ETAPAS DE LA VIDA
tetesteban4 de Diciembre de 2014
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A. FASE FETAL
La aparición de las primeras células óseas alrededor de la octava semana señalan esta etapa. El feto aumenta aproximadamente 20 veces su longitud previa y los órganos y sistemas corporales se tornan más complejos.
Los "últimos toques" como las uñas de las manos y los pies se desarrollan hasta el nacimiento.
Los científicos pueden observar el movimiento fetal mediante ultrasonido, procedimiento médico prenatal que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para detectar el contorno y los movimientos fetales, con el fin de establecer si un embarazo avanza normalmente
Hacia el comienzo de la 12a. semana de gestación el feto deglute e inhala parte del líquido amniótico en el que flota. Éste contiene sustancias que pueden estimular los incipiente sentidos del gusto y del olfato, y contribuir al desarrollo de los órganos necesarios para la respiración y digestión.
Las células maduras del gusto aparecen aproximadamente a las dos semanas de gestación. El sistema olfatorio que controla el sentido correspondiente, también se desarrolla antes del nacimiento.
La familiaridad con la voz materna puede tener una función básica de supervivencia: ayudar a los recién nacidos a ubicar la fuente de alimento.
B. INFANCIA
A partir de los dos años y hasta la llegada de la adolescencia, el individuo vive un periodo de aprendizaje y desarrollo. La infancia o niñez es una etapa importante de desarrollo, en la que se adquieren numerosas habilidades, como hablar, leer y comprender ideas.
En comparación con otros mamíferos, los seres humanos vivimos una infancia bastante prolongada, que dura, incluso, más de diez años. Esto posibilita que incorporemos suficientes conocimientos para que, desde la etapa siguiente y hasta el final de la vida, nos desarrollemos como personas independientes.
Durante este periodo los niños se vuelven más precisos en sus movimientos, aprendiendo a saltar, correr o andar en bicicleta.
Pueden coordinar variados movimientos y su motricidad fina es cada vez mayor. También logran controlar la eliminación de desechos, mediante el manejo de los músculos de la vejiga y de aquellos implicados en la defecación.
Peso y estatura
Durante la infancia, niños y niñas sufren importantes cambios en cuanto a su peso y altura. Entre los tres y cinco años, crecen a un ritmo de seis a ocho centímetros por año. Posteriormente y hasta la pubertad, alcanzan hasta seis centímetros de desarrollo por año. Ya a los nueve años, los niños han adquirido tres cuartas partes de su estatura definitiva.
Todo este importante incremento de estatura, que necesariamente va ligado a un aumento de peso, porque el tamaño del cuerpo es más grande, está controlado por la acción hormonal.
Así, desde el hipotálamo se activa una sustancia específica que estimula la producción de la hormona del crecimiento o somatotropina (STH). Esta es secretada desde el lóbulo anterior de la hipófisis (glándula situada en la base del cerebro) hacia el torrente sanguíneo que la lleva hasta el hígado y los riñones, en donde se convierte en la sustancia activa que estimula el crecimiento de los huesos y músculos y su completa osificación.
Razonamiento y aprendizaje
Gracias al desarrollo neuronal y al progresivo crecimiento del cerebro, a partir de la infancia, el niño es capaz de desarrollar actividades intelectuales más complejas.
Durante esta etapa, es de vital importancia la incorporación del lenguaje y el desarrollo del habla. Desde los dos años, niños y niñas sustituyen sus primeros balbuceos por agrupaciones de palabras que transmiten un sentido mayor.
Aproximadamente a los cuatro años, son capaces de participar en conversaciones.
De ahí en adelante y de acuerdo con la estimulación de cada niño, adquieren una mayor comprensión de las palabras y el correcto orden de estas, para entregar un sentido coherente.
Es en este periodo en el que los niños ingresan al colegio, adquiriendo además contacto con otros niños de su misma edad, con los que genera importantes vínculos.
C. ADOLESCENCIA Y JUVENTUD
Todo proceso de transición es complejo. Pero sin lugar a dudas, la adolescencia es uno de los más difíciles, por la enorme cantidad de transformaciones físicas y sicológicas que deben vivir los jóvenes y que los dejarán preparados para la adultez.
La adolescencia es uno de los períodos más complejos del ciclo vital. No sólo por la cantidad de cambios físicos y hormonales que acarrea, sino también porque a nivel sicológico es una etapa de numerosos cuestionamientos. Es el paso desde la infancia a la edad adulta, donde emerge la figura del "yo". Un adolescente crítico, que enjuicia su entorno, su cuerpo, sus amistades y las autoridades.
