CONFLICTO POR RESISTENCIA AL CUMPLIMIENTO DE LAS ÓRDENES ESTABLECIDAS

CONFLICTO POR RESISTENCIA AL CUMPLIMIENTO DE LAS ÓRDENES ESTABLECIDAS

1. DATOS GENERALES

1) Demandante:

- Nombres: Cesar Bazán Sifuentes

- Fecha de nacimiento: 23-03-87

- Edad: 32 años

- Sexo: Masculino

- Estado Civil: Soltero

- Lugar de nacimiento: Chancay

- Grado de instrucción: Superior incompleta

- Ocupación: Obrero

2) Demandado:

- Nombres: Ignacio Javier Aguirre Leturia

- Fecha de nacimiento: 07-06-2004

- Edad: 15 años

- Sexo: Masculino

- Estado Civil: Soltero

- Lugar de nacimiento: Chancay

- Grado de instrucción: Secundaria incompleta

- Ocupación: Estudiante

2. ANTECEDENTES

- Inicio:

El demandante (Cesar Bazán) refiere, que hace cuatro meses aproximadamente, cuando por tener más tiempo de internamiento que el demandado, asumía el rol de contención, que son los encargados de informar y/o corregir el comportamiento de los menores (en referencia a los que tienen menos tiempo en dicha institución de rehabilitación); se disponía a ejercer su labor de la manera más calmada que le fuera posible, y aun así siendo más riguroso de lo debido según manifiesta el mismo, observó que Ignacio, el demandado ingresaba a las habitaciones de dicho lugar, siendo no el horario adecuado para hacerlo, más si, todos tenían que permanecer en el patio, realizando las funciones que se les asignaban.

Es así que, Bazán, el demandante se acercó a “recriminarle” a Ignacio el por qué de su actitud aversiva; habiéndose suscitado ya el hecho, el demandante se dispuso a ejecutar una orden sobre el demandado, “ponerle medida”, es decir, limitarse a permanecer sentado meditando y no permitiéndosele gozar de las actividades tanto laborales como recreativas que los demás internos realizaban.

-Intermedio:

Es así que el demandado reaccionó de manera efusiva aduciendo que “tú quien te crees huevón, eres un drogadicto como yo y no mereces ser pate de la staff contención”, confrontándolo y “pechándolo”; desde ahí, ha existido una riña y recelo por parte de los dos, agregando ambos que si fuera por los encargados de disciplina, ellos ya se habrían matado con lo primero que encontraban. Con el pasar del tiempo, los meses, Bazán, el denunciante recayó luego de haber conseguido la tan ansiada salida hacia la sociedad, y al volver reinicia todo, desde cero, como si no hubiera estado antes internado, topándose con Ignacio, ya con mayor tiempo de internamiento sin pausa, por lo cual, el demandado es encargado de la contención y Bazán el demandante tiene que ajustarse a las órdenes y medidas merecidas impuestas.

- Final:

Cesar Bazán aduce sentir que Ignacio, con el poder que obtuvo “se está desquitando con el demandante por los tratos anteriores que se ejercieron sobre él”.

Asimismo, sugiere una hipótesis, que la conducta vengativa injustificada se debe a su falta de madurez y la falta de seriedad que le pone Ignacio a su estancia en el centro de rehabilitación.

Por otro lado el demandado refiere no sentir resentimiento ni cólera, por lo menos es lo que puede percibirse verbalmente, pero, gestualmente, su emisión contradice a lo antes dicho.

Así, Bazán aduce sentir ganas de reivindicarse y ser mejor y hacer las paces con Ignacio porque “son hermanos” y deben apoyarse, a pesar que a veces sean todos ellos cambiantes por su propia condición de adictos en rehabilitación. A ello, Ignacio se resiste, dado que él asegura no tener nada contra nadie, tan solo ejerce su labor, pero a la vez, él muestra pequeños episodios de sensibilidad refiriendo que: Le gustaría que el trato general en dicho centro de rehabilitación mejore porque ellos a pesar de tener un problema de impulsividad,

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