Esquizofrenia), apoyando así la teoría del continuum (Crow, 1986; Lapanesee, 1992) El concepto de continuum nos explica, entre otras cosas, que el ser humano tiene, de manera innata, a hacer aquello que cree que los demás esperan de él.

Desde la postura psicodinámica podemos apreciar la lucha entre el Ello, el Yo y el Superyó. Quien funge como el Ello es el castor por los elementos impulsivos e histriónicos que presenta (lo reprimido en Walter), mientras que el SuperYo surge por breves momentos en los que Walter es confrontado por su esposa, provocando momentos lucidez, esto se ve claramente en la película cuando Walter decide llamar a su esposa para pedirle ayuda; por último, puede verse la estructura que convalece en toda la lucha del Ello y el Superyó: el Yo

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