Narcicismo, Complejo De Edipo Y Castración
everano5 de Abril de 2014
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EL NARCISIMO, EL COMPLEJO DE EDIPO Y EL COMPLEJO DE CASTRACIÓN
Estos tres temas se relacionan de manera importante con la estructuración de la personalidad. El Narcisismo es el amor a la imagen de sí mismo, en psicoanálisis este concepto se entiende por una forma de estructuración de la personalidad y una etapa del desarrollo del ser humano. Se distinguen dos tipos: el Narcisismo Primario de los primeros meses de vida, donde el niño dirige todas sus energías a la satisfacción de sus necesidades. El término del Narcisismo Primario, se da en el momento en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor antes de elegir objetos externos, es decir, todo su erotismo o energía libidinal es autodirigida y el mundo exterior no existe. El Narcisismo Secundario corresponde al Narcisismo del YO, el niño se ve confrontado a un ideal con el cual debe medirse, que se le impone desde fuera, es el tiempo en el que aparece el lenguaje y su comprensión del mundo. El niño descubre que su madre no es él, también descubre que él no lo es todo para ella, siendo ésta una “herida” a su narcisismo.
Por ello es importante que la madre promueva la ruptura de la díada narcisista y reconozca al niño como diferente de ella, solo así logrará su autonomía y permitirá una adecuada estructura de la personalidad. Cuando no sucede de esta manera se crean situaciones psicopatológicas, ya que las personas con patologías narcisistas siguen manteniendo conductas infantiles porque en realidad no han recibido reconocimiento ni aceptación de sus padres y entorno, no han logrado seguridad, ni autonomía, eso los llevan a la permanente búsqueda de aprobación, aplauso y reconocimiento por parte de los otros, su sentido de identidad también está en crisis en diferentes medidas por lo que necesitan permanente reconfirmación.
Esto guarda relación con el Complejo de Edipo y el Complejo de Castración, decisivos para la estructuración psíquica y la asunción de la futura identidad sexual. El complejo de Edipo es una noción central en el psicoanálisis, estrechamente relacionado con la sexualidad infantil y el complejo de castración, con la prohibición del incesto, con la diferencia de sexos y de generaciones. Freud consideró que era al atravesar la fase edípica cuando se producía la estructuración de la personalidad y la orientación del deseo humano.
La fase oral y la anal son seguidas de la fase fálica, que está estrechamente ligada al complejo de castración y al Edipo y supone el coronamiento de la sexualidad infantil. Esto sucede cuando el varón, hacia los dos o tres años empieza a experimentar sensaciones producidas por su órgano sexual, desea poseer a la madre y entra en rivalidad con el padre antes admirado, pero también adopta la posición inversa, ternura con el padre y hostilidad a la madre (Edipo invertido o negativo).
Al no superar adecuadamente estos procesos se presentan situaciones patológicas en las personas, así como problemas de identidad sexual. Freud así explica la elección del objeto de amor en los homosexuales, ya que desde una posición narcisista, “se buscan a personas del mismo sexo, a los que quieren amar como la madre los amó a ellos”, es decir, ellos se convierten en su propio objeto sexual.
Vemos entonces que tanto la feminidad como la masculinidad no están aseguradas desde el comienzo sino que se van estructurando a través de la fase fálica y el complejo de Edipo articulado con el complejo de castración. Asimismo, si es que no se logra controlar el resentimiento generado por la frustración narcisista de ser valorado y querido, al sentirse rechazado se padece la necesidad de canalizar el deseo de dominio, de sometimiento o incluso de aniquilar al otro si se resiste, lo cual constituye ya aspectos psicopatológicos del narcisismo, por ello, hoy en día esto es una de las causas de que se comentan muchos parricidios.
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