COMPLEJO DE CASTRACIÓN

Complejo de Castración

En este complejo el niño reconoce por primera vez al precio de la ‘’angustia’’.

Es decir la diferencia atómica de ambos sexos (varón y mujer).

Este aceptara que el universo está compuesto por hombres y mujeres, así como también sabrá que por ellos está compuesto. De igual manera entrara en conflicto al enterarse que nuestro cuerpo tiene límites.

Este complejo de castración más bien es un requisito obligatorio que se desarrolla y va de la mano junto con el complejo de Edipo, es algo psicológico que no hace referencia a la mutilación de los genitales ya sea en el hombre o la mujer, designa una experiencia psíquica muy compleja que es vivida inconscientemente por los niños aproximadamente a los 5 años de edad.

Constituye al soporte estructural del aparato psíquico de ambos sexos, pero no posee una consistencia concreta, ya que se relaciona con el complejo que anteriormente mencione, el complejo de castración asume un significado distinto y provoca diferentes consecuencias en el niño y la niña.

Sigmund Freud; Lo describe como una fantasía que surge durante la fase fálica, esta fase se da alrededor de los 3 a 5 o 6 años aproximadamente en algunos casos, aquí es donde los órganos genitales se vuelven una fuente destacada de placer, claro durante este periodo, por eso se presentan dos grandes situaciones psicológicas:

-El complejo de Edipo

-El complejo de Electra.

Freud nos dice: el complejo de castración produce en cada caso efectos en el sentido de su contenido: inhibidores y limitadores de la masculinidad y promotores de la feminidad. La diferencia entre el varón y mujer en cuanto a esta pieza del desarrollo sexual es una comprensible consecuencia de la diversidad anatómica de los genitales, y de la situación psíquica enlazada con ella; corresponde al distinguir entre castración consumada y mera amenaza de castración. ¿Qué nos quiere decir Freud con esto? Justamente que el complejo de castración es nodal para comprender, no solo, la manera en que se articula el falo en la estructura subjetiva, sino además como el falo establece una legalidad significante.

Para concluir, la castración es un instrumento simbólico estructurante del aparato psíquico. Su concepto hace referencia a la falta. En términos freudianos, por la presencia de un agente externo encargado de ejecutar la castración y por otro lado la noción de falo simbólico como carencia y falencia estructural. Su significado es considerado algo simbólico.

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