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“EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”. VIKTOR FRANKL


Enviado por   •  14 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  1.027 Palabras (5 Páginas)  •  603 Visitas

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“EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”.

VIKTOR FRANKL

El doctor Viktor Frankl psiquiatra y escritor, explica su experiencia como prisionero, durante mucho tiempo, que  por esa misma razón lo lleva a cuestionarse y llegar a conclusiones psicológicas sobre las personas durante el periodo de los campos de concentración.

El libro nos lleva a otra dimensión complétamente diferente que te hace imaginar, enojar, suspenso, miedo y muchas emocionas, ya que el desarrollo del mismo es sobre cómo fue la dura vida del psiquiatra Viktor Frankl durante los campos de concentración y cómo iba deduciendo que los seres humanos por tan chiquito que sea el problema pueden ir cambiando tanto sus sentimientos hasta su personalidad.

Todo la historia comienza en que le dan un aviso al doctor Frankl para poderse ir a estados unidos con sus papas y su esposa, ya que sus papas no tenía documentos para ir hasta allá con el miedo de que fueran detenido por irse sin papeles, empezó a cuestionarse que debía de hacer. Así que a los pocos días decidió que se debería quedar y los llevaron a un campo de concentración diferente a cada uno.  

Hace tres fases psicológicas a los prisiones una llamada internamiento en el campo, que saca la deducción que al no saber los prisioneros lo que les espera entran en shock al entrar a los campos de concentración sin saber si al siguiente día los llevaran a la cámara de gas o los hornos. Decía que en la psiquiatría había un estado de ánimo llamado “la ilusión del indulto” que viene siendo ese momento de esperanza para los prisioneros antes de su ejecución.

La segunda fase vendría siendo “Apatía”, como decía Frankl los prisioneros actuaban en autodefensa era algo inevitable de ese mecanismo. La realidad era para los mismos prisioneros y su único objetivo era conservar sus vidas y las de sus compañeros. Ya que los sargentos que los observaban hacían que su autoestima bajara a la vez por las grandes palabras que los ofendían, que a veces con eso tenían para quererse suicidar. La ley del más fuerte reinaba en tu corazón y sólo querías salvar tu pellejo, porque eso es lo que eras, un esqueleto con pellejos pegados a tus huesos. La ausencia de sentimentalismos y la continua hambre eran constantes que hacían que te preguntaras: ¿Vale la pena seguir viviendo así?, ¿Qué hice para que el destino se tornara tan gris? Y muchas más preguntas, que trataban de justificar el suicidio. Aun así nacía adentro de ti la esperanza que sí valía la pena seguir viviendo, porque algún día (no sabías cuando) saldrías y volverías a besar a tu madre y a tu padre, y volverías a reír y a comer con tus amigos.

Y por última la tercera fase que es “después de la liberación” se sentían importantes por haber visto que resistieron y que ya su libertad era completamente de ellos. Lo que les sucedió psicológicamente a los prisioneros fue la despersonalización. Todo los parecía irreal que todo era verdaderamente un sueño. Tuvieron sentimientos al tener esa libertad que creían que al salir de algún territorio estaría alguien para pegarles y decirles de cosas. En el mejor de los casos, reunirse con un familiar y contar por largas horas todo lo vivido. Era una decisión constante la postura que tomaría ahora -el prisionero- frente a la vida, ahora con su libertad. Podía desquitarse con quien se plantara enfrente, o recoger los pedazos de su vida y reconstruir todo de ese momento en adelante.

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