Todo individuo, durante esta etapa, se vuelve más complejo. Los órganos sexuales se vuelven funcionales (producen hormonas y están listos para la reproducción), son más notorias las diferencias entre hombres y mujeres y existe un desarrollo emocional y personal clave.
Es necesario diferenciar que la adolescencia corresponde a una etapa de transición que implica cambios tanto a nivel anatómico como sicológico. En ella ocurre un importante proceso, la pubertad, periodo exacto en que las características físicas y sexuales maduran, debido a diversos cambios hormonales.
Acción detonante
Todos los cambios que caracterizan a la pubertad están comandados por la información contenida en nuestros cromosomas. Por un mecanismo de activación aún desconocido, a cierta edad se desencadenan modificaciones considerables que dan inicio a la pubertad.
De lo que sí se tiene certeza es del rol determinante del hipotálamo y la hipófisis en toda esta etapa del crecimiento. Ambas estructuras trabajan de manera coordinada activando el trabajo hormonal, causante de casi la mayoría de los cambios físicos que se activan a esta edad.
El hipotálamo se encarga de secretar un tipo de sustancias denominadas factores de liberación. Su labor es actuar directamente sobre la hipófisis, haciendo que esta glándula elabore y vierta en la circulación sanguínea un verdadero "cóctel hormonal". Uno de sus principales componentes es la somatotropina (STH), que influye en el ritmo de crecimiento de casi todos los tejidos del organismo y en el aumento del peso corporal (crecimiento de la masa muscular).
Considerable también es el efecto de las gonadotropinas, hormonas que, como su nombre lo indica, estimulan a las gónadas (ovarios y testículos) para que realicen su función endocrina, liberando las hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógeno) y masculinas (testosterona, androsterona y androstendiona).
Los andrógenos y los estrógenos se encargan directamente del crecimiento y maduración de los órganos sexuales masculinos y femeninos, del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y de la aparición de la libido (fuerza motriz del instinto sexual).
Talla corporal
Comúnmente se denomina "estirón" al considerable incremento de la talla corporal que ocurre durante la pubertad. Por lo general, tanto niños como niñas aumentan su estatura en varios centímetros, fenómeno que ocurre a la par de la nueva configuración que adoptan tanto el esqueleto, la masa muscular y el tejido graso.
Cada sexo tiene diferentes disposiciones anatómicas, que durante la pubertad toman forma definitiva. Por ejemplo, las caderas de las mujeres se tornan más anchas y acumulan mayor cantidad de grasa, mientras que la espalda de los hombres aumenta de tamaño. La nueva redistribución también influye en el peso corporal.
En cuanto a la altura, la de las niñas se eleva con anterioridad a los niños. Pero corresponde a un proceso de menor duración, por lo que, generalmente, ellas alcanzan antes su estatura adulta y ellos siguen creciendo. A los ocho años, ambos sexos poseen una estatura similar; ya a los 14, las niñas, por lo general, son más altas. A los 16 años, ellas poseen una estatura definitiva, mientras los niños, que ya son más altos, continúan desarrollándose hasta los 18, e incluso, 20 años.
Cambios físicos
Si bien ya hablamos de la verdadera maquinaria hormonal que se activa una vez llegada la pubertad, no debemos olvidar que muchos de estos cambios se plasman físicamente.
En los varones, una de las primeras transformaciones ocurre a nivel de los genitales. Esto se manifiesta, por ejemplo, en el paulatino aumento del tamaño de los testículos, la aparición de arrugas en el escroto y de una importante cantidad de vello púbico. Casi dos años después de esta primera etapa de cambios, se incrementa, tanto en longitud como en diámetro, el principal órgano reproductor masculino externo: el pene.
En una segunda etapa, aumenta el vello axilar y facial. Este último se engrosa y convierte tanto en barba como en bigote.
La voz se vuelve más grave y existe un desarrollo importante a nivel muscular y del esqueleto; se ensanchan sus espaldas y adquieren el típico aspecto de una silueta masculina.
En las mujeres, el primer signo del inicio de la pubertad es el desarrollo del pezón, entre los ocho y diez años. Progresivamente, las areolas aumentan de tamaño y se desarrollan por completo las mamas. Aparece el vello púbico, el que con el paso de los años adopta una disposición casi triangular; de igual forma, crece vello en las axilas, se ensanchan las caderas y los muslos y se depositan importantes cantidades de grasa en las nalgas.
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