¿Cómo demostrar mi afecto eficazmente a mis hijos?

Autora: Ps. María José Roldán (2017) y Lisseth Luna Ticlla (2018)

¿Cómo demostrar mi afecto eficazmente a mis hijos?

• Bríndale tiempo de calidad a tu hijo más que de cantidad: sabemos que la vida es muy ajetreada, pero toma aunque sea unos minutos de descanso para mirarlo con detenimiento, amor, preguntarle cómo le fue en la escuela, qué aprendió, qué le gustó de su clase, etc.
• Abraza a tu pequeño sin motivo: como padres a veces lo hacemos solo cuando trae un buen trabajo, tenemos buenas noticias de su comportamiento o cuando está llorando por algo que creemos injusto; pero él también necesita abrazos espontáneos, el calor de un abrazo ayuda a elevar su autoestima y a sentirse amado.
•  Juega con tu hijo: involúcrate en los juegos que le gustan a tu hijo, quizá puedas jugar con él a ser un “dinosaurio”, que se esconda y jugar a que lo atrapas. Canta las canciones que aprende en el colegio mientras regresas a casa de recogerlo del colegio. Como puedes ver el niño no necesita que le compres juguetes para divertirse, el juego libre en el parque e interactuando con sus padres u otros niños lo enriquecen emocionalmente.
• Ponle límites: Dar liberadamente a tu pequeño lo que quiere no es un signo de afecto. Los niños necesitan sentir que en sus casas hay adultos que se encargarán de ponerle límites en su conducta para que puedan estar bien encaminados.
• Déjalo crecer:  A medida que los años pasan, déjalo tomar responsabilidades según su edad, enséñale a ordenar o guardar sus juguetes, ensénale a poner la mesa, ensénale a sacar la basura, enséñale a dar la comida a la mascota, etc. Dejarlo crecer, es dejarlo que asuma tareas y dejarlo que tome decisiones. Enséñale poco a poco a ser independiente.
• Comunica tu amor:  A veces pensamos que nuestro hijo debe saber que lo amamos porque lo cuidamos, lo atendemos, le damos su comidita; sin embargo, tu pequeño necesita escuchar de tus labios “Hijo, te amo”, “Eres único”, “Hoy no te salió muy bien, pero mañana te va a salir mejor”, “Estoy orgullosa de ti”, “Me haces la mamá más feliz”, “Hoy pensé en ti mientras estabas en el colegio”. Mamita y papito, expresen lo que piensan y sienten por sus hijos, no dejen que se quede dentro de ustedes.
• Evita comparar: “Tu amiguito lo hizo mejor que tú”, “Mira como tu hermano, si escribe grande”, “Mira como tu amiguita no lloró en la actuación”,etc. Quizá le suenen familiares estas frases, lo que no saben es que están poniendo sobre sus pequeños una carga, le están diciendo en otras palabras que su esfuerzo no es tan bueno como el de otro niño/hermano. Substituyamos con frases como “Hija, tú puedes hacerlo mejor” (comparando con su propio trabajo), “Amor, inténtalo una vez más”, “Hoy no te fue bien, mañana te va a ir mejor”,etc..

Autora: Sara Tarres (2017)  

¿Cómo puedo saber que mi hijo necesita más afecto?

Cada niño es diferente, por lo tanto, demuestra su necesidad de afecto de manera distinta, mientras que algunos lo harán notorio a través de su ira o irritabilidad, otros pueden demostrarlo a través de sus miedos y fobias. A continuación, les presentaremos algunos signos que estarían indicando que su pequeño le está faltando más dosis de afecto:

• No puede manejar sus impulsos: Su pequeño tiene arranques de ira descontrolada, golpea, patea objetos, se frustra con facilidad y descarga su energía con conductas agresivas, etc.
• Expresa sus sentimientos enojado, grita o todo lo contrario, deja de hablar, expresa sus ideas pasivamente con desgano.
• Tiene miedo o inseguridad a estar con otras personas, desconfianza hacia la mayoría de personas.
• Temor a ser abandonado, llora cuando lo va a dejar con otra persona, temor a venir al colegio.
• Tiene cambios repentinos de conducta y de sus emociones, está feliz jugando y de pronto rompe en llanto.
• No se concentra al hacer sus tareas, se distrae fácilmente, no copia o atiende en clase, etc.
• Hace berrinches o rabietas continuos, ellos también son signos de falta de afecto eficaz en su hijo, quiere tener su atención de cualquier manera.
• Tiene dificultades en su lenguaje, su desarrollo de lenguaje  hablado y comprensivo es deficiente.
• Tiene problemas al socializar con los niños de su edad, no tiene muchos amiguitos, y también con los adultos se muestra huraño o tímido.

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