Artículo Paicología Deportiva

La psicología deportiva; mucho más que palabras.

María del Mar Ferraz Gómez

Psicóloga deportiva

mmarfg9@gmail.com

Poco a poco la psicología deportiva se va abriendo camino, y cada vez son más las personas a las que les despierta interés; en el fondo todos hemos tenido alguna experiencia en nuestra vida con la que hemos asimilado, incluso de forma inconsciente, que en función de nuestra actitud psicológica obtenemos un mejor o peor resultado. A pesar de esa intuición, hay personas que no tienen la certeza de en qué consiste la psicología deportiva, y hasta qué punto, todas esas teorías que podemos escuchar o leer en muchos medios sobre motivación, concentración, manejo de la presión, y muchas más, les van a ser útiles de verdad.

En ocasiones recuerdo un hecho ocurrido hace unos años en el estrecho de Gibraltar. La noticia que publicó un periódico de la zona era simplemente curiosa; un marinero que trabajaba en la cocina de un barco, al salir de noche a la cubierta, y ante un golpe de mar, cayó al agua en mitad del estrecho sin que sus compañeros se percataran de ello. Proseguía el artículo relatando como aquel joven, con sangre fría, se deshizo de la ropa y comenzó a nadar hacia la orilla, orientándose por las luces de la costa, y de cómo se tomaba sus tiempos de descanso dejándose flotar, hasta que pudo alcanzar la orilla y buscar ayuda.

Creo que este caso, tratándose de una situación tan extrema, ilustra a la perfección lo importante que es la psicología para obtener un buen rendimiento, y nos aporta algunas claves para entender la relevancia de la psicología aplicada al deporte.

Ahora estamos en situación de hablar de algunas variables psicológicas que el protagonista de nuestra historia supo manejar correctamente. En primer lugar tuvo el suficiente autocontrol para no dejarse llevar por el pánico, ya que es normal que en una situación así sintamos ansiedad y nos invadan pensamientos negativos. Ese autocontrol fue el que también le permitió actuar correctamente quitándose la ropa y planificando lo que iba a ser su travesía a nado.

Jugó un papel importante la autoconfianza que tenía y la seguridad en sus propios recursos para controlar la situación, dando una solución al cansancio, y manteniendo la suficiente concentración en nadar para alcanzar la orilla, no dejándose llevar por otro tipo de pensamientos sobre los potenciales peligros, y centrándose en el presente, sin dejarse influenciar por todo el tiempo que llevaba nadando, los momentos difíciles que ya había pasado, o lo que supuestamente le quedaba aún por delante.

No me cabe duda de que nuestro protagonista, aparte de saber nadar, también debía de tener un mínimo de forma física que le permitiera ganar esa competición.

Llevando esta experiencia al terreno deportivo podemos extraer algunas conclusiones:

- Para obtener éxito

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