Desarrollo Humano Carl Rogers

Carl Rogers en opinión de este servidor es una persona que nuca le basto lo que ya había logrado, por esa misma razón sin ningún afán de generar alguna riqueza continuo ayudando a las personas con su conocimientos. Además era una persona que tomaba ideas de los individuos que el sentía que tenían cierto impacto social, así tomaba sus ideas ya que ellos eran más espontáneos con sus ideas lo cual le resultaba muy atractivo.

Rogers no le atribuía sus realidades a sus conocimientos si no a su capacidad de aprender, sobre todo de colegas más jóvenes y de experiencias de cientos de hombres. Al mismo tiempo el sentía que no había hecho aportes a la psicología académico porque sus pensamientos y teorías solo se mencionaban de paso, también impulso la reconciliación de la psiquiatría con la piscología, además de buscar un lugar para que la psicología pudiera realizar con libertad sus investigaciones.

Rogers tuvo una discusión con Skinner ya que tenían teorías muy diferentes de las acciones de las individuos uno tenía la idea que toda acción era proceso lógico encaminado a cierto ambiente forzado y el otro tenía el pensamiento de que sucedería si no hubiera tal forzamiento hacia la persona, el tomaría sus propias decisiones con más claridad “lo que creamos son nuestras decisiones”.

Lo que constituye realmente la polémica es la confrontación de dos paradojas. Si la posición conductista extrema es cierta todo lo que hace un individuo carece de significado. Ya que dicho individuo solo es un átomo en un cadena cerrada de causa y efecto.

Uno de los puntos que Rogers toco, llamo mucho mi atención, ya que consideraba  que le individuo actual esta embriagado en una cultura tecnológica al borde de la decadencia, sin embargo cree que de esta persona emergerá una persona nueva, altamente consiente capaz de explorar su espacio interior más que el del exterior.

Será más bien un humanista que un tecnólogo y tendrá una alta probabilidad de supervivencia. Lamentablemente hay otra parte, “la asimilación de las verdades absolutas, nuestros sistemas educativos generan en individuos de gran espíritu creativo un sentimiento de impotencia, gracias al cual prefieren buscar las satisfacciones del privilegio, el bienestar económico, en vez de emprender nuevos caminos para la ciencia, el crecimiento propio y el de los demás.  

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