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Características De Los Niños De 6 años


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  1.436 Palabras (6 Páginas)  •  268 Visitas

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Características de los niños de 6 años

Las transformaciones fisiológicas y psíquicas propias de esta etapa están en el origen del cambio de comportamiento de los niños. Hemos de interpretar sus reacciones como síntomas de su crecimiento, que tendremos que orientar acertadamente.

· Desarrollo y cambios físicos: Físicamente, el niño sigue creciendo y aumentando en peso y volumen de forma gradual. Algunos pierden definitivamente las redondeces de la primera infancia al estirarse y adelgazar. Su desarrollo muscular y óseo les capacita para desempeñar infinidad de movimientos con un buen grado de coordinación, agilidad y precisión. Su gran destreza manual y su necesidad insaciable de experimentar le pueden llevar, por ejemplo, a desarmar juguetes para verlos por dentro. Corregir al niño en este afán investigador es contraproducente.

· Su resistencia física es admirable: parece que no se cansan nunca cuando están realizando actividades de su agrado. A estas edades suelen ser muy activos e imprudentes, porque el niño, confiado en sus capacidades, tiene la seguridad de que a él no le va a ocurrir nada. Dada su incesante actividad, es un buen momento para iniciarles en la práctica sistemática de algún deporte. También podemos utilizar esta predisposición natural para afianzar la lateralidad. Ejercicios físicos que favorecen su definición son: natación, ciclismo, patinaje, tenis, ping-pong, baloncesto…

· La madurez cerebral: cabe considerar los 6 años como una frontera a partir de la cual una determinada dificultad debe recibir una consideración diferente. La incapacidad para controlar la orina por la noche, las dificultades en la lecto-escritura o la incorrecta pronunciación, deben valorarse de manera más detallada, dado que el cerebro ya ha alcanzado, en lo fundamental, su grado de desarrollo.

· Desarrollo de la inteligencia: Siempre se ha considerado que el niño a partir de los 6 años empieza una nueva fase de la vida porque “empieza a razonar”. Los estudios científicos avalan el inicio de un cambio intelectual, que durará hasta los 11-12 años, y que Piaget denominó “periodo de las operaciones concretas”. En los años previos, el razonamiento del niño era más intuitivo, y presentaba un carácter cambiante y subjetivo. A partir de ahora, va aplicando las leyes lógicas a lo concreto.

· Su lenguaje es ya muy desarrollado: tienden a hacer preguntas de forma incesante.El diálogo padre-hijo es fundamental para favorecer el desarrollo de su capacidad de reflexión. Sus preguntas deben ser contestadas y debemos razonar lo que decimos. De lo contrario, se dará cuenta de nuestra falta de juicio (o de nuestra injusticia, si se da el caso de que nuestra respuesta ha sido injusta) y podemos perder la confianza que tiene puesta en nosotros. Le encantará que le prestemos atención a todo lo que espontáneamente nos cuenta y, a su vez, puede generar rechazo el afán paterno de estar continuamente informado: “¿Qué has hecho?¿A qué has jugado? ¿Qué has comido?”. Una pauta general aconsejable es estar disponible para hablar cuando él quiera hacerlo. Las preguntas generales y abiertas resultan más eficaces para el diálogo que las reiterativas. Pero tendremos que tener la delicadeza suficiente para respetar sus secretos y su deseo de intimidad.

· Su capacidad de concentración todavía es pequeña: debido a su inconstancia. Por ello, para que no rechace el estudio, éste debe suspenderse en la fase del precansancio. Los deberes para realizar en casa deben ser algo ligero y placentero. Lo realmente importante a esta edad es iniciar un sistema de trabajo con el fin de crear hábitos, pero no podemos someterle a exigencias que puedan predisponerle negativamente para futuros estudios. En esta línea, deberemos seguir presentando el estudio como un juego, porque todavía el niño no distingue totalmente lo uno de lo otro. Hay que evitar comentarios que puedan resultar negativos, incluso de soslayo: hablar mal del profesor o del colegio, o comentar que este año tiene que estudiar mucho porque Primaria es muy difícil. Tampoco son buenos los comentarios de aspecto positivo que minusvaloran la actividad educativa (el consabido,

